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jueves, 4 de julio de 2024

3 vírgenes (2) Atena

 



Tres mujeres de treinta años cada una, una negra (de color), capitana, una blanca (caucásica), astrofísica, y una asiática, médica, se encuentran en una nave espacial en busca de otra nave, llamada Júpiter 4. Esta, que partió hace unos años, probablemente haya desaparecido en los alrededores de Júpiter y sus tres lunas.


Dada la duración del viaje, su misión podría durar más de 50 años. Todas las noches, son alimentadas por su ordenador personal, que contiene, entre otras cosas, un producto que retrasa el envejecimiento de las células. En este tenso escenario a puerta cerrada, donde los sentimientos se agudizan, las chicas llegan a odiarse, a pelearse. La joven blanca está herida. Pero sus síntomas no son los que se esperan de una conmoción cerebral. Está vomitando, pero su barriga está creciendo.
Está embarazada. La duración del viaje hace imposible creer que la concepción haya podido realizarse antes de la partida, que fue hace más de cinco años. ¿Pero de quién? ¿Quién es el Creador?


Anders (15) Los ojos del pirata

 


“Anders” es una serie creada por Robin Wood que con dibujos de Alfredo Falugi se publicó entre 1991 y 1996 en forma simultánea en Italia y Argentina.

Fuente

Ver también:

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Brigada de fusileros: Operación cojón


En el año 1800 el coronel Coote Manningham y el teniente coronel William Stewart tomaban el mando de la nueva unidad del ejército británico conocida como el Cuerpo Experimental de fusileros que reunía a lo más granado de las tropas ligeras de la nación en un cuerpo de elite especializado en tácticas y sistemas de entrenamiento y asalto revolucionarios para la época y que demostrarían su efectividad y versatilidad en la lucha contra las fuerzas napoleónicas y en posteriores enfrentamientos como la Guerra de Crimea de 1853, donde el grupo ya era conocido como la Brigada de Fusileros, o en las dos guerras mundiales del pasado siglo XX que asolaron y determinaron el devenir de Europa y el resto del mundo.





All Star Western (5) La guerra de señores y búhos



Nuestro héroe (el más feo de todo el Oeste) continúa en su derrotero  de golpes y disparos. Esta vez el clásico western alcanza ribetes de fantasía.






miércoles, 3 de julio de 2024

El camino de la Tablada

 



Hasta la década del ´60 del siglo XX (y un poco más) fueron muy populares en Latinoamérica las historias de campesinos inspiradas, quizá, en el Martín Fierro, ese clásico criollo argentino. Relatos simples, de amores intensos y gente sufrida...


Durante gran parte del siglo XX, la literatura latinoamericana estuvo ampliamente influenciada por historias de campesinos y la vida rural. Estos relatos, que a menudo encontraban inspiración en obras clásicas como el Martín Fierro de Argentina, se caracterizaban por su sencillez narrativa, la profundidad de sus personajes y la representación del sufrimiento y la intensidad emocional de las vidas de los habitantes del campo.
Hasta la década de 1960, los cómic de corte rural gozaron de una enorme popularidad en todo el continente. Reflejaban las realidades sociales y económicas de amplios sectores de la población, que aún mantenían un estrecho vínculo con las actividades agropecuarias y la vida en los pueblos y las zonas alejadas de los centros urbanos. Los autores de estas obras buscaban plasmar la cotidianeidad, las alegrías, las penurias y las aspiraciones de esos hombres y mujeres que, con su trabajo arduo y su fortaleza de espíritu, sostenían el tejido social y productivo de América Latina.
Más allá de las diferencias regionales, estas narraciones compartían rasgos comunes que las hacían especialmente atractivas para el público lector. En primer lugar, solían tener tramas sencillas y lineales, centradas en la vida de uno o varios protagonistas cuyas experiencias encarnaban los desafíos y las luchas de toda una comunidad. Eran relatos accesibles, sin grandes complejidades formales, que permitían a los lectores identificarse fácilmente con los personajes y sus historias.
Asimismo, estas obras solían girar en torno a temáticas recurrentes, como los amores contrariados, los conflictos entre tradición y modernidad, la injusticia social y la defensa de los valores comunitarios frente a las presiones del mundo exterior. A través de estas tramas, los autores lograban transmitir la riqueza de la vida rural, con sus ritmos, sus creencias y sus luchas cotidianas.
Pero quizás el rasgo más destacado de estas narraciones fuera la profundidad psicológica y emocional de sus protagonistas. Lejos de ser meros estereotipos, los campesinos, gauchos, peones y demás figuras centrales de estos relatos eran retratados como seres complejos, atravesados por sentimientos intensos y profundas reflexiones sobre su lugar en el mundo. Sus alegrías, sus sufrimientos, sus anhelos y sus frustraciones resonaban con fuerza en el imaginario de los lectores, estableciendo una conexión empática que trascendía las diferencias sociales y culturales.
Este apego del público a las historias rurales se explica en parte por la propia realidad social y económica de América Latina en aquella época. En efecto, hasta bien entrado el siglo XX, amplios sectores de la población aún mantenían un modo de vida ligado a las actividades agropecuarias, ya sea como pequeños propietarios, arrendatarios o jornaleros. Por lo tanto, estas narraciones les permitían verse reflejados en personajes cuyas vivencias y problemáticas eran cercanas a las suyas.
Sin embargo, a medida que avanzaba el proceso de industrialización y urbanización de la región, el interés por estas historias campesinas comenzó a declinar. Nuevas temáticas y estéticas literarias fueron ganando espacio, con un énfasis creciente en los fenómenos urbanos, las transformaciones sociales y las luchas políticas. Así, la literatura rural fue quedando relegada a un segundo plano, si bien algunas de sus características y preocupaciones lograron permanecer e influir en las generaciones posteriores de escritores.






Historia de una pintura

"Roxana", óleo sobre tela. 1977


Hace 41 años yo era un estudiante de la Facultad de Arte, en la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza, Argentina. En esa época me fascinaba el periodo azul de Pablo Picasso y trataba de emularlo.


Por Rubén Reveco - Editor

1977

Vivía en la calle Granaderos, donde arrendaba una pequeña pieza a un matrimonio que tenía una hija de unos 5 años. La niña iba y venía a los saltos por la casa jugando los sueños propios de su edad. Un día -vencida por el cansancio- se quedó dormida con su cabeza apoyada sobre sus brazos cruzados en la mesa de la cocina.
Viendo a una potencial e involuntaria modelo, fui por mi bloc de apuntes y antes de que despertara comencé a dibujarla. La madre, al ver el trabajo, me entusiasmó a que realizara una pintura con la promesa de una futura compra.
Recuerdo que por entonces me gustaba Pablo Picasso y esa primera etapa en la cual predominaban los azules y la línea; mezcla de pintura y dibujo que daba a su obra un frescor quizá heredado de Paul Gauguin. 
La pintura quedó linda en ese estilo, pero la venta nunca se concretó y después de un mes terminé mudándome. Además de mis pertenencias personales, también me llevé mis pinturas y dibujos.
A fines de 1978 me trasladé a Santiago de Chile donde terminé mis estudios. En todos los lugares en que viví y en todos los talleres que fueron testigos de varias noches de bohemia, la pequeña pintura siempre tuvo un lugar de privilegio.
Pasaron los años y en 1985 volví a Argentina a radicarme con la clara intención de cumplir ese mandato de cambiar esfuerzo físico y mental por monedas, para mantenerme y mantener a una familia. La pintura se quedó con mi hermana quien la enmarcó y le ubicó un lugar en su hogar.

2017

Desde ese entonces no pasaron grandes cosas, hasta que el año pasado por facebook me llegó un mensaje. Me preguntaban si yo era Rubén Reveco y si había vivido en Mendoza entre los años 1976 y 1978. La persona que escribía se presentó como Roxana. Contesté que si, que me acordaba perfectamente y si ella era Roxana, entonces, también era mi pequeña modelo de hace 40 años. Ahora convertida en una mujer adulta y en una exitosa profesional.
Pude notar su emoción cuando se enteró que la pintura todavía existía. Ella, a pesar de su corta edad y el poco tiempo que la había visto nunca se había olvidado de su retrato, quizá porque la pose era poco habitual, o por los comentarios que generó en su ámbito familiar o porque simplemente tiene una gran memoria.
Después de casi un año, donde hubo que repatriar la obra desde Chile y sortear varios escoyos legales, Roxana se reencontró con esa niña que fue y que nunca pudo olvidar, como no se olvidan las historias simples que por bellas son eternas.





Hacia las estrellas (Otra de Themo)

"Allá van nuestros héroes llevando las esperanzas de toda la Tierra rumbo al espacio infinito. Los acompaña su coraje y su orgullo y fe en la humanidad". 

¿Un planeta gobernado solo por hermosas mujeres? ¿Será posible?

La Torre Oscura (7) El nacimiento del pistolero



La Torre Oscura: El nacimiento del Pistolero (The Dark Tower: The Gunslinger Born) es una serie de siete números de cómics mensuales y el primer arco argumental de un conjunto de cómics publicadas por Marvel Comics, sobre la base de la serie de novelas La Torre Oscura del escritor Stephen King. 
"El nacimiento del Pistolero" cuenta con argumento a cargo de Robin Furth, diálogos de Peter David y con Jae Lee y Richard Isanove en la parte gráfica; el proyecto fue supervisado por el mismísimo Stephen King.


En un principio, la serie tenía fecha de lanzamiento para abril de 2006, pero se demoró debido a motivos sin especificar. El primer número de El nacimiento del Pistolero salió a la venta la medianoche del 7 de febrero de 2007; además, debido a su conexión con King, David, Lee y el redactor jefe de Marvel Joe Quesada estuvieron firmando ejemplares esa medianoche en una tienda de cómics de Times Square, Nueva York para promocionar el nuevo lanzamiento.