Las Islas Diómedes y sus curiosidades
Con una ubicación privilegiada como pocas, las Islas Diómedes están en un rincón del mundo con sentido mágico. Se pasa de un continente a otro, pero también se viaja en el tiempo.
Estos territorios poseen varias particularidades, una de ellas es que pertenecen a países diferentes. Por un lado se encuentra la isla conocida como Diómedes Mayor, perteneciente a Rusia, mientras que del otro lado se encuentra la isla Diómedes Menor, que pertenece a los EE.UU. Ambos continentes separados por un canal natural de mar de casi cien kilómetros de distancia, el llamado estrecho de Bering.
La distancia entre ambos peñones es de unos 2 kilómetros, siendo ésta la distancia más pequeña que se interpone entre territorios ruso y estadounidense. De hecho, en invierno es posible caminar de una isla a otra, siendo el único lugar donde se puede ir a pie de Rusia a EE.UU.
La última rareza es que entre ellas pasa la Línea internacional de cambio de fecha, es decir, que hay un día de diferencia horaria entre ambas. En la Diómede Mayor son las las 4:00 de la madrugada del martes, mientras que en la Menor son las 7:00 de la mañana del lunes.
La Diómedes Mayor sólo ha sido utilizado como una base militar, mientras que en la Menor viven unas 170 personas, de la etnia Inuit, nombre que se les da a los grupos de esquimales.
En 1991 con el fin de la Guerra Fría, el conflicto que dividió el mundo en dos bloques, estos habitantes esperaban poder reanudar el contacto de forma regular con sus parientes del lado ruso. Pero esa posibilidad quedó ya, muy lejana.
Esperanza truncada
Los habitantes de esta región entre el mar de Chukchi y el mar de Bering se consideran un solo pueblo y la frontera es para ellos un estorbo. Ésta se marcó por primera vez en 1876, cuando EEUU compró Alaska a una Rusia zarista con falta de liquidez. Pero en aquél entonces nadie le hizo mucho caso.
Las familias vivían en ambas islas y cruzaban de una a otra con facilidad hasta 1948, cuando cerraron la frontera.
El ejército soviético se trasladó a Diómedes Mayor y forzó a los civiles a reinstalarse en la parte continental de Siberia.
Las 80 personas que viven en esta remota isla tienen parientes en algún lugar de Rusia. Hace un cuarto de siglo, ante el colapso de la Unión Soviética, tenían la esperanza de volver a reunirse con ellos. Muchos habitantes de la región mantuvieron durante años la esperanza de que las relaciones más entrelazadas entre Rusia y Occidente harían que la frontera se diluyese. Pero la crisis de Ucrania y la escalada militar rusa nubló esa perspectiva.
Pero en comparación con la frontera de Rusia con la Unión Europea, ésta es bastante relajada. Por ejemplo, no está señalizada con ninguna bandera nacional, ni de un lado ni de otro.
El número calculado de aviones rusos interceptados en la zona, se ha mantenido constante durante décadas: unos 10 al año.
Ante todo esto, los militares estadounidenses aseguran que es una frontera no hostil, y que no han presenciado ataque alguno, al contrario que sus colegas en Europa.
Pero no es una certeza que este ambiente relajado se mantenga. Y es que las islas Diómedes, se sitúan justo debajo del Círculo Polar Ártico, donde el cambio climático está facilitando un acceso a grandes cantidades de recursos naturales, ya que el hielo se está derritiendo.
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