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lunes, 14 de agosto de 2023

Las pinturas que más odio han generado hacia el pueblo mapuche

La obra nos muestra la escena del naufragio en la que aparece la protagonista aferrada a sus hijos, protegiéndolos de los indígenas que se encuentran a su espalda, en un costado los restos del barco zozobrado en que viajaba la joven. Raymond Monvoisin le agregó dos hijos a la infortunada Elisa Bravo.

Esta es la historia de como un cautiverio inventado generó una creciente animosidad hacia el pueblo mapuche y que posteriormente justificó una guerra de exterminio. Es probable que Elisa Bravo existiera, lo que nunca fue comprobado es su cautiverio por los mapuches. El pintor francés Raymond Monvoisin contribuyó con dos obras a acrecentar el mito.

¿Quién fue Elisa Bravo?

Fue hija de Miguel Bravo Aldunate y Carmen Jaramillo Jaramillo, nacida en Valdivia y casada, el 12 de octubre 1846, con Juan Bañados Berendique.​ Esta mujer habría viajado en el bergantín, por lo que la prensa de forma posterior la asoció a una historia sobre la violación, posterior rapto y cautiverio por parte de los mapuches.
No existió mención de ella en la prensa de ese tiempo, pero si en un juicio levantado por una empresa peruana, ya que se realiza una enumeración de todas las personas involucradas demandantes, donde se nombra "Don Miguel Bravo representando derechos propios i de su finada ija Doña Elisa Bravo".​
El bergantín "Joven Daniel", que había zarpado de Valparaíso el 23 de julio rumbo a Valdivia y que naufragó a la altura de la desembocadura del río Toltén, en la playa de Puancho, costa de Cautín, zona del lago Budi. Sucedió en la noche del 31 de julio al 1 de agosto de 1849; culparon a los mapuches de haber raptado a Elisa, que habría sobrevivido al naufragio y pasado a ser mujer del cacique Kurín o Curín. La leyenda dice que los supervivientes levantaron un campamento en la playa, pero que pronto fueron asesinados. Según algunos historiadores modernos, como Sergio Villalobos, Premio Nacional de Historia (Chile), en realidad, no hay pruebas de que hubiera supervivientes ni de que Elisa no hubiera perecido y estuviera efectivamente cautiva en la Araucanía.

Contexto histórico y consecuencias

Las pocas informaciones que se conocieron de forma verídica de lo ocurrido generaron que la historia se llenara de especulaciones, creándose muchas leyendas sangrientas sobre lo que podía haber ocurrido con los pasajeros sobrevivientes.​ Los diversos matices que toma la leyenda tienden a denostar al pueblo mapuche e intentan hacerlo ver como un grupo de seres sanguinarios, sin que existan pruebas contundentes de lo ocurrido con los pasajeros de la embarcación posterior al naufragio. 
Lo que es necesario destacar de este hecho, es que para la sociedad chilena -santiaguina especialmente- se corroboró la imagen de bárbaros y brutales que ya poseían los mapuches. Junto con el temeroso respeto de la bravura, fue creciendo un sentimiento anti-indígena, que predominará en las décadas siguientes.
Varios escritos y estudios se hicieron relativos al tema del naufragio y del supuesto cautiverio de Elisa Bravo. Entre ellos destaca el realizado por Benjamín Vicuña Mackenna, Elisa Bravo, o sea, el misterio de su vida, de su cautividad y de su muerte: con las consecuencias políticas i públicas que la última tuvo para Chile de 1884, donde el autor glorifica la imagen de Elisa y la utiliza para justificar la "pacificación" de la Araucanía.
¿Vive cautiva Elisa Bravo, anciana y desnaturalizada ya por el infortunio, y la esclavitud, la promiscuidad de sus amos y sus años ya numerosos, según déjanlo entrever telegramas de última hora trasmitidos desde el fondo de la Araucanía? (Benjamín Vicuña Mackenna, pág. 33.6)

          "Madona Rafaelesca, de cabellera rubia de tez alba
          como las azucenas, cintura no esbelta pero ágil y llena de 
          donaire, seno turgente y ojos del color del mar entre verdes 
          y azules cual la campiña y el río en que vivía, ostentando 
          parte en todo simpático y uno de los rostros ovales y casi 
          divinos que se complacía en llenar de dulce i modelada 
          carnadura el pincel de Rafael Sancio de Urbino cuando 
          pintaba sus vírgenes o ángeles."


En autor busca resaltar la pureza y las virtudes de la joven, de tal manera que el lector sienta empatía con la posterior tragedia que le toca vivir, enfatizando el carácter salvaje del hecho y de sus captores.
Elisa viajaba junto a su esposo e hijo la noche del 31 de julio, cuando la embarcación naufragó a la altura de la desembocadura del río Toltén. Aparentemente sus pasajeros sobrevivieron y levantaron un campamento, pero pronto fueron atacados por la tribu del cacique Curín, preservando la vida de la joven Elisa Bravo, quien permaneció, según el  mito, cautiva en el interior de la Araucanía.

Este óleo nos muestra a la protagonista semidesnuda cargando a sus hijos mestizos con una expresión indiferente ya resignada a su suerte, es observada con curiosidad por un grupo compuesto por tres indígenas.
Se generó un enaltecimiento de la imagen de Elisa Bravo como mártir, supuestamente mujer joven y hermosa, sobreviviente del naufragio y a quien asesinaron a sus hijos, convirtiéndola en cautiva con un casamiento forzoso con el cacique Curin,​ teniendo descendencia mestiza.
Fue emulada bajo la visión de la cautiva que brama entre sus captores por ser liberada.

Ocho años después del naufragio se seguía diciendo que Elisa estaba viva y hasta se pensó en realizar un rescate para salvarla.​ Se cuentan historias de telegramas donde se asegura que la han visto muchos años después.
Estas historias solo lograron que la población sintiera un gran malestar hacia el pueblo mapuche y esto ayudaba a justificar los vejámenes que se les realizaron. Tanto así que se convirtió en un tema país, donde el presidente Manuel Bulnes exigió una investigación de lo ocurrido, concluyendo esta que no había sucedido ninguna masacre con los náufragos.
Y la figura de Elisa Bravo llamó la atención de todos, por su juventud, convirtiéndose rápidamente en la protagonista de todos los rumores y clamores de justicia. En la prensa se exigía que el crimen no quedase impune, puesto que podría provocar una rebelión indígena. Por temor no solo a la opinión pública sino que sobre todo a un levantamiento de las tribus.

Grabado de la época inspirado en la pintura de Raymond Monvoisin. El gobierno ordenó una investigación militar con el fin de establecer los hechos y castigar a los culpables. Dicha investigación presentó como resultado la inocencia de los indígenas inculpados, y concluyó que las acusaciones no habían sido más que rumores.

En el arte

Una visita a Chile del pintor francés Raymond Monvoisin en 1849 coincidió con la noticia del naufragio y, a su regreso a Europa, realizó dos pinturas alusivas diez años después de lo ocurrido. "Naufragio del Joven Daniel" donde aparece una mujer con dos niños pequeños raptada por un grupo de mapuches y "Elisa Bravo Jaramillo de Bañados, mujer del cacique o Elisa Bravo en cautiverio", donde se muestra a una mujer con dos hijos y atrás un mapuche. Monstrando el estilo neoclásico, se retrata el cautiverio de una mujer blanca a manos de los indígenas y el mestizaje.​ Las obras tuvieron una gran circulación nacional, convirtiendo el naufragio en una leyenda trágica, difundiendo la leyenda de Elisa, los supuestos acontecimientos y entregando una visión sesgada y diabólica del pueblo mapuche al resto de la población.
En 1854 en la Araucanía, Raymond Monvoisin tomó apunte para sus cuadros Naufragio del Joven Daniel y Elisa Bravo en cautiverio. Ambos desarrollan el tema del rapto de mujeres blancas por indígenas, que en Chile fue tratado también por Mauricio Rugendas.
El pintor a comienzos de 1858 regresó a París. Pintará hasta el final de sus días, pero no tardará en desilusionarse y arrepentirse de haber abandonado Chile. "Tuve la debilidad de confiar todavía en mis conciudadanos. Error. Error. No encontré más que olvido e indiferencia y mi nombre casi borrado", escribiría en sus memorias. Sus cuadros ahora reflejan la nostalgia por América y están inspirados en las tierras que allí conoció. Las obras con las que participa en los Salones de París son precisamente de temas sudamericanos, impregnados por sus recuerdos.

Elisa Bravo Jaramillo de Bañados se cree que fue una de las pasajeras sobrevivientes del naufragio del bergantín Joven Daniel,​ en 1849 en la playa de Puauchu, frente al Lago Budi, Novena Región.​ 


Raymond Monvoisin

"El cacique Caupolicán", gran jefe de los araucanos, prisionero de los españoles y "El naufragio del Joven Daniel fueron compradas por la familia Cousiño Goyenechea a Dominique Monvoisin, la viuda del pintor.



La novela

No quería extender más en el tema del cautiverio de Elisa Bravo, pero tampoco podía dejar de mencionar las últimas novedades literarias. El escritor Víctor de la Maza Bañados a publicado recientemente una novela histórica titulada “Naufragio y Cautiverio”,  que relata el accidente del barco que transportaba a Elisa y su posterior cautiverio. 

Víctor de la Maza Bañados nació en Santiago de Chile, en 1939. Desde su niñez conoció la historia de Elisa Bravo Jaramillo narrada por Alejandro Bañados Claussen, su abuelo materno,  en cuya casa había dos grabados del pintor francés Raymond Monvoisin que representaban a Elisa en el momento del naufragio y como cautiva.
De la Maza vivió en Inglaterra donde estudió ingeniería en calzado y  largos años en Argentina donde conoció la historia de los mapuches en La Pampa, especialmente la del cacique Calfucura. Una vez de regresó en Chile, investigó por años sobre Elisa Bravo, lo que dio origen a “Naufragio y Cautiverio”, su primera obra. La obra narra también la historia del pueblo mapuche; las graves consecuencias políticas que este hecho generó en Santiago, las medidas adoptadas  cuando se conoció la noticia del naufragio y la suerte de los sobrevivientes en manos de los mapuches. 
Lo cierto (expresa el autor) es que después de un tiempo la protagonista de la historia se negó a ser rescatada. Se supone que esta actitud obedeció a que Elisa no quiso abandonar a sus hijos mestizos o que ya estaba acostumbrada a vivir entre los mapuches.

Palabras del autor                                                                                                                                            
"Doña Elisa Bravo fue una heroína de mi infancia que vivía en dos grabados de Raymond Monvoisin, que colgaban en un salón en casa de mis abuelos maternos. Cuando me lo permitían me acercaba y trataba de imaginarme cómo habría sido su vida: Quería saber todo acerca de ella; hacía preguntas a mi abuelo. Él me contaba que esa señora, que allí estaba representada, había sido la esposa de un hermano mellizo de su padre y que había naufragado en el siglo XIX en la costa de Puerto Saavedra.
La verdad es que nunca soñé que algún día escribiría una historia novelada de doña Elisa Bravo y ahora que la estoy terminando, tengo la impresión de haber abordado un aspecto ignorado sobre ella. Mi Elisa no es el personaje etéreo de los cuadros, sino que cobra vida en muchos aspectos. Es una mujer que a muy temprana edad tuvo que afrontar la adversidad en un episodio trágico y cruel que cambió su vida para siempre. A través de esta narración aprendemos que esta vida está repleta de momentos amargos, incluso de grandes desgracias que no vale la pena negar. También nos enseña de lo que es capaz una madre con tal de no separarse de sus hijos soportando el dolor, cualquiera que sea por amor a ellos.”

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