Los cómics en Chile, si bien no alcanzan la masividad de otros mercados latinoamericanos como Argentina o México, poseen una identidad propia y una creciente presencia en el ámbito regional. Su historia, marcada por la influencia de la historieta estadounidense y europea, ha evolucionado hacia la creación de obras originales que exploran la realidad chilena y latinoamericana desde perspectivas únicas.
Inicialmente, la producción local se centró en la adaptación de personajes extranjeros y la publicación de tiras cómicas en periódicos. Sin embargo, a partir de la década de 1960, surgieron autores y revistas que apostaron por temáticas nacionales y un lenguaje visual más experimental. La dictadura militar impuso un freno a esta efervescencia creativa, pero el retorno a la democracia impulsó una nueva generación de historietistas que han sabido conectar con el público y trascender las fronteras.
En la actualidad, el cómic chileno se caracteriza por su diversidad de géneros, desde la ciencia ficción y el terror hasta el costumbrismo y la crítica social. Autores como Marcela Trujillo, Gabriel Rodríguez y Francisco Ortega han recibido reconocimiento internacional por su trabajo, que aborda temas como la identidad, la memoria histórica y las problemáticas sociales contemporáneas. La participación en festivales y eventos internacionales, así como la publicación de obras en editoriales extranjeras, han contribuido a consolidar la presencia del cómic chileno en el panorama latinoamericano, proyectando una voz original y relevante en el diálogo cultural regional.
Un alemán comisionado para estudiar las costumbres salvaje de un país llamado Chile.
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