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domingo, 19 de mayo de 2024

Lo insólito en el arte

El mundo del arte está lleno de situaciones insólitas y excéntricas que desafían las normas establecidas. Desde artistas que utilizan materiales poco convencionales hasta obras que desafían la percepción tradicional de la belleza, la creatividad en este ámbito no conoce límites. Estas situaciones excéntricas no solo despiertan la curiosidad del público, sino que también desafían nuestra manera de ver el mundo y nos invitan a reflexionar sobre la naturaleza del arte y su impacto en la sociedad.


En 1820, cerca de Paleo Castro, la principal población de la isla de Milo (la antigua Melos de los griegos), en el archipiélago de las Cíclades, vivía un campesino llamado Yourgos. Un día, mientras trabajaba su tierra, encontró una estatua de mármol en dos piezas que representaba a la diosa Afrodita (Venus). Admirado de su belleza, la conservó en su casa durante algún tiempo, rechazando cuantas ofertas y reclamaciones recibía, basta que sus conciudadanos decidieron regalársela al Príncipe turco Morousi, que gobernaba por entonces la isla en representación del pachá otomano. Según algunos relatos contemporáneos, en el mismo instante en que los ciudadanos de Milo iban a embarcada con destino al palacio del príncipe, los componentes de una expedición francesa que durante mucho tiempo había intentado comprar la bella estatua, sorprendieron la maniobra, entablándose entre ambos grupos una batalla campal por la posesión de la ya conocida como Venus de Milo. Algunos relatos no totalmente comprobados añaden que, en el curso de la trifulca, la estatua se golpeó contra el suelo del embarcadero, rompiéndose los dos brazos. Finalmente, los franceses, más numerosos o más aguerridos, se hicieron con el trofeo, escapando del lugar y abandonando por olvido o precipitación los brazos en la playa. Según este mismo relato, estos brazos fueron recogidos por los turcos y permanecen enterrados en paradero desconocido hasta la fecha.

jueves, 16 de mayo de 2024

Un 11 de noviembre

 



El 11 de noviembre de 1913, una tempestad hundió doce barcos en el Lago Superior de Norteamérica, con el resultado de 254 personas muertas. Pero no sería el único fatal 11 de noviembre.


El 11 de noviembre de 1913 quedó marcado como un día trágico en la historia del Lago Superior de Norteamérica, cuando una tempestad provocó el hundimiento de doce barcos y resultó en la pérdida de 254 vidas. Diecisiete años más tarde, en la misma fecha, otra violenta tormenta causó el naufragio de cinco embarcaciones, cobrando la vida de 67 personas. 
La fatídica fecha del 11 de noviembre también se vio teñida de luto en 1975, cuando el carguero Edmund Fitzgerald, cargado de mineral, se partió en dos debido a una tormenta, resultando en la trágica pérdida de sus 29 tripulantes. Estos eventos consecutivos han dejado una huella imborrable en la memoria colectiva de la región, recordándonos la fuerza implacable de la naturaleza y la fragilidad de la vida humana en alta mar.

Cuando Tycho Brahe se batió a duelo con espadas y le cortaron la naríz


El 29 de diciembre de 1566: en Rostock (Alemania), el astrónomo danés Tycho Brahe (1546-1601) se bate en duelo con un aristócrata que se burló de su predicción astrológica acerca de la futura muerte de Solimán el Magnífico, que había muerto el 6 de septiembre.


A finales de 1566, el 29 de diciembre, una disputa con otro aristócrata danés (según una de las versiones provocada por las burlas de este a una predicción astrológica de Tycho sobre la muerte de Solimán el Magnífico cuando el sultán ya había fallecido) culminó en un duelo en el que un golpe arrancó a Tycho la parte superior de la nariz. A partir de entonces, para ocultar la herida, debió utilizar siempre una prótesis especialmente fabricada en oro y plata.


Tuvo gran influencia en la corte de Federico II de Dinamarca, que le cedió la isla de Hven, donde construyó el gran observatorio de Uraniborg. Tantas envidias despertó el trato favorable del monarca que, a su muerte, debió buscar refugio en Wandsbaek y luego en la Praga del Emperador Rodolfo II, donde pudo concluir su gran obra.
Murió de uremia el 24 de octubre de 1601, por retener "sus aguas más allá de lo que exige la cortesía" en la fiesta de un noble, como recuerda Kepler en su diario personal.
Sus últimas palabras fueron "Que no parezca que he vivido en vano". Kepler se encargó de publicar su obra en versión definitiva.




Tycho Brahe y la astrología

Al igual que otros astrónomos de su tiempo, Brahe admitía la astrología, creyendo que el movimiento de los planetas influía sobre los sucesos terrestres. Muchos hombres de ciencia -él incluido- seguían entonces a Paracelso, quien consideraba que el cuerpo humano estaba directamente influenciado por los cuerpos celestes.
Escribió cartas astrales para sus patronos -Federico II y Rodolfo II- y la Corte de éstos.
No debe sin embargo sorprendernos que en la filosofía de Tycho Brahe astrología y alquimia fueran partes esenciales; recordemos que hablamos del siglo XVI, cuando ciencias naturales, religión y astrología permanecían íntimamente relacionadas.
Existe además otra razón prosaica: elaborar horóscopos personalizados a figuras destacadas constituía para los hombres de ciencia una fuente de ingresos habitual.
No obstante, rechazaba la práctica de la charlatanería y expresó su escepticismo sobre la multiplicidad de sistemas astrológicos. Prefería un trabajo astronómico basado en el empirismo y todo indica que perdió la fe en la astrología de horóscopos en el transcurso de su carrera.


Tycho y su nariz de oro.



El debate sobre la muerte del astrónomo Tycho Brahe

Mucha gente se sintió decepcionada con el resultado, hasta el punto que si visita Praga y pregunta por la tumba del astrónomo, todo el mundo insistirá que murió por aguantarse las ganas de orinar
El astrónomo danés Thyge Ottesen Brahe (1546 – 1601), también conocido como Tycho Brahe, está considerado como el padre de la astronomía observacional moderna. Este noble danés fue reconocido en su tiempo por sus aportaciones en la observación de las estrellas (el llamar Novas a las estrellas fue una aportación suya). En 1556 viajó a Rostock para ampliar estudios en la universidad que allí tenían. La noche del 10 de diciembre cenó con unos amigos, entre ellos su pariente Handerup Parsberg, con quien discutió sobre cuál de los dos era mejor matemático.
Como no se pusieron de acuerdo, y estaban hasta arriba de copas, decidieron solucionar el asunto con un duelo. Para hacerlo más emocionante se eligió que el duelo fuera a espada y los dos encerrados en una habitación completamente a oscuras. Nadie perdió la vida en el lance, pero nuestro astrónomo perdió la nariz a consecuencia de un tajo que le largó su pariente y contrincante. Solucionó el problema sustituyendo el apéndice perdido por otro de oricalco (latón), lo que aportó mayor brillo a su nariz que no a su persona.
Brahe murió a los 54 años de edad en la ciudad de Praga, siendo enterrado en la iglesia de Nuestra Señora de Tyn en la misma ciudad. Durante muchísimo tiempo la causa de la muerte del astrónomo fue motivo de fuertes discusiones. La teoría más aceptada afirmaba que Brahe cenó el 13 de octubre de 1601 con su amigo Peter Vok von Rosenberg. Durante la velada, el astrónomo sufrió dolores de próstata y retuvo la orina en lugar de aliviarse en algún excusado.
Todo ello por consideración a su amigo, a quien no quería interrumpir su conversación y dejarle solo mientras miccionaba en algún lugar adecuado para tal fin. Esta idea –bastante absurda, para qué nos vamos a engañar– concluía que debido a su cortesía y gentileza Brahe acabó por hacer que le estallase la vejiga y muriendo a consecuencia de ello.
En 1901 se abrió la tumba donde reposaban sus restos y se tomaron muestras de uñas, tejido y pelo de la barba para su análisis. Los resultados mostraron una alta concentración de plomo y otra, aún mayor, de mercurio. Rápidamente, se corrió la noticia de que había sido envenenado y la figura del pobre Rosenberg pasó de alegre amigo y compañero científico a siniestro sicario, títere de oscuros intereses políticos. Incluso se llegó a afirmar que quien había envenenado a Brahe había sido el astrónomo y padre de las Leyes y Conjetura que llevan su nombre, Johannes Kepler.
En el año 2010 se reabrió la tumba con el objeto de conseguir más muestras que llevaran a la solución del enigma. Los resultados de los diferentes análisis e investigaciones fueron comunicados el 15 de noviembre de 2012. Tycho no fue envenenado con mercurio ni la concentración de este mineral en su organismo era tan alta como para haberle ocasionado la muerte. El motivo del fallecimiento fue una infección del tracto urinario.
Mucha gente se sintió decepcionada con el resultado, hasta el punto que cuando se visita Praga y se pregunta por la tumba del astrónomo, todo el mundo insistirá en que murió por aguantarse las ganas de orinar. (F)


Tycho Brahe y Johannes Kepler.

miércoles, 1 de mayo de 2024

Tres sobrevivientes llamados Hugh Williams

 


El 5 de diciembre de 1664 se hundió un barco en el estrecho de Menay, en la costa norte de Gales, muriendo 82 pasajeros, todos los que componían el pasaje, salvo un hombre llamado Hugh Williams. El 5 de diciembre de 1785, otro barco se hundió, pereciendo 60 pasajeros y dejando un único superviviente, llamado Hugh Williams. El 5 de agosto de 1860, el hundimiento de un tercer barco provocaba la muerte de 25 pasajeros y un único superviviente, llamado—¿Cómo no?— Hugh Williams.
Corría el año 1665 cuando Hugh Williams embarcó en el puerto junto con 82 personas más. En ese momento, nada indicaba que aquel robusto barco fuera a naufragar tal y como ocurriría pocos días después, exactamente el 5 de diciembre frente a las costas de Gales, en el estrecho de Menai.
De una catástrofe de tales dimensiones, sorprende que hubiera un superviviente. Él.  Y por si este hecho no fuera asombroso ya de por sí, adelantaré que el mismo suceso se repetiría años más tarde, tratándose de una de las coincidencias más raras jamás registradas que implica a tres barcos, que se hundieron exactamente en el mismo lugar, día y mes.
Ciento veintiún años después, el 5 de diciembre de 1786, la casualidad quiso que se hundiera otro navío en el que perecieron setenta almas, todas excepto la de un pasajero llamado Hugh Williams, por supuesto en el mismo lugar que el primero, frente a la costa de Gales y el estrecho de Menai.

Dos buques que se hunden en la misma zona y el mismo día del mes y en los que hay un único superviviente con el mismo nombre y apellido, no me negaréis que es un poco fantasmagórico, pero si además añadimos que la historia no termina ahí, comienza a erizársenos el vello.
De nuevo un 5 de diciembre, en el año 1860 otro barco correría la misma suerte al aproximarse a las costas de Gales, naufragando en el Estrecho de Menai, donde sorprendentemente hubo un único superviviente de un total de 25 a bordo y como ya estaréis imaginando, este hombre se llamaba Hugh Williams.


Actual estrecho de Menay, en la costa norte de Gales.

En naufragios no es nada común que un solo pasajero llegue a sobrevivir, y en esta historia verídica tres veces logró hacerlo.
Obviamente, la lógica nos dice que no podía tratarse de la misma persona porque habría tenido más de 250 años ¿Era Hugh Williams un viajero del tiempo? o ¿el nombre de Hugh Williams puede atraer la mala suerte sobre aquellos que le rodean?
Un viaje a través del tiempo es un concepto de desplazamiento hacia adelante o atrás en diferentes puntos del tiempo, así como lo hacemos en el espacio.
Es innegable que todos viajamos en el tiempo. Por ejemplo, durante los últimos doce meses, nos hemos movido un año adelante en el tiempo o lo que es lo mismo, hemos viajado en el tiempo a la velocidad de 1 hora por hora.
La pregunta sería: ¿podemos viajar en el tiempo a mayor o menor velocidad de 1 hora por hora? o ¿podemos viajar atrás en el tiempo retrocediendo, digamos, 2 horas por hora? ¿o 30 o 100 años por hora? (F)



El misterio que rodea los trágicos hundimientos de tres barcos en diferentes siglos, todos con un único superviviente de nombre Hugh Williams, ha capturado la imaginación de muchas personas a lo largo de la historia. Estos eventos, ocurridos en el estrecho de Menay en la costa norte de Gales, han generado teorías y leyendas que perduran hasta nuestros días.
La coincidencia de estos eventos ha llevado a especulaciones sobre posibles explicaciones sobrenaturales o predestinación. Algunos sugieren que Hugh Williams podría ser un viajero del tiempo condenado a revivir estos trágicos eventos una y otra vez. Otros creen que se trata simplemente de una serie de coincidencias extraordinarias que desafían toda lógica.
Independientemente de las interpretaciones que se le den a estos hechos, la historia de los naufragios de los barcos con un único superviviente llamado Hugh Williams sigue siendo un enigma fascinante que perdura en la memoria colectiva. Estos eventos nos recuerdan la fragilidad de la vida humana frente a los caprichos del destino, y nos invitan a reflexionar sobre el misterio y la incertidumbre que rodean nuestras existencias.

Los hundimientos de los barcos en el estrecho de Menay y la presencia recurrente de un único superviviente de nombre Hugh Williams son un recordatorio de que la historia está llena de enigmas sin resolver, que desafían nuestra comprensión y nos invitan a explorar las profundidades de lo desconocido.

martes, 23 de abril de 2024

Mensaje en una botella

La botella hallada por el albañil (foto: Eilidh Stimpson/via Edinburgh Live)

Un trabajador halló una botella con un mensaje de hace 135 años bajo su casa.

Una médica contrató a un albañor para una remodelación y al sacar las tablas del suelo encontraron el viejo pergamino del siglo XIX


FUENTE:

El mensaje que dos personas dejaron hace más de un siglo en Escocia, esperando a ser encontrado, fue finalmente recibido esta semana por un plomero que trabajaba en la casa de una médica, madre de dos hijos.

Se trata de una botella de whisky de la era victoriana, convertida en una cápsula del tiempo por el contenido: un arrugado pergamino que se conservó y mantuvo el mensaje original.

“Teníamos que trasladar un radiador de un lado de la pared al otro. El plomero vino y empezó a hacer un agujero y dijo que iba a ser una pesadilla porque había un suelo sobre otro”, explicó Eilidh Stimpson al Edinburgh Live.

El fontanero Peter Allan fue quien, casualmente, comenzó a trabajar sobre las tablas en el lugar exacto donde la botella fue dejada en 1887. “La habitación tiene 3 metros por 4 metros y he cortado exactamente alrededor de la botella sin saber que estaba allí. No puedo creerlo. Corté un agujero al azar para encontrar tuberías y ahí estaba, no sé qué pasó”, dijo a la BBC.

Allan bajó las escaleras diciendo: “¡Mira lo que acabo de encontrar en el agujero que acabo de hacer! Fue muy emocionante”.

La médica estaba impaciente por descubrir el contenido, pero la prioridad fue esperar a que estén presentes sus hijos, de 8 y 10 años, que estaban en la escuela.

Cuando estuvieron todos juntos, sacaron el corcho y emplearon pinzas para buscar el papel, pero tenía tal delicadez que igualmente comenzó a rasgarse. Para no dañarlo, consideraron que lo mejor sería romper la botella para llegar a él.

El mensaje que dejaron los trabajadores (foto: Eilidh Stimpson/via Edinburgh Live)


Fueron 7.049 semanas y cuatro días los que pasaron desde que el mensaje fue depositado hasta que alguien lo leyó.

Firmado y fechado por dos trabajadores, el mensaje decía: “James Ritchie y John Grieve colocaron este suelo, pero no bebieron el whisky. 6 de octubre de 1887″.

Con un tono más enigmático, agregaron: “Quien encuentre esta botella puede pensar que nuestro polvo está soplando por el camino”.

La familia necesitaba más datos, por lo que realizaron una pequeña investigación. Con ayuda de una amiga, descubrieron que había dos hombres registrados como residentes en la zona de Newington con los mismos nombres en la década de 1880.

Con todos los datos, compartió su hallazgo en redes sociales y reveló cuáles son sus planes.

“Hemos tenido una suerte increíble y me alegro de que todos piensen que es tan interesante como nosotros. Es muy agradable tener una noticia positiva en medio de todo este pesimismo que hay en estos momentos”.

“Ahora, estoy pensando que tenemos que conservar la nota y sustituirla por un mensaje propio para que lo descubran las generaciones futuras”, agregó.


ANEXO

Mensajes para el futuro


El Arcón del Centenario -actualmente en el Concejo Deliberante de la ciudad de Neuquén, Argentina- contiene cientos de mensajes de niños depositados en su interior en el año 2004. Son testimonios para ser leídos cuando la ciudad cumpla 200 años; en 2104.



viernes, 15 de marzo de 2024

Cómo se originó el insulto gestual más famoso

Los soldados ingleses se los habrían mostrado a sus enemigos franceses, que habían amenazado con cortar los dos dedos de cada arquero capturado para que no puedan lanzar sus flechas.

La contienda de Azincourt sucedió un 25 de octubre de 1415 en el marco de la guerra de los Cien Años. La estrategia inglesa para ganar la batalla y la amenaza de Francia de cortarle un dedo a los arqueros enemigos.

FUENTE


Los franceses no contaban con el genio estratégico de Enrique. Éste dispuso a sus hombres de armas en el centro y a los arqueros en los costados del campo de batalla protegidos por estacas.

             “Nosotros pocos, nosotros los

             desafortunados, nosotros, 

             una banda de hermanos,

             porque aquel que vierta su sangre conmigo

            será mi hermano.

            Por muy vil que haya sido,

            estar a mi lado en este día

            ennoblece su condición”

Con estas palabras puestas por Shakespeare en boca de Enrique V de Inglaterra, el rey arengó a su ejército en vísperas del día de San Crispín (25 de octubre de 1415), en los llanos de Azincourt. En esa gloriosa jornada, 6.000 soldados ingleses, extenuados y hambrientos, enfrentaron a más de 30.000 hombres del rey Carlos VI de Francia, la flor y nata del ejército francés.