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jueves, 22 de febrero de 2024

El Principe Valiente (1938)


   
Príncipe Valiente, cuyo nombre original completo es Prince Valiant in the Days of King Arthur (El Príncipe Valiente en los días del Rey Arturo, siendo Valiant el nombre propio del protagonista, que puede traducirse como Valiente al castellano), es una historieta creada por Harold Foster en 1937 para King Features Syndicate, y publicada semanalmente como tira dominical de una página completa (sunday), en color, en varios periódicos estadounidenses. La obra completa está constituida por unas 1800 planchas, y continúa ampliándose. La recopilación en volúmenes de la editorial Fantagraphics Books consta hasta el momento de 50 tomos.



La obra combina la narración de aventuras con la saga familiar. La historia mantiene una misma línea argumental desde el inicio de su publicación hasta la actualidad: los personajes van envejeciendo a un ritmo muy similar al de su publicación. No utiliza bocadillos, ya que los diálogos de los personajes se sitúan en textos al pie de las viñetas, junto con los comentarios del narrador.

Argumento

La narración está ambientada en la época del rey Arturo. Valiente es el hijo de Aguar, rey de Thule, desposeído de su trono por el usurpador Sligon, se instala con su familia y unos pocos seguidores en los pantanos de la costa inglesa. Las primeras aventuras de Valiente tienen lugar en estos pantanos. Más tarde salva la vida al caballero Sir Gawain, lo que le permite viajar a Camelot y, tras servir a Gawain como escudero, convertirse en caballero de la Tabla Redonda. Así, aparecen en la historia personajes del ciclo artúrico como Lanzarote (Lancelot, sin traducir, en la edición española), Merlín, la reina Ginebra o el propio rey Arturo. Las aventuras de Valiente, sin embargo, no se circunscriben al mundo artúrico: a lo largo de la historia, el protagonista viaja por cuatro continentes (incluyendo África y América), combate con variados enemigos (los hunos, los sajones). Valiente encuentra el amor en la persona de Aleta, reina de las Islas Brumosas (situadas en algún lugar del Mediterráneo). Se casa con ella y tienen varios hijos. El mayor, el príncipe Arn, ha tomado en los último años el relevo en el protagonismo de la serie, aunque el título de la tira continúa siendo el mismo.
Al comienzo de la serie abundan los elementos sobrenaturales, como los "monstruos de los pantanos" (animales semejantes a dinosaurios), las brujas, o las hechicerías de Merlín y Morgan Le Fay, pero dichos elementos van desapareciendo a medida que avanza la historia, adquiriendo ésta un tono más realista.
La aparición en la trama de determinados acontecimientos históricos -la muerte de Atila, rey de los hunos (453), el asesinato del general romano Aecio (454), o el saqueo de Roma por Genserico (455)- permite situar la acción de la obra en el siglo V d. C. No obstante, son numerosos los anacronismos: Val y sus compañeros de la Tabla Redonda aparecen equipados como caballeros de la Baja Edad Media, con lanzas de torneo, cotas de malla y testeras para las monturas, y se rigen por el código de caballería característico del siglo XV. En cuanto a las edificaciones, encontramos castillos góticos como el propio Camelot o la fortaleza de Andelkrag. La vestimenta de los personajes civiles se asemeja más bien a la de los burgueses del Renacimiento.

Vikings: Pacto con la muerte

 


Desde siempre han fascinado las historias sobre vikingos. Esta es una publicada en la revista argentina El Tony, en 1975. De modo erróneo se creía que los guerreros llevaban cascos con cuernos.






miércoles, 21 de febrero de 2024

Los héroes caballeros: El espíritu de la chusma



En esta serie la magistral pluma de Cothias y los fabulosos lápices de Rouge, nos adentran en los misterios y las tradiciones de las leyendas artúricas, basándose en sus orígenes situados en los últimos compases del imperio romano en Britania. La documentación empleada para la realización de estos álbumes es exhaustiva y así, las armas y equipos de los caballeros y soldados se corresponden a los usados por los legionarios romanos de finales de su imperio en occidente.



A finales del año 540 después del nacimiento del Señor, en la isla de Gran Bretaña y en el continente, las últimas huellas de Roma terminan por borrarse…
Sus palacios campestres y sus soberbias villas no son ya más que ruinas devastadas…
Allí donde reinaba en otro tiempo la refinada alegría de vivir, donde resonaban cantos, risas y rumores de sabios debates, no se oye más que el murmullo del viento…
Artu y sus tropas tienen que defender un reino amenazado por todas partes por hordas bárbaras y el joven y fogoso Perceval debe aprender los ritos de la caballería y los secretos de su destino.
Patrick Cothias reactiva Los Héroes Caballeros en compañía de Philippe Tarral – un joven dibujante (eso en los años 90, ahora no será tan joven) de grafismo potente y lírico – y da del final de un mundo y el nacimiento de una nueva civilización, una versión digna de la epopeya. Una aproximación conmovedora y fuerte de las leyendas célticas y un formidable cómic de aventuras…






martes, 20 de febrero de 2024

Rodwin de las Galias (20) El señor de los gusanos

 


El guion de esta serie fue de Armando Fernández (como Axel Bergier) aunque hay 2 episodios escritos por Ricardo Ferrari. Y los dibujos de Miguel Ángel Castro Rodríguez (Firmando con su apellido invertido), Rubén Meriggi, Fabián Slongo, Walter Alarcón y Víctor Toppi.

Rodwin de las Galias es una buena serie. Además, está el enlace de Mega para que nuestros lectores continúen con las aventuras de este galo, en el mundo vikingo.



lunes, 19 de febrero de 2024

Wolf (7) El barco de fuego

 

La historia de un rey sajón y su lucha por recuperar su tierra perdida. Otra apasionante historia salida de la pluma de Robin Wood e ilustrada por Jorge Zaffino, uno de los mejores dibujantes argentinos de todos los tiempos, luego continuada por el prolífico Armando Fernández y el gran Rubén Meriggi. Gracias a la magia de Internet, hoy podemos difundir y homenajear a sus creadores, que tantas emociones nos regalaron con esta maravillosa historieta. En homenaje a Armando Fernández y a Rubén Meriggi, grandes personas con mucho talento.




El 20 de diciembre de 1979, la revista Fantasía super color 49, anunciaba en su página de próximo número (tímidamente entre lo que vendría), el comienzo de una serie nueva de Robin Wood para el año entrante. Así fue que el 3 de enero de 1980, en Fantasía anuario 17, hizo su aparición Wolf, el hijo de la loba. Situada su historia alrededor del año 900 DC. De la pluma mágica de Robin Wood y el lápiz magistral de Jorge Zaffino, en una Inglaterra plagada de druidas, sacerdotisas, elfos, duendes y bosques mágicos y en una noche de muertes y de tormenta, nacía Wolf.
Personaje que duró varios años y 117 episodios en revista Fantasía, hasta noviembre de 1991, siendo el último episodio publicado, el 118 (el nº 99 escrito por Armando Fernández no fue publicado).
Robin Wood escribió los primeros 23 capítulos, haciéndose cargo después y hasta el final, Armando Fernández. A veces firmando con su nombre real, pero la mayoría de los episodios fueron firmados con los seudónimos de Ned Patton, Gonzalo Bravo y Daniel Sinópoli.
También los dibujos fueron estampados a lo largo de la serie por variados y grandes artistas, dejando su impronta en el personaje, aparte de Jorge Zaffino; Simón Gneiss (Eduardo Barreto), Rubén Meriggi, a veces haciendo dupla con Walter Alarcón, Fabian Slongo, Víctor Toppi y Sergio Ibáñez. (Fuente)







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domingo, 18 de febrero de 2024

Los espectaculares castillos del cómic

El castillo es un elemento arquitectónico central en los cómic históricos medievales o de fantasía heroica. Además de las batallas épicas, es aquí donde el dibujante pone todas sus capacidades artísticas.

Castillo (del latín castellum, diminutivo de castrum) es, según la definición del Diccionario de la RAE, un "lugar fuerte, cercado de murallas, baluartes, fosos y otras fortificaciones".​ Existe todo un conjunto de edificaciones militares que guardan analogías con el castillo, como el alcázar, la torre, el torreón, la atalaya, el fuerte, el palacio fortificado, la ciudadela o la alcazaba, lo que el castillo encierra es un patio de armas, en torno del cual se sitúan una serie de dependencias y que dispone por lo menos de una torre habitable.



Desde el Neolítico (entre 8500 a. C. y 2500 a. C.), la población construyó castros y fortificaciones en colinas para defenderse. Muchas de ellas, construidas de barro (tapial) han llegado hasta nuestros días, junto con la evidencia del uso de empalizadas y fosos. Posteriormente se fueron construyendo en piedra o en ladrillos de barro o adobe según la disponibilidad de materiales o las necesidades defensivas. Los romanos encontraron enemigos que se defendían en colinas fortificadas que llamaron oppidum. Aunque primitivas, eran efectivas y requerían del uso de armas y otras técnicas de asedio para superar las defensas, como por ejemplo en la batalla de Alesia.

Las propias fortificaciones romanas, los castrum, iban de simples obras provisionales levantadas sobre el terreno por los ejércitos en campaña, hasta construcciones permanentes en piedra, como el Muro de Adriano en Inglaterra o los Limes en Alemania. Los fuertes romanos se construían con planta rectangular y torreones con esquinas redondeadas. El arquitecto romano Marco Vitrubio fue el primero en señalar la triple ventaja de las torres redondas: más eficiente uso de la piedra, una mejor defensa contra los arietes (al trabajar la muralla a compresión) y mejor campo de tiro. Hasta el siglo XIII estas ventajas no se redescubrieron en la Europa del norte, llevadas desde la España musulmana, que mantuvo la tradición desde mucho antes.

Primeros castillos

Si bien los primeros castillos datan del IX, su origen es más antiguo y tienen precedentes en la arquitectura militar de la Grecia clásica. En la Alta Edad Media, se utilizaba como cerco defensivo una mera empalizada de madera, pero la evolución del armamento y de las técnicas militares hicieron inservible este procedimiento; más adelante, se confió en la solidez de las construcciones en piedra y en la altura de los muros que con este material podía alcanzarse.

Aunque los castillos feudales proliferaron durante la Edad Media, el castillo no solo cumplía funciones puramente castrenses, sino que servía también de residencia a los señores de la nobleza y a los propios reyes, llegando con el tiempo a ser un auténtico palacio fortificado. Si bien podía estar enclavado en los núcleos urbanos, lo común es que se situase en lugares estratégicos, normalmente en puntos elevados y próximos a un curso de agua para su abastecimiento, desde donde pudiera organizarse la propia defensa y la de las villas que de él dependían.

A partir del siglo XVI, con el ocaso del feudalismo y la consolidación de las monarquías absolutistas, la nobleza propietaria de los castillos los fue abandonando a cambio de mansiones palaciegas en la corte. Por este motivo, y porque quedaron obsoletos en su función militar, los castillos perdieron todo interés y decayeron hasta la actual ruina de la mayor parte de todos ellos.


viernes, 16 de febrero de 2024

La balada de las landas perdidas (3) Dama Gerfaut



Hace ya algunos años que conocí "La balada de las landas perdidas" del famoso autor de cómics belga Jean Dufaux. Enseguida me llamó la atención el dibujo del polaco Grzegorz Rosiński, cuidado, detallado, tranquilo y místico; y las pocas páginas que leí me hablaron de un mundo fantástico medieval, de aspecto céltico, en el que todo es posible y una joven chica está llamada por una profecía a destronar al malvado mago que gobierna el reino de Eruin Dulea.


Cuando al fin he encontrado la saga para descargar y he podido volver a Eruin Dulea, he podido disfrutar de la historia al completo y es magnífica. Las primeras dos novelas gráficas, Sioban y Blackmore, narran el ascenso de la joven Sioban cuando suena la Balada de las landas perdidas. Les siguen dos novelas gráficas más, Dama Gerfaut y Kyle de Klanach, que narran más aventuras de Sioban y personajes nuevos y antiguos un tiempo después de la caída de Lord Blackmore. En conjunto, las cuatro novelas gráficas que forman el "ciclo de Sioban" son una historia clásica y preciosa. (Fuente)




miércoles, 14 de febrero de 2024

Wolf (10) La hechicera

 


La historia de un rey sajón y su lucha por recuperar su tierra perdida. Otra apasionante historia salida de la pluma de Robin Wood e ilustrada por Jorge Zaffino, uno de los mejores dibujantes argentinos de todos los tiempos, luego continuada por el prolífico Armando Fernández y el gran Rubén Meriggi. Gracias a la magia de Internet, hoy podemos difundir y homenajear a sus creadores, que tantas emociones nos regalaron con esta maravillosa historieta. En homenaje a Armando Fernández y a Rubén Meriggi, grandes personas con mucho talento.





El 20 de diciembre de 1979, la revista Fantasía super color 49, anunciaba en su página de próximo número (tímidamente entre lo que vendría), el comienzo de una serie nueva de Robin Wood para el año entrante. Así fue que el 3 de enero de 1980, en Fantasía anuario 17, hizo su aparición Wolf, el hijo de la loba. Situada su historia alrededor del año 900 DC. De la pluma mágica de Robin Wood y el lápiz magistral de Jorge Zaffino, en una Inglaterra plagada de druidas, sacerdotisas, elfos, duendes y bosques mágicos y en una noche de muertes y de tormenta, nacía Wolf.
Personaje que duró varios años y 117 episodios en revista Fantasía, hasta noviembre de 1991, siendo el último episodio publicado, el 118 (el nº 99 escrito por Armando Fernández no fue publicado).
Robin Wood escribió los primeros 23 capítulos, haciéndose cargo después y hasta el final, Armando Fernández. A veces firmando con su nombre real, pero la mayoría de los episodios fueron firmados con los seudónimos de Ned Patton, Gonzalo Bravo y Daniel Sinópoli.
También los dibujos fueron estampados a lo largo de la serie por variados y grandes artistas, dejando su impronta en el personaje, aparte de Jorge Zaffino; Simón Gneiss (Eduardo Barreto), Rubén Meriggi, a veces haciendo dupla con Walter Alarcón, Fabian Slongo, Víctor Toppi y Sergio Ibáñez. (Fuente)







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