.

lunes, 29 de diciembre de 2025

Jon Rohner, marino: El espíritu de las tinieblas

 



Los caníbales nunca han tenido buena prensa, más cuando se quieren comer a un hombre blanco. Jon Rohner es un navegante (parecido a Bernard Prince) creación del dibujante español Alfonso Font.

Rohner (originalmente titulada Jann Polynesia) es un serie de cómic de aventuras, obra del historietista español Alfonso Font, que se inspira en la narrativa de autores como Jack London o Robert Louis Stevenson, quien llega incluso a aparecer como personaje.


Más sobre 

Alfonso Font



Érase una vez... (6) El siglo de Pericles

 

Érase una vez... el hombre (en francés: Il était une fois... l'Homme) fue una serie de televisión animada francesa de 26 episodios con una duración de unos 25 minutos. Al mismo tiempo, se publicó una revista llamada TeveFestival donde aparecía el comic de la serie, creado a partir de fotogramas y texto.

Material educativo ilustrado para que los pequeños descubrieran el origen del hombre y los grandes acontecimientos históricos, relata la evolución de la humanidad desde la prehistoria hasta el siglo XX.



The forgotten queen (4) La reina olvidada

 

Hace mucho tiempo, los poderosos generales del Imperio mongol viajaron de Siberia a los Carpatos y conquistaron a todos los que se interponían en su camino. Las leyendas hablan de una bruja que caminaba con ellas, que podía infectar los corazones de cualquier guerrero con una insaciable sed de batalla y derramamiento de sangre... una portadora de la guerra. Y ahora se ha levantado en nuestros días y vuelve a caminar entre nosotros.


VER:

Parte 1, parte 2, parte 3



Golpe de Estado (Revista Metal Hurlant)

 

Mi objetivo: Llegar hasta el secretario de los dos sectores occidentales... encontrarlo y acabar con él... a eso se le llama un Golpe de Estado.


El triunfo de los imbéciles


Artículo de opinión del diario La Vanguardia de España.


Un hombre disfrazado le tiró un pastel a la pintura más famosa del mundo.


Flaubert sostenía que la imbecilidad era una roca inexpugnable, porque todo el que choca contra ella se despedaza. Puede que eso fuera así en el siglo XIX, pero en nuestros días son numerosos los idiotas que consiguen triunfar en la vida después de cometer una imbecilidad. Ser un insensato, lejos de estar penalizado, a menudo tiene premio. Y no solo los quince minutos de gloria que Warhol presumía que están al alcance de todo ser humano. En la sociedad del espectáculo, cometer una fechoría no está penado. Son legión los irresponsables que se arriesgan a hacer una locura para ser trending topic­ o para arrasar en TikTok. Y de ahí a ser un influencer que acaba re­sidiendo en Andorra para pagar menos impuestos tampoco hay tanto trecho.

El último de esta corte de cretinos es un varón que lanzó una tarta contra La Gioconda de Leonardo Da Vinci. Entró en el Museo del Louvre de París sentado en una silla de ruedas y disfrazado de anciana. Afortunadamente, el lienzo está protegido por un cristal antibalas y por una barandilla que impide que los visitantes se acerquen, así que no sufrió daños. Pero el insensato, que fue detenido por los guardas de seguridad del recinto, consiguió notoriedad en las redes sociales, que seguramente es lo que pretendía.

La historia del célebre cuadro de la Mona Lisa, que acompañó a Leonardo hasta su muerte, cuando fue adquirido por el rey Francisco I de Francia, acumula episodios grotescos de personajes que intentaron pasar a la pequeña historia del desvarío. En 1956, un boliviano le lanzó una piedra que hizo saltar parte del pigmento del codo izquierdo; en 1974, una japonesa intentó mancharlo con pintura roja cuando se expuso en Tokio, y en el 2009 una rusa le tiró una taza de té que se estrelló en el cristal. Antes, en 1911, la tela fue robada por un empleado del Louvre y estuvo dos años desaparecida. Entonces, la policía sospechó de Apollinaire y de Picasso por sus boutades acerca de que había que quemar los museos. Así que el exhibicionismo no es nuevo, lo que resulta una novedad es que la gente prefiera hacerse una selfie junto a una tela antes que extasiarse frente a un cuadro o le lance un pastel para tener más likes en Instagram. (Fuente)