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viernes, 26 de diciembre de 2025

Los 30 dibujos y pinturas que me hubiese gustado crear

 




Como artista, reflexiono sobre las obras de mis colegas, tanto dibujos como pinturas, que han capturado mi atención y despertado mi admiración. Un selecto grupo de veinte de estas creaciones resuena particularmente conmigo, evocando un sentimiento de anhelo artístico por haber sido yo quien las concibiera y plasmara. Estas obras representan logros estéticos y conceptuales que aspiro a alcanzar en mi propia trayectoria creativa.



Por Rubén Reveco - Editor

Como artista, me encuentro en constante reflexión sobre las obras de mis colegas, tanto dibujos como pinturas, que han capturado mi atención y despertado mi admiración. Un selecto grupo de veinte de estas creaciones resuena particularmente conmigo, evocando un sentimiento de anhelo artístico por haber sido yo quien las concibiera y plasmara. 
Observo en ellas una maestría en la técnica, una profundidad en la expresión y una innovación en la concepción que me inspiran a superar mis propios límites. El deseo de emular su excelencia no es una mera ambición, sino una búsqueda constante de la perfección y la autenticidad en mi propia voz creativa. Estas veinte obras, por lo tanto, no son solo objetos de admiración, sino también catalizadores de mi crecimiento como artista.

Nota de la Redacción:

En vista de que solo ocho de las veinte obras fueron identificadas consistentemente en las fuentes consultadas, se ha optado por omitir los nombres de los autores en este documento. Esta decisión se basa en la búsqueda de la homogeneidad y exhaustividad de la información presentada.

Carlos Roume: Alazán y otras historias




Carlos Gabriel Roume (Buenos Aires, 1923 - 26 de septiembre de 2009, Tandil) era un ilustrador, dibujante de historietas y escultor argentino. Era el noveno hijo del arquitecto ornamental y escultor francés François Roume.



Su primer trabajo profesional fue para Publicidad Albatros en 1945. Colaboró luego con Publi-Art durante dos años y después, en forma independiente, para otras importantes agencias.
Comenzó a dibujar historietas para la revista Patoruzito con el personaje Lapacho Juan. Luego realizó La Vida de Lassie para la Editorial Abril y adaptaciones de obras literarias como Robinson Crusoe y Moby Dick, además de ilustrar historietas deportivas. A comienzos de los años 50, para la Editorial Códex crea su famoso personaje Sabú, con guiones de Leonardo Wadel y también realiza tapas y adaptaciones de clásicos de literatura de aventura: Verne, Salgari para Pimpinela. Más adelante, con guiones de Héctor Germán Oesterheld, dibujó para la Editoral Frontera: Nahuel Barros, Tipp Kenya y Patria Vieja. En 1959 dibuja Pichi, para Frontera Extra, cuyos guiones estaban a cargo de Jorge Mora, seudónimo de Jorge Oesterheld, hermano de Héctor.
Entre 1954 y 1962 colaboró con la editorial Fleetway de Gran Bretaña. Realizó Dick Daring, Kit Carson, Rodney Stone y Olac el Gladiador. Luego También trabajó, para el Corriere dei Piccoli de Italia, Hayawatha, Zane Canon y Alazzan.
A su regreso de Europa publica durante tres años Manquillán, el cóndor perdido (guión de Osvaldo Guglielmino) para el diario Clarín.
Durante 1972 ilustró una edición especial del Martín Fierro, de José Hernández, aparecida en las páginas de Billiken y con guiones de Héctor Germán Oesterheld.
A partir de 1974, en colaboración con Guillermo Saccomanno, Rossi y Grassi realiza trabajos para Ediciones Récord, en general sobre su tema favorito: los caballos.
En septiembre de 1989, publicó El amigo del hombre (con guión de Roger King) en el número 13 de la revista Fénix, editada por Récord.
Sus últimos años los pasó en Tandil, Provincia de Buenos Aires realizando bronces de caballos y acuarelas.
Falleció a los 86 años en su casa de las sierras de Tandil (provincia de Buenos Aires), rodeado de los caballos y la naturaleza que tanto amó. Dueño de una sensibilidad artística y de una personalidad incomparables, su distintivo estilo gráfico prácticamente no sufrió modificaciones a lo largo de los 50 años que le dedicó al dibujo de historietas, terreno donde siempre prefirió plasmar la grandiosidad de la naturaleza, tanto a través de paisajes como en el meticuloso y detallado retrato de animales y diversos tipos humanos.
El Alazán (guión: Mario Galván, Tit-Bits Nº 1, mayo 1975) es una de las obras que mejor lo representa, y la primera que publicaremos para los lectores de Machete.
Carlos Roume, un magnífico y polifacético artista que, a lo largo de su riquísima vida, demostró sus enormes dotes como arquitecto, escultor, ilustrador publicitario y dibujante de historietas.




El día en que Quino fue un poquito machista


Todos somos hijos de una época con sus bondades y miserias. Quino (el gran dibujante argentino y padre de Mafalda) tampoco pudo abstraerse de la década del ´60 del siglo XX y evitar ese choque entre revolución y tradición.
Me encontré con el blog de Valeria, una joven periodista chilena que escribió hace unos años este artículo. Está bueno.



El chiste censurado de Mafalda 
(o cómo Quino se volvió políticamente correcto)

Siempre he sido fanática de Mafalda, de hecho una de las primeras cosas que leía cuando niña eran las aventuras, pensamientos y vivencias de esta chica de menos de 10 años y sus amigos. Este fanatismo es compartido con mi papá, con quien -desde siempre- hemos aplicado frases de las tiras en nuestra vida cotidiana: "¡Uhuuuu, pagaron en la oficina!", "No nombres Vietnam delante de Nixon", "¿Nozotroz piolaz?", "¡Burocracia!... Su lechuguita", son ya conceptos por sí mismos.

A raíz de la campaña presidencial pasada (tras la cual salió elegida Michelle Bachelet), con mi papá empezamos a buscar un chiste de Mafalda en el cual se refería a la posibilidad de tener a una mujer presidente, una tira bastante machista, hay que decir. Busqué en mi ejemplar de "Toda Mafalda", donde se supone están todas, todas, TODAS las tiras, incluso las inéditas. No lo encontré. Papá hizo lo mismo en internet y nada. El chiste había desaparecido. Llegamos a la conclusión de que Quino lo había retirado de circulación para ser políticamente correcto. Pero tanto él como yo recordábamos haber leído la tira en alguno de los ejemplares de Mafalda que aún existen -todos desarmados, eso sí- en la casa de mi padre.

Sin embargo, mi papá todo lo puede. Navegando por los rincones más ocultos de la red, encontró el chiste perdido: Mafalda 5, página 23. Cumplo con mi deber de hacer pública esta tira para todos los fanáticos como yo (no crean que comparto la idea del chiste, para nada).



Ver también:


Todos los jueves, en simultáneo por este blog y canal de Youtube


  

  

  

  







Gilgamesh, el inmortal: Extinción




Gilgamesh, el inmortal, es una serie de historieta argentina creada por el dibujante y guionista Lucho Olivera, basada en la antigua leyenda sumeria del rey Gilgamesh, un hombre que busca la inmortalidad de los dioses. Pertenece al género de ciencia ficción y fue publicada a partir de junio de 1969 por la Editorial Columba.



Originalmente fue una historia única, pero debido a la petición de sus lectores se continuó escribiendo.
Después de realizar durante un tiempo los guiones Olivera dejó la tarea de escribirlos en manos de Sergio Mulko, quien, con el seudónimo de Leo Gioser, ahondó con sus historias en la psicología del personaje, rozando la metafísica y el esoterismo. Esta primera parte se escribió entre 1969 y 1975, y consta de 33 capítulos, la mayoría en blanco y negro.
En 1980 la serie fue reescrita por el guionista Robin Wood (capítulos 1 al 66), luego por Ricardo Ferrari (capítulos 67 al 138), y finalmente por Alfredo Julio Grassi (5 capítulos más), siempre con los dibujos de Olivera, ahora en color.




YAKARI: El bisonte blanco



En esta segunda ocasión compartimos esta historieta especialmente "concebida para los niños y los no tan niños que aún mantienen algo de inocencia en sus corazones", según explica nuestro amigo de Yo soy de la generación de Mampato.



Se trata del primer volumen de la edición en castellano de la serie Yakari, del dibujante suizo Claude de Ribaupierre (1944), más conocido como Derib. 
Yakari es un niño sioux capaz de comprender el idioma de los animales, de modo que se comunica con ellos, y cuyas aventuras le han significado el cariño de millones de niños y adultos en el mundo entero.