Muchos pintores del siglo XX profesaron una abierta militancia política en defensa de los más desposeídos, sin embargo, esto no se reflejó en su trabajo. Prefirieron el arte abstracto o fueron consumidos por el mercantilismo que empezó a reinar en el mundo del arte. Si queremos ver pintura comprometida con el sufrimiento de los más pobres, tenemos que empezar con cierta obra de Bartolomé Murillo, Francisco Goya y en especial con los realistas del siglo XIX. Uno de ellos -poco conocido- fue Jean Pierre Alexandre Antigna. Nació en Orléans, Francia, el 7 de marzo de 1817.
Inició su formación en Orleans, con François Salmon. Posteriormente marchó a París para para estudiar en L’École Nationale Supérieure des Beaux-Arts, en la que ingresó en 1837, teniendo como maestros a Sebastien Norblin de la Gourdaine y a Paul Delaroche.
Pintó casi exclusivamente escenas religiosas y retratos en su primera época, hasta que tras vivir durante un tiempo en un barrio pobre de París, la Île Saint-Louis, comenzó a realizar obras en las que retrató escenas con imágenes de la pobreza y el sufrimiento que le rodeaba.
Practicó el más puro realismo academicista, muy cercano al de Gustave Courbet, hasta 1860 que comenzó a ejecutar pequeñas obras naturalistas.
Viajó por España y Bretaña donde comenzó a realizar obras naturalistas de pequeño formato, especialmente escenas del Valle de Ansó de Aragón, marinas y muchas escenas de Bretaña.
Expuso en el Salón de París en 1860.
Fue ante todo, y por lo que es famoso, un pintor de escenas de las clases más humildes, como lo demuestran sus obras más notables.
Murió en París, el 26 de febrero de 1878.