No pretendo dar consejos ni decir frases inspiracionales. Todo eso me resulta pretencioso y hasta una pedantería... Sé que a muchos cumplir años le resulta algo angustioso y les genera temor. Recuerdo que cuando cumplí 40 años me dije: "Bueno, Rubén, estás en la mitad de tu vida". De eso ya han pasado 29 años.
Hasta los 10 años dibujaba día y noche, hasta los 20 fui idealista y mal amante, hasta los 30 fui un artista irresponsable y descontrolado, hasta los 40 me maté trabajando, hasta los 50 seguí trabajando pero me empecé a cuestionar un montón de cosas...
En 1998 trabajaba en una agencia de publicidad como dibujante gráfico y los dueños compraron la primera Mac. Algo maravilloso estaba pasando. ¡Adiós tiralíneas! Lapicera Rotring, escuadra, nunca más pegar letras... los avisos salían armados. Me dejé fascinar por las nuevas tecnología. Luego vino Internet, las redes sociales, el celular... el mundo cabía en una mano. Era algo hermoso. Llegué a tener seis blog, una web, y todas las redes sociales existentes. He sido testigo y protagonista de todos los inventos más revolucionarios: Televisión, conquista de la Luna. He sido testigo de los cambios más importantes en la historia de la humanidad: Naturalismo, ecologismo, feminismo, pacifismo. Escuché que los niños tenían derechos y he visto a las mujeres empoderadas reclamando igualdad. Ni les cuento lo entusiasmado que estoy con la Inteligencia Artificial, es un mundo nuevo para los artistas. Soy un privilegiado.
Siento que esta es "mi época". Gracias a Google Earth conozco lugares insospechados. ¿Sabes ustedes dónde quedan las islas Diómedes? He conocido a artistas de todo el mundo con mucho talento, he leído historias maravillosas y he escuchado música que nunca creí que existiese.
He vivido momentos de alegría y momentos de tristeza. Momentos de placer y de dolor. Como todos ustedes.
Hoy cumplo 68 años... Lo mejor está por venir.