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sábado, 14 de mayo de 2022

La canción que representa a Ucrania ganó el festival Eurovisión


En plena invasión rusa, la banda ucraniana Kalush Orchestra y su tema “Stefania” se impuso en el popular certamen de música, por sobre el Reino Unido, que se quedó con el segundo lugar, y España, con el tercero.


Justo tras su actuación, Kalush Orchestra ha reclamado “ayuda” para su país, para la ciudad de Mariupol y para los soldados atrincherados en la acería de Azovstal, un mensaje que por su naturaleza política está prohibido en principio en las normas del festival, aunque la organización de momento no se ha pronunciado sobre sus consecuencias.






Stefania

Stefania madre, madre Stefania

El campo florece, tu cabello se vuelve gris

Mamá, cántame una canción de cuna

Quiero escuchar tus palabras de consuelo


Cuando yo era bebé, ella me mecía y me daba ritmo

Creo que no podrán quitarme la fuerza de voluntad, porque me ha dado

Creo que ella era más sabía que Salomón

Siempre volveré a ti, incluso con todos los caminos rotos


Ella no me despertará, no me despertará, incluso con tormentas

Incluso cuando la abuela te tira cosas, como balas

Ella me conoce muy bien y no se equivocó

Incluso cuando estaba cansada, seguía meciéndome


Ea la nana, ea la nana


Stefania madre, madre Stefania

El campo florece, tu cabello se vuelve gris

Mamá, cántame una canción de cuna

Quiero escuchar tus palabras de consuelo


Ya no soy un bebé, ma-oh-ma-oh, está bien

Aun así, sigue cuidándome como si fuera

Ya no soy un niño, pero ella sigue preocupándose

Corro, ella me maldice: Te voy a pegar


Mamá, todavía eres joven, estás en tu mejor momento

Si no aprecio tu amabilidad, estoy en un callejón sin salida

Allá, aquí, ahí arriba, en todas partes, mi amor por ti no tiene fin


Ea la nana, ea la nana


Stefania madre, madre Stefania

El campo florece, tu cabello se vuelve gris

Mamá, cántame una canción de cuna

Quiero escuchar tus palabras de consuelo


Stefania madre, madre Stefania

El campo florece, tu cabello se vuelve gris

Mamá, cántame una canción de cuna

Quiero escuchar tus palabras de consuelo.



Con subtítulos en español.




domingo, 8 de mayo de 2022

Muere George Pérez reconocido dibujante de clásicos de Marvel y DC Comics


A los 67 años, George Pérez falleció producto del cáncer terminal de páncreas que padecía desde el año pasado. 


El reconocido dibujante es autor de clásicos retratos de Marvel y DC y su deceso fue informado por a través de Twitter por sus familiares: "todos estamos de duelo pero, al mismo tiempo, estamos increíblemente agradecidos de la alegría que (George) trajo a nuestras vidas. Conocer a George era amarlo y él amaba de vuelta. Ferozmente y con todo su corazón. El mundo es mucho menos vibrante sin él hoy".

"Todos conocen el legado de George como creador. Su arte, sus personajes e historias serán recordadas por años. Pero, tan importante como es ese legado, palidece en comparación al legado del hombre que George fue. El verdadero legado de George fue su amabilidad. Es el amor que tenía por darle felicidad a otros.- y espero que ustedes lleven eso consigo siempre", agregaron.








viernes, 6 de mayo de 2022

Desastre del dirigible Hindenburg

El desastre del Hindenburg ocurrió el 6 de mayo de 1937, cuando el dirigible de pasajeros alemán LZ 129 Hindenburg se incendió y fue destruido durante un intento de aterrizaje en la Estación de Aire Naval Lakehurst en Mánchester Township, New Jersey, Estados Unidos. De las 97 personas a bordo (36 pasajeros y 61 tripulantes), hubo 35 muertes (13 pasajeros y 22 tripulantes). Un trabajador en tierra también murió, sumando un total de 36 decesos.




El desastre fue ampliamente cubierto en impactantes videos, fotografías y en una crónica radial grabada por Herbert Morrison, testigo del desastre, el cual fue retransmitido al día siguiente. Una variedad de hipótesis han sido propuestas tanto sobre la causa de ignición, así como para el combustible que originó la propagación del fuego. El incidente destrozó la confianza pública en la seguridad de los dirigibles rígidos para pasajeros y marcó el fin repentino de la era del Dirigible.​ (W)






domingo, 17 de abril de 2022

Canciones que me gustan: She

«She» (en español, Ella) es una canción escrita por Charles Aznavour y Herbert Kretzmer, publicada por Aznavour como sencillo en 1974. Fue compuesta como tema para la serie de televisión británica Seven Faces of Woman.


Alcanzó el primer puesto en el UK Singles Chart, donde se mantuvo durante cuatro semanas consecutivas y obtuvo un disco de plata al superar las 250,000 unidades vendidas. Tras las fronteras de Reino Unido la canción no fue tan popular, si bien llegó a alcanzar el número uno en las listas irlandesas. La canción se grabó, además de en inglés, en francés, italiano, español y alemán. 

Elvis Costello grabó una versión de la canción en 1999. Esta versión de la canción fue producida por Trevor Jones.

La versión original de Charles Aznavour fue interpretada en los créditos iniciales de la película Notting Hill, mientras que la versión de Elvis Costello es la que suena al final de la misma.









She
She may be the face I can't forget
A trace of pleasure or regret
May be my treasure the or price I have to pay
She may be the song the summer sings
May be the chill that autumn brings
My be a hundred different things
Within the measure of the day.

She may be the beauty or the beast
May be the famine or the feast
May turn each day into heaven or a hell
She may be the mirror of my dream
A smile reflected in a stream
She may not be what she may seem inside her shell

She who always seems so happy in a crowd
Who's eyes can be so private and so proud
No one's allowed to see them when they cry
She may be the love that cannot hope to last
May come to me from shadows of the past
That I remember till day I die

She may be the reason I survive
The why and where for I'm alive
The one I'll care for through the rough and many years
Me I'll take her laughter and her tears
And make them all my souvenirs
For where she goes I've got to be
The meaning of my life is she, she, she


Ella
Ella puede ser la cara que no consigo olvidar
Un rastro de placer o remordimiento
Puede ser mi tesoro o el precio que tengo que pagar
Ella puede ser la canción que canta el verano
Puede ser el frío que trae el otoño
Puede ser cien cosas diferentes
Mientras pasa el día

Ella puede ser la bella o la bestia
Puede ser la carencia o el banquete
Puede convertir cada día en cielo o en infierno
Ella puede ser el espejo de mi sueño
Una sonrisa reflejada en un arroyo
Ella puede no ser lo que parece dentro de su máscara

Ella quien siempre parece muy feliz dentro de un gentío
Sus ojos pueden ser tan privados y tan orgullosos
A nadie le permitió verlos cuando lloran
Ella puede ser el amor que no puedo esperar que termine
Puede venir a mi desde las sombras del pasado
Que recordaré hasta el día que muera

Ella puede ser la razón para sobrevivir
El por qué y el donde por lo que estoy vivo
A quien yo cuidaré a través de los muchos y ásperos años
Yo tomaré sus risas y sus lágrimas
Y con ellas haré todos mis recuerdos
Por donde ella va yo tengo que estar
El significado de mi vida es ella, ella, ella

Nos vemos el próximo domingo con otra canción que me gusta






domingo, 10 de abril de 2022

Canciones que me gustan: These Boots Are Made For Walkin

 

«These Boots Are Made for Walkin'» (en español: «Estas botas están hechas para caminar») es una canción clásica del pop de la década de 1960. Fue compuesta por Lee Hazlewood expresamente para la hija de Frank Sinatra, Nancy Sinatra. La canción supuso el mayor éxito de Nancy y ha sido versionada después por múltiples estrellas como Yuna Ito, Amanda Lear, Geri Halliwell o Jessica Simpson. La famosa Madonna admitió que Nancy Sinatra fue una de las estrellas que admiró en su niñez, y que solía bailar esta canción subida a las mesas.



Cuando eres la hija de uno de los grandes cantantes del mundo, se necesita algo más que una buena canción para lograr el éxito. Desafortunadamente, Nancy Sinatra apenas tenía voz, sin mencionar que carecía de material. Su voz austera dejó frío al público consumidor de discos, y ni siquiera la influencia de su padre (ella había firmado con su sello discográfico, Reprise) pudo hacer un éxito con ninguno de sus primeros lanzamientos.

Pero en 1965, el director de talentos de Reprise, Jimmy Bowen, la entregó a Lee Hazlewood, nacido en Texas, un compositor y productor inconformista y el creador del estilo twang de tocar la guitarra que Duane Eddy hizo famoso. Para los oídos de Hazlewood, el lúgubre zumbido de Nancy irradiaba una astuta sexualidad.

Resultó una pareja fructífera: solamente en 1966 hicieron cuatro álbumes juntos. Durante una de las primeras sesiones, Hazlewood y su equipo estaban pasando tiempo de ocio en el de estudio con "viejas canciones leperas de Texas", según cuenta el productor. Nancy, una niña pulcra de Nueva Jersey, no había oído nada parecido. Cuando su mandíbula cayó, los ojos de Hazlewood brillaron: “Dije, ‘Oh, tengo una idea. Dame la guitarra’”. Rasgueó algo en lo que había estado trabajando, una melodia irresistiblemente pegadiza: “These boots are made for walkin’, and that’s just what they’ll do/ One of these days these boots are gonna walk all over you”. Nancy dio una amplia sonrisa, sabía que era la canción para ella. Sin embargo, consciente de para quién trabajaba, Hazlewood se mostró renuente en enseñarle los coloquialismos groseros de la canción, específicamente en el verso: "You’ve been messin’ where you shouldn’t have been a-messin’", un eufemismo descarado en inglés para el sexo. Pero a Nancy no le podría haber importado menos y, como resultado, Frank estaba encantado.

La clave de la canción es una línea de bajo descendiente siniestra, como los escalones de un sótano oscuro, interpretada por Chuck Berghofer en contrabajo y Carol Kaye en bajo eléctrico. Hazlewood le dio una, ahora famosa, indicación a Nancy para que la cantara "como una niña de 14 años que sostiene relaciones carnales con camioneros". La canción avanzó en las listas de éxitos de todo el mundo y transformó la imagen de Nancy de niña de papá a gatita sexual. (F)




















Estas botas están hechas para caminar

Sigues diciendo que tienes algo para mí

Algo que llamas amor pero confiesas

Has estado jugando donde no deberías haber estado jugando

Y ahora alguien más está sacando lo mejor de ti

Estas botas están hechas para caminar

y eso es justo lo que harán.

Uno de estos días estas botas te van a pasar por encima.

Ya .

Sigues mintiendo cuando deberías decir la verdad

Y sigues perdiendo cuando no deberías apostar

Sigues diciendo cuando deberías estar cambiando

Ahora lo que está bien está bien, pero aún no has estado en lo correcto

Estas botas están hechas para caminar

y eso es justo lo que harán.

Uno de estos días estas botas te pisotearán.

Sigues jugando donde no deberías estar jugando Y sigues pensando que

nunca te quemarás (ja)

Acabo de encontrarme una nueva caja de fósforos, sí

aprender

Estas botas están hechas para caminar

Y eso es justo lo que harán

Uno de estos días estas botas caminarán sobre ti.

Nos vemos el próximo domingo con otra canción que me gusta




miércoles, 30 de marzo de 2022

Las fotos más impactantes: Rusia fracasa en la primera parte de la guerra y se prepara para la segunda

Los errores en el despliegue militar y su logística y la intensidad de la resistencia ucraniana han impedido la victoria relámpago que buscaban los generales de Putin y que daba por hecha la propaganda rusa.

Texto de Iñigo Sáenz de Ugarte

FUENTE

Todo ejército inicia una ofensiva con una cantidad determinada de munición, combustible y comida. La labor de la logística es conseguir que esas unidades puedan continuar su movimiento recibiendo de forma periódica los suministros necesarios. En muchas ocasiones, eso no es posible, bien por errores propios o por la respuesta del enemigo. A partir de ese momento, empieza la cuenta atrás. Cada día que pasa se acerca el instante en que ese ejército no pueda avanzar más o ni siquiera mantener sus posiciones, y eso sin contar con que los soldados terminen cayendo exhaustos después de varias semanas de combates.

Esta realidad fue enunciada por Carl von Clausewitz. Antes Napoleón la había expresado en innumerables frases con su obsesión por que los soldados contaran con calzado apropiado y comida suficiente. Cuando no lo consiguió, pagó un precio muy alto. Lo mismo le ocurrió a Rommel. Sus problemas con el combustible fueron el mejor aliado de los británicos en el norte de África.

Es lo que le ha terminado ocurriendo al Ejército ruso en su primer mes tras el comienzo de la invasión de Ucrania. Y por encima de ello, un hecho difícil de refutar. No ocupas un país tan grande como ese con 150.000-200.000 soldados. No son suficientes a menos que el enemigo se venga abajo. Los manuales militares indican que se necesitan al menos cinco soldados por cada defensor de una posición. Si se trata de combates urbanos en una ciudad, la ratio tiene que ser mayor.

En un intento de presentar como una decisión prevista desde el inicio lo que es un paso forzado por las circunstancias, el alto mando militar ruso anunció el pasado viernes que había cumplido sus planes iniciales y que pasaba a centrarse en “el objetivo principal” de la misión: obtener el control del Donbás, en la zona oriental de Ucrania.


El viceministro de Defensa fue más lejos este martes al hacer público “el descenso de la actividad militar en dirección a Kiev y Chernígov” (al norte de Kiev) con la intención de “aumentar la confianza mutua para las futuras negociaciones de un acuerdo de paz con Ucrania”. Horas después, se pudo observar un alto número de vehículos militares con destino a la frontera con Bielorrusia.

La hipótesis de que todo esto es una maniobra de distracción siempre es posible en una guerra. No es lo mismo reforzar las posiciones defensivas en los puntos más avanzados de una ofensiva que iniciar una retirada de las fuerzas o de parte de ellas, y es posible que ahora ambas cosas estén ocurriendo en puntos diferentes. Eso además es compatible con lanzar ataques aéreos o con misiles sobre las ciudades de Kiev y Lviv. Su función no será estrictamente militar, sino propagar el terror entre la población civil.

La operación aerotransportada sobre un aeropuerto a pocos kilómetros de Kiev en los primeras horas de guerra el 24 de febrero indicaba que los rusos habían elegido la capital como un objetivo primordial que se podía conseguir en menos de una semana. Asegurar el aeropuerto hubiera permitido el envío de un alto número de tropas con gran rapidez. Eso resultó imposible gracias a la resistencia planteada por el Ejército ucraniano y al hecho, aparente al principio, incuestionable después, de que Rusia no gozaba de una total superioridad aérea.

Lo mismo ocurrió con el famoso convoy de decenas de kilómetros que intentó acercarse a Kiev desde el norte. Probablemente, eran varios convoyes que terminaron convirtiéndose en uno al quedar bloqueado su avance. Lo que inicialmente podía parecer una demostración de una invasión incontenible resultó ser un avance condenado al fracaso.

Tantas bajas como en Afganistán: la OTAN calcula que Rusia puede haber perdido hasta 15.000 soldados en un solo mes

Los rusos cuentan con una impresionante ventaja en número de tanques sobre su enemigo. Es un arma que siempre ha provocado un terror ilimitado en la infantería. A veces, la superioridad de unos tanques sobre otros ha hecho que los soldados que ocupan los segundos sientan que van metidos en un ataúd rodante. Pero ha pasado mucho tiempo desde las grandes batallas de blindados de la Segunda Guerra Mundial. Es posible que los tanques sean mucho mejores que antes, pero las armas antitanque son muchísimo mejores y evidentemente continúan siendo más baratas que su objetivo. La ayuda militar occidental se ha centrado en este armamento y en menor medida en los misiles antiaéreos.

Las imágenes difundidas por el Ejército ucraniano del ataque de un convoy de tanques rusos demostraron hasta qué punto los carros de combate pueden ser vulnerables. Una veintena de tanques y blindados fueron atacados a distancia dejándoles sin más posibilidades de reacción que la de escapar. Ocurrió en Brovary, un suburbio de Kiev a 35 kilómetros de la capital.

“Los tanques fueron un gran símbolo de fortaleza durante la Segunda Guerra Mundial”, ha escrito hace unos días el historiador británico Antony Beevor. “El que Putin aún los vea de esa manera es inaudito. Estos vehículos han probado ser profundamente vulnerables a los drones y las armas antitanque en conflictos recientes en Libia y otros lugares. La capacidad de Azerbaiyán de destruir fácilmente los tanques armenios fue esencial en su victoria de 2020 en la región de Nagorno-Karabaj”.

El mando militar ruso no ha conseguido proteger el secreto de sus comunicaciones, un aspecto básico cuando el enemigo conoce tu idioma. En muchos casos, los soldados han abandonado su sistema encriptado, lo que compromete la seguridad de las transmisiones y ha permitido a la inteligencia ucraniana interceptarlas con facilidad. 

Las tácticas militares rusas no han impresionado a algunos de sus enemigos. “Tienen tácticas estúpidas de los tiempos del imperio ruso. No han cambiado. Su táctica más importante es lanzar cuerpos a la batalla. No les importan sus propios soldados”, dijo al NYT Muslim Cheberloevsky, un combatiente checheno que viajó a Ucrania en 2014 para seguir luchando contra los rusos.

Dos trabajadores de los servicios de rescate ucranios, ante un tanque militar ruso destrozado en Trostianets, en el norte de Ucrania.

La referencia a Chechenia es pertinente. Además de imponer en la segunda guerra chechena una política de tierra quemada con bombardeos indiscriminados sobre las ciudades, Moscú tuvo éxito porque consiguió que algunos de los insurgentes chechenos cambiaran de bando y se convirtieran en los guardianes de los intereses rusos en Chechenia. Putin creía que la población ucraniana rusohablante recibiría a las tropas rusas con los brazos abiertos. Es lo que los servicios de inteligencia le habían hecho creer, aunque es probable que él no hubiera aceptado nada que se alejara de sus ideas preconcebidas de Ucrania como un simple apéndice de la Madre Rusia.

Los objetivos de la guerra estaban condicionadas desde el principio por las ideas de Putin sobre el futuro de Ucrania como parte de Rusia o del espacio imperial ruso expresadas en un largo artículo publicado el verano pasado y en el discurso con el que anunció el reconocimiento de la independencia de las dos provincias orientales del país vecino. Si Ucrania no tenía derecho a considerarse un país totalmente independiente de Moscú, según decía Putin, la guerra sólo podía acabar con el sometimiento de Kiev a la voluntad rusa.

La premisa exigía sustituir al Gobierno ucraniano en Kiev u obligarle a un acuerdo de paz vergonzante por el que entregara la mayor parte de su soberanía. Putin también pensaba en un golpe de Estado que acabara con el Gobierno de Zelenski. “Tomar el poder en vuestras manos”, dijo el presidente ruso en un discurso, refiriéndose al Ejército ucraniano. Para dejar a Zelenski sin opciones, era imprescindible como mínimo rodear Kiev y otras grandes ciudades y dejar claro que cualquier resistencia sería fútil a partir de ese momento.

Esos planes no se han cumplido, lo que no quiere decir que Rusia haya perdido la guerra. La destrucción de Mariúpol –donde han muerto 5.000 personas según las autoridades locales– y de varias zonas de Járkov confirma algo que se sabe desde el primer momento. La artillería es capaz de arrasar la mayoría de sus objetivos sin necesidad de exponer a las tropas. Es lo que ocurrió en Chechenia, aunque es difícil conjugar la idea de considerar a Ucrania una parte de la patria rusa y convertirla después en un paisaje postapocalíptico. Es la razón por la que las zonas habitadas de Kiev no han recibido un castigo tan brutal. Evidentemente, eso puede cambiar en cualquier momento.

Decenas de voluntarios cubren con sacos de arena el monumento a la princesa Olga en el centro de Kiev para protegerlo de posibles ataques rusos.

Los analistas habituales de la televisión pública rusa no ocultan su decepción por la marcha de la guerra. Habían asegurado a la audiencia que no tenían nada de que preocuparse. En los últimos días, no son tan optimistas. “Tenemos que admitir que nuestra operación no ha causado un shock psicológico en el que el lado contrario pierda su voluntad de luchar”, dijo el periodista Vitali Tretiakov. “La resistencia del lado ucraniano no se ha interrumpido ni se ha debilitado”. La presentadora casi le acusó de derrotismo.

El general retirado Vladímir Shamánov, diputado del partido de Putin y presidente de la Comisión de Defensa de la Duma, intervino en ese programa para dar el punto de vista de los halcones. Ya no podía anunciar una victoria fácil. De hecho, hizo un pronóstico que debió de sonar tenebroso a los espectadores. Predijo que el millón de soldados de las Fuerzas Armadas no son suficientes para la tarea pendiente de someter a los ucranianos. “Hoy, podemos predecir claramente que tendremos que permanecer en Ucrania durante 30 o 40 años”. Por algo un general ruso que fue asesor de Putin sobre Chechenia llamó a Shamánov un “carnicero” por las atrocidades que cometió en esa guerra.

El Ministerio ruso de Defensa ha reconocido la muerte de 1.351 militares rusos en un mes de guerra, además de 3.825 heridos. Fuentes del Pentágono ofrecieron una horquilla de 7.000 a 15.000 muertos. En Afganistán en nueve años de guerra, murieron 15.000 rusos. En una década en Chechenia, 11.000. Incluso las cifras oficiales llaman la atención. Esa ratio de 1:3 entre muertos y heridos es inmensa en uno de los ejércitos más avanzados del mundo en el siglo XXI. Es similar a la que sufrió el Ejército norteamericano en la guerra de Vietnam.

Edificio de la Administración regional en la ciudad ucrania de Mikolaiv tras un ataque ruso.


En su última conversación telefónica este martes, Putin ha dicho a Macron que hay algunos “avances” en las negociaciones entre Moscú y Kiev. Es una declaración muy genérica que no le compromete a mucho. También le ha contado que exige la rendición de Mariúpol y la entrega de armas por las fuerzas que la defienden. Zelenski dijo hace unos días que ha ofrecido a los que resisten en esa ciudad que se rindan si su situación es insostenible, pero la respuesta que recibió es que seguían dispuestos a continuar combatiendo.

Los rusos no van a interrumpir sus ataques en el este y sur del país. Buscan consolidar la ocupación del arco que va desde Jersón en el sur hasta Lugansk en el noreste de Ucrania, provocando una partición de hecho del país que se puede prolongar durante años. En el Donbás, Ucrania cuenta con no menos del 25% de todas sus tropas en una parte de la contienda de la que hay menos información. Ser derrotado en la región oriental sería un duro golpe moral para el Gobierno de Kiev.

En el norte, Rusia puede reforzar sus posiciones defensivas a la espera de recibir la orden de avanzar si fracasan las negociaciones. Para entonces, se supone que el Ejército ruso habrá recibido tropas de refresco y los suministros adecuados. Putin podría llegar a la conclusión de que el fracaso de la Blitzkrieg pretendida se debió a los errores de los servicios de inteligencia y la incompetencia de algunos mandos militares. Si cree que ambos se pueden solventar –por definición, un dictador u hombre fuerte de un régimen piensa que todos son prescindibles, menos él–, quizá busque una segunda ofensiva masiva cuyo objetivo volverá a ser provocar el hundimiento repentino del Ejército ucraniano.

El momento en que Putin haga balance y opte por declarar cuanto antes la victoria después de arrancar a Ucrania algún compromiso, como el de no integrarse en la OTAN, aún no ha llegado.


Las fotos más impactantes de la guerra entre Ucrania y Rusia