Los tres números de la revista Cuero se publicaron quincenalmente, entre principios de noviembre y mediados de diciembre de 1983. El nombre completo de la revista —siguiendo una tradición de expansión típica de las revistas de historieta—, era Tiras de Cuero, al que se le agregaron los subtítulos “El arte poder de la historieta”, en el primer número; “Historieta, etc., para adultos” en los otros dos, así como una serie de slogans o resúmenes del contenido: “Ciencia ficción. Novela negra. Nueva historieta”, “La fantasía más poderosa del mundo, con la crítica más pesada” y, en el número 3, “Lo mejor y más pesado de la historieta de Argentina, España y Francia”. Fue dirigida por Oscar Steimberg, con Roberto Rollie como Director de Arte y Oscar Traversa como “Colaborador Especial”. Fue publicada por Editorial Latinoamericana.
Las tapas de Tiras de Cuero, pobladas por monstruos y mujeres desnudas, ya son una exposición del programa modernizador y del público al que se dirigía la revista, que se explicitan tanto en el editorial de su primer número como en su diagramación. En principio, se trataba de diferenciarse de otras revistas, como D’Artagnan, Fantasía, Intervalo y El Tony (de editorial Columba) o Skorpio, Pif Paf, Tit Bits y Corto Maltés (de editoria Record), revistas “con moraleja, en las que no entran las cosas malas”, o en las que no aparecían “las cosas sociales”. En Cuero, en cambio, entran las cosas malas (básicamente, el sexo) y las “cosas” sociales: relatos anclados en el presente, algunas insinuaciones políticas, todo aquello que la incipiente transición a la democracia habilitaba y exigía.
La revista presentaba algunas características novedosas, o al menos extremaba tendencias previas. La más notable fue la presencia de textos polémicos. Hasta ese momento, las revistas de historietas tendían a limitar el texto al índice, a alguna eventual nota editorial o a cartas de lectores; la editorial Record presentaba a sus colaboradores “estrella” y reseñaba la historia y el presente de la historieta. Tiras de Cuero amplió esa presencia textual a un editorial, un “índice comentado” y una importante cantidad de notas críticas, no sólo sobre historietas, sino también sobre cine, rock, video, y literatura. Claramente, interpelaba a un lector más “sofisticado” que el de la revista de historietas clásica; un lector capaz de saltar de una historieta a una nota de Fogwill sobre Woody Allen, a una reseña sobre la música contemporánea o a un comentario sobre mundos de la ciencia ficción a cargo de Angélica Gorodischer.
Las historietas publicadas podrían clasificarse en dos tipos: las de “cosas sociales”, como “Yo acuso” de Dalmiro Sàenz y Torre Repiso o “Recorridos; historias subporteñas”, de Gallego y Sanyú; y las de “cosas malas”: las de ciencia ficción, muy sexualizadas, dominadas por “Memorias del viejo mundo” de Trillo y Dose y por “Ciudad” de Barreiro y Gimènez. Un elemento central es la publicación de historietas francesas contemporáneas: Gotlieb, Lauzier y Gir (Jean Giraud antes de asumir su identidad como Moebius).
A pesar de su breve vida, Tiras de Cuero es un hito en la publicación de revistas de historieta en Argentina, tanto por lo que resume y las discusiones que encara, como por lo que anuncia. Hacia el pasado, completa el proyecto de modernización representado, en principio, por ediciones Record (que expone una suerte de autoconciencia de la edición de historieta con el rescate de un pasado reconocido) y por Superhumor, la revista de historietas de ediciones de la Urraca, lastrada por su mezcla de humor gráfico y actualidad política. En su presente, Cuero encara una discusión con la historieta contemporánea y la construcción de un nuevo tipo de lector, que tiene a la historieta en un menú de consumos culturales de valor equivalente. En este sentido, retoma elementos de LD, la revista dirigida por Oscar Masotta en 1968. Hacia el futuro, anuncia el proyecto de la revista Fierro. Desde el nombre (ese “cuero”, en el que ya resuena el “metal” acriollado de las revistas Heavy Metal y Metal Hurlant) hasta diversos aspectos de la revista: la actualización temática y formal de los contenidos, las tapas erotizadas, la articulación de la historieta europea contemporánea con la argentina, la incorporación de críticas de cine, música, literatura e historieta; los editoriales y comentarios al propio contenido publicado, y buena parte de los colaboradores de la revista.