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viernes, 9 de abril de 2021

Subastan un ejemplar de la historieta en la que Superman apareció por primera vez


Por un ejemplar de esta edición se pagaron 3,25 millones de dólares en una subasta.


La triste historia de sus creadores que vivieron en la miseria. Jerry Siegel y Joe Shuster crearon a mediados de la década del 30 un nuevo personaje. Un súper hombre que provenía de otro planeta. Vestía de manera algo particular: unas calzas largas con un calzoncillo encima, una S en medio del pecho y una capa. Lograron un contrato para hacer la historieta que fue un éxito, pero la letra chica los llevó a años de litigio mientras otros se hacían millonarios con su creación. La carta que logró el tardío reconocimiento por el que lucharon durante décadas. El misterioso coleccionista que pagó una fortuna.
INFOBAE


Hace 83 años alguien pagó 10 centavos por la revista. Tal vez le causó intriga el nombre, Action Comics; tal vez lo atrajo ese hombre en traje azul, slip rojo y capa a punto de revolear un auto. O tal vez fue sólo un chico al que el padre llevó a comprar algo en el kiosco y al no encontrar nada mejor, se llevó casi al azar ese número inaugural.

Después quedó olvidada por ahí en medio de una pila de revistas de cine. Eso provocó que durante años nadie ni siquiera la recordara, pero también hizo que se preservara.

En ese primer número de Action Comics que salió en abril de 1938 aparece por primera vez Superman. Es el inicio de no sólo de este personaje sino de todo un género, el de superhéroes.

Esta semana uno de esos ejemplares fue subastado por un precio récord. Un comprador que prefirió permanecer anónimo lo compró por 3.250.000 dólares.

En su momento se editaron decenas de miles de ejemplares pero hoy, 83 años después, quedan menos de cien. Y de ese escaso centenar son muy pocos los que están en buen estado.

El estado de conservación de una revista de este tipo siempre es importante e influye decisivamente en su valor final. El subastado a comienzos de esta semana fue calificado como MINT, el nivel superior. Para que una revista llegue a la categoría MINT debe estar nueva, que la tapa conserve su brillo original, que las páginas no tengan puntas ajadas, ni haya doblez alguno. Como si nadie la hubiese leído jamás, como si del kiosco de revistas hubiera sido llevada al remate. Una paradoja: pagar más de tres millones por una revista que no se puede ni siquiera hojear, cada página que se pasa, el valor decrece.

Este ejemplar en particular ya conoce las casas de remates. Es la cuarta vez que es subastado. La última fue en 2018 y su comprador había pagado poco más de dos millones de dólares. Una inversión invencible: en tres años ganó más de un millón de dólares.

Si este ejemplar le proporcionó una fortuna a su anterior propietario, no sucedió lo mismo con los creadores del personaje. Uno creería que con su vigencia, su reencarnación en todos los formatos posibles (revistas, libros, películas, series, muñecos, juegos, y toda forma conocida de merchandising), los que le dieron vida al hombre de acero y sus sucesores disfrutaron de una vida acomodada, viviendo de las regalías y de los honores. Pero no fue así.

Jerry Siegel y Joe Shuster crearon a mediados de la década del 30 un nuevo personaje. Un súper hombre que provenía de otro planeta. Las balas rebotaban en él, tenía una fuerza descomunal. Todavía no volaba: daba enormes saltos. Vestía de manera algo particular: unas calzas largas con un calzoncillo encima, una S en medio del pecho y una capa. Todo rojo y azul. El nombre, sin originalidad pero con impacto, era una evidente descripción del personaje: Superman.

Jerry Siegel y Joe Shuster, creadores Superman
Jerry Siegel y Joe Shuster, creadores Superman.
 

Siegel desarrollaba los personajes y escribía los guiones. Shuster dibujaba. Los dos jóvenes vivían en Cleveland -ciudad que hoy se proclama con orgullo como “la cuna de Superman”- y desde allí trataban de hacerse un lugar en el mundo de las historietas, un mercado que iba creciendo. En 1935 lograron que les compraran por 6 dólares la página sus dos primeras creaciones: Doctor Oculto y Henri Duval,. El otro personaje, al que ellos le tenían fe, no interesaba demasiado a los editores.

A principios de 1938 llegó la carta que habían esperado. Les pedían 13 páginas de su historieta protagonizada por el hombre que rebotaba las balas para una nueva revista.

El primer número de Action Comics apareció en abril de 1938 (en la tapa decía “Junio 1938” por la costumbre de las revistas norteamericanas de poner la fecha de devolución y no la de la salida).

Superman, el héroe de los calzones a la vista y la capa, levanta un auto por sobre su cabeza mientras varias personas huyen despavoridas. En la tapa no se mencionaba el nombre del personaje ni el de las otras muchas historietas incluidas en ese número. La revista tuvo un suceso moderado. Semanas después, Siegel y Shuster recibieron el pedido que esperaban. Más aventuras del personaje. que siguió apareciendo número tras número hasta volver a la tapa en la séptima entrega. Action Comics en ese breve lapso había duplicado sus ventas. La razón del éxito: Superman.

Los historietistas estaban muy satisfechos. Veían como por las calles había chicos que representaban a su creación. Habían cumplido un sueño. Pero en el fragor de hacerse un lugar en la incipiente industria, de tratar de vivir de lo que les gustaba, no se percataron en qué condiciones habían pactado la contratación. En realidad, las condiciones eran las de siempre, las que solían firmar. Un contrato cerrado y leonino, en favor del editor a cambio de la paga acostumbrada. Fueron 130 dólares, a razón de 10 dólares por página. La letra chica del contrato, esa que ellos ya no leían, decía que a la editorial le quedaban todos los derechos futuros que generara el personaje y que los autores nada más tenían que reclamar.

Superman gracias a su éxito abrumador, en poco tiempo tuvo su propia revista. Y logró lo que cualquier historietista desea: la sindicación. La publicación en cientos de diarios de todo Estados Unidos. Una tira diaria y la edición especial del domingo. Cuando eso sucedió, Shuster y Siegel acudieron a la editorial a reclamar por su parte, a sostener que el personaje y el trabajo les pertenecía. Los directivos rechazaron sus pedidos blandiendo el papel firmado meses antes. Superman ya no les pertenecía. Creyeron que era una situación pasajera pero los hechos les demostrarían lo contrario.

Los creadores en plena tarea. Mientras ellos hacían las historietas, el contrato que habían firmado había cedido todos los derechos a la editora
Los creadores en plena tarea. Mientras ellos hacían las historietas, el contrato que habían firmado había cedido todos los derechos a la editora.
 
Los directivos aumentaron la paga de los creadores a través de un contrato de diez años de duración. Los autores tenían un muy buen pasar. Ganaban una pequeña fortuna en comparación a sus ingresos anteriores y al resto de sus colegas. Sin embargo eso era una miseria respecto a lo que producía el personaje. Superman se había convertido en un fenómeno que estaba destinado a perdurar. Atravesaba las edades y que día a día pedía recalar en otros formatos. Así, además de seguir en Action Comics y en los diarios, tuvo su propia publicación que agrupaba trabajos anteriores y se extendió hacia la radio y el cine.
Shuster y Siegel siguieron trabajando. Mientras Siegel deseaba seguir escribiendo él mismo cada guión a pesar de que el trabajo ya era muchísimo a esa altura, Joe Shuster debió poner a un equipo de dibujantes a trabajar para él. Su salud empezó a declinar.
Los pagos seguían siendo amplios pero habían perdido el control de su personaje y veían como los editores amasaban una fortuna descomunal. Los reclamos continuaban.
Jerry Siegel fue alistado en el ejército en medio de la Segunda Guerra Mundial. No fue enviado al frente europeo. Su destino fue Hawai. Mientras él se encontraba reclutado, los de National, la casa editora, decidieron publicar Superboy, una creación de Jerry SIegel que en su momento habían rechazado. Naturalmente también fue un éxito.

Superboy, la otta historieta de Jerry Siegel y Joe Shuster que se convirtió en éxito

Superboy, la otra historieta de Jerry Siegel y Joe Shuster que se convirtió en éxito.
 

Esa fue la llave para un nuevo reclamo. La presentación judicial la realizaron por los dos personajes. Lo de Superman no prosperó. El juez consideró que la cesión de derechos de aquel contrato primigenio era válida. Pero les reconoció los derechos sobre Superboy, como un personaje independiente. Los editores y los artistas llegaron a un acuerdo. Se les pagó 94 mil dólares a Shuster y Siegel que cedían los derechos a perpetuidad y declaraban que nada más tenían que reclamar a National (la actual DC Comics). Faltaban pocos meses para que el contrato por diez años finalizara. Transcurridos esos meses, la empresa despidió a Shuster y Siegel. No querían saber más nada con ellos, ya habían dado lo mejor de sí y temían nuevas presentaciones judiciales.

Ellos pensaron que siendo los creadores de Superman les esperaba un futuro promisorio. Trabajo en la competencia, nuevos personajes, revistas propias. Pero nada de eso sucedió. La industria se había profesionalizado, había avanzado hacia un sitio que ellos, enfrascados en las aventuras del hombre de acero, no habían podido seguir. Siegel consiguió algún trabajo que no duró demasiado con Stan Lee en Marvel, mientras que a Shuster la pérdida de visión progresiva ya le hacía imposible dibujar.

Sus nombres fueron borrados de su personaje. Los productos de Superman seguían apareciendo por todos lados. La serie televisiva con George Reeves fue un éxito. Cada vez que veían su creación en un kiosco de revistas, en la cartelera de un cine, en la contratapa de un diario o lo escuchaban por la radio un dolor les atravesaba el esternón. Superman generaba fortunas y gozaba de gran vida pero sus creadores, Shuster y Siegel, no recibían un peso ni reconocimiento por su personaje.

La amargura los fue colonizando. Shuster se convirtió en empleado de correo y algún día tuvo que llevar un paquete al mismo edificio en que la editorial tenía sus oficinas. Alguien lo vio y lo hicieron subir a encontrarse con sus viejos editores que no podían creer la situación del dibujante. Ese día apenas recibió de ellos una propina y un consejo para que cambiara de trabajo.

En las revistas mostraban a los jóvenes como los creadores del fenómeno: la empresa ganaba millones, ellos no
En las revistas mostraban a los jóvenes como los creadores del fenómeno: la empresa ganaba millones, ellos no.
 

Mientras la salud y la economía de Joe Shuster se deterioraban progresivamente, lo mismo le ocurría a Siegel quien padeció dos infartos. Luego de la muerte de su madre, con la que vivía, Shuster, casi ciego, pasó unos días como homeless. Cuando decían que ellos habían creado a Superman, la gente se les reía en la cara o los miraban con compasión.

Jerry Siegel siguió intentando encontrar resquicios legales para obtener alguna ganancia de las que producía su personaje. Los juzgados le cerraron todos los caminos. Aquel contrato inicial y el acuerdo posterior que incluyó a Superboy eran los instrumentos jurídicos que respaldaban a la editorial. Para ese entonces sólo los memoriosos sabían quiénes habían creado a Superman. Hacía décadas que el nombre de Siegel y Shuster no aparecían junto a la historieta o sus derivados.

En 1975 la Warner anunció con gran pompa que estaba preparando una película de Superman. Prometía ser una producción enorme. Un director afamado, Mario Puzo, autor de El Padrino, entre los guionistas, Marlon Brando y Gene Hackman para papeles secundarios, un casting exhaustivo para dar con el protagonista principal y efectos especiales nunca vistos hasta entonces. Sería la película con mayor presupuesto de la historia. Los medios se hicieron eco de la noticia y la expectativa fue inmediata.

Jerry Siegel que ya había visto pasar frente a sus ojos revistas, programas televisivos, cortos cinematográficos y hasta un musical de Broadway protagonizados por su criatura, no aguantó más. Escribió una larga carta en la que expresaba su dolor y su bronca: “¡Yo, Jerry Siegel, maldigo la película de Superman! Espero que sea un fracaso de los que hacen historia. Espero que los seguidores leales de Superman evitan las salas. Espero que el mundo entero, al ser consciente del hedor que rodea a Superman, se aleje de la película como de la peste. ¿Por qué maldigo una película basada en Superman, mi propia creación? Porque el dibujante Joes Shuster y yo, que concebimos Superman juntos, no recibiremos ni un centavo del acuerdo al que ha llegado la superproducción. Superman lleva 37 años generando ingentes sumas de dinero. Durante la mayor parte de ese tiempo los creadores de Superman no hemos ganado nada con él. Durante muchos de esos años conocimos penurias económicas, mientras los editores se hacían millonarios. National Publications ha matado mis días, asesinado mis noches, ahogado mis alegrías, estrangulado mi carrera. Considero a los ejecutivos de National asesinos económicos, monstruos hambrientos de dinero. (...) Joe está casi ciego. Mi salud no es buena. Ambos tenemos 61 años. La mayor parte de nuestras vidas, durante el éxito de Superman, la hemos vivido en la estrechez. (...) Joe y yo estamos sufriendo. Apenas podemos pensar en otra cosa, y me siento miserable al ver como nuestras familias sufren (...)”.

Hizo decenas de copias y las envió a algunos periodistas y a varios de los mejores autores de cómics de Estados Unidos. La respuesta fue lenta. Primero algún joven dibujante expresó su pesar en un fanzine, luego otro hizo un comentario dolido en una radio. De a poco varias personas se fueron haciendo eco. El presidente de la Asociación de Autores de Historietas, un colega de los inicios de Siegel, expresó públicamente su preocupación. Cuando ya las voces eran demasiadas, la noticia se metió en las secciones de espectáculos de los grandes medios. Era una buena historia para que los periodistas la explotaran: la contraposición entre la salud radiante del personaje y el destino maltrecho de sus creadores.

JoeShuster, Neal Adams, Jerry Siegel y Jerry Robinson
JoeShuster, Neal Adams, Jerry Siegel y Jerry Robinson
 

Warner, que había adquirido la editorial, no quiso tener problemas. Sus directivos creyeron que si se producía un escándalo mediático, eso perjudicaría su película. Estaban muy preocupados por resguardar los millones de dólares que invertían en el presupuesto del film. Se reabrieron las negociaciones y llegaron a un acuerdo. La productora se comprometía a pagar una pensión de 20 mil dólares anuales a Shuster y a Siegel, brindarles cobertura médica y, además, a reintegrarlos en los créditos, tanto de la película como de las publicaciones, como creadores del personaje. Ese acuerdo posibilitó que los dos artistas pasaran sus últimos años (Shuster murió en 1992 mientras que Siegel lo hizo en 1996) sin preocuparse de los avatares económicos.

Superman seguirá atravesando los cielos, rebotando las balas que pegan en su pecho, persiguiendo criminales. Seguirá generando, también, grandes beneficios económicos en sus distintas versiones y adaptaciones. Jerry Siegel y Joe Shuster serán, finalmente, recordados como sus creadores, como los dos que le dieron vida al primer superhéroe moderno, el que empezó la fiebre.






sábado, 28 de noviembre de 2020

A un año de Un violador en tu camino



Mirando hacia el frente, en filas y con voz firme, un grupo de feministas chilenas coreó el pasado 25 de noviembre en Santiago y otras ciudades del país, un mensaje a viva voz contra la violencia de género, en medio de la convulsión social que sacude al país desde hace 43 días. El mensaje caló hondo en las redes sociales y se replicó por mujeres de varias ciudades del mundo.
Un año después de que los versos “El Estado opresor es un macho violador” o “El violador eres tú” se convirtieran en un himno feminista global tras inundar las calles de Santiago de Chile, el colectivo LasTesis ha vuelto a gritar contra las violencias machistas para denunciar que las mujeres siguen siendo asesinadas.

El 25 de noviembre, con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer las manifestantes han vuelto a interpretar, frente al teatro de la Universidad de Chile y vestidas de negro, la coreografía “Un violador en tu camino”, ideada por el grupo chileno LasTesis.


¿Quiénes lideran el colectivo feminista Las Tesis?

Según el medio chileno Interferencia, hace aproximadamente un año y medio Sibila Sotomayor y Daffne Valdés, del área de las artes escénicas; Paula Cometa Stange, del ámbito del diseño e historia, y Lea Cáceres, desde el diseño de vestuario, se organizaron y dieron vida al colectivo interdisciplinario de mujeres Las Tesis.

El nombre radica en que el objetivo de estas cuatro mujeres de 31 años es tomar tesis de autoras feministas y traducirlas a un formato performativo con el fin de llegar a múltiples audiencias.

Con la primera tesis que trabajaron fue con el libro ‘El calibán y la bruja’ de Silvia Federicci (2004) y actualmente se inspiran en torno a la tesis de la antropóloga argentina Rita Segato, quien ha analizado en sus obras los factores que estructuran la violencia sexual ejercida contra las mujeres y la violación como un mandato de la masculinidad fragilizada.

La comentada intervención en Plaza de Armas fue realizada anteriormente en la Plaza Anibal Pinto y en la Plaza Victoria en Valparaíso, mientras que su primer trabajo como colectivo fue presentado en salas, recintos académicos y fiestas. “Nuestras intervenciones duran solo quince minutos, la idea es que sea así, precisa, concisa y efectiva”, dijo Sotomayor a ese medio chileno.



¿De dónde surge la letra de ‘Un violador en tu camino’?

“El patriarcado es un juez, que nos juzga por nacer, y nuestro castigo, es la violencia que no ves. Es feminicidio. Inmunidad para mi asesino. Es la desaparición. Es la violación. Y la culpa no era mía ni donde estaba ni cómo vestía. Y la culpa no era mía ni donde estaba ni cómo vestía. El violador eras tú. El violador eres tú. Los jueces. El Estado. El presidente”, dice la canción, que ya fue representada además de en Chile en países como Francia, Alemania, Colombia, Estados Unidos y México.

Con respecto a la letra de esta canción, Valdés, señaló para Interferencia: “Nos planteamos como premisa de grupo intentar llevar teorías feministas a un formato escénico de una forma simple, sencilla y pegajosa para que el mensaje de diferentes teóricas feministas llegara a más personas que quizás no habían tenido la oportunidad de leer o analizar”.

Freno a la represión machista

‘Un violador en tu camino’, como denominaron las feministas chilenas su representación contra el patriarcado, copó en la última semana las redes sociales y se transformó en el himno de la lucha contra el patriarcado más allá de la Cordillera de los Andes y el océano Pacífico.

“Y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía… el violador eres tú”, dice la letra de la canción. Tomar las calles con esta canción “sale del colectivo (feminista) Las Tesis; cabras (muchachas) de Valparaíso que difundieron la performance con el fin de que el mensaje no pare de cantarse en todos lados y todo el mundo pueda escuchar”, dijo Amaru Rivera, estudiante de actuación en Universidad de Chile que llegó a la sede del gobierno, La Moneda, para dirigir la intervención.

Con un megáfono en sus manos, Rivera, de 22 años, lideró el grupo que entonó la canción, afrontando con sus puños en alto la fachada de la casa de gobierno. A su alrededor, decenas de personas detenían su camino para filmar con sus celulares, lo que luego transformó a #LasTesis en una de las tendencias del día en redes sociales.

“Exigimos respeto por ser mujeres” comentó Catalina Farias, profesora de historia y geografía que participó de una representación en Plaza de Armas, ubicada a unas 6 cuadras de La Moneda.

Por su parte, Cometa Stange afirmó para Interferencia que “es necesario construir desde la educación muchos temas que hoy están fuera como la historia de la mujeres que ha sido la invisibilizada. En ese sentido, una Carta Magna debe involucrar las demandas feministas, porque vivimos en un sistema patriarcal que está creado bajo criterios masculinos, operan elementos que se resumen en que “el Estado opresor es un macho violador”. Una nueva constitución debe repensar a las mujeres, disidencias, niños y niñas.

A seis semanas del inicio de la convulsión social en Chile, que estalló con protestas de estudiantes contra el aumento en las tarifas del ferrocarril metropolitano, el gobierno de Sebastián Piñera sigue sin poder frenar las manifestaciones que piden mayor igualdad a través de profundas reformas sociales.

Ni un acuerdo histórico alcanzado en el Congreso para cambiar la Constitución heredada de Augusto Pinochet (1973-1990), ni un paquete de medidas que incluye un aumento en las pensiones menos favorecidas, han desactivado el descontento.

Con 23 muertos y miles de heridos -cerca de 300 personas con lesiones oculares y dos con ceguera total- las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos perpetradas por las fuerzas de seguridad alertaron a organismos internacionales como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, que recomendó reestructurar la Policía.

La capucha es el enemigo

"La kapucha, a la cual Piñera le está haciendo unas leyes yo creo que inútiles a fin de castigar con más penas los desmanes cometidos a cara okulta, es en estos momentos mucho más que un ocultador de rostros –que lo es también– es un símbolo triunfal de resistencia, un complemento de la nueva indumentaria, un adminículo sexy, un ladrido social... y las hay de muchos modos, unas en base a pañuelo, o gorro, o antiparras, o máscaras antigas, y de lo que se trata primeramente es de constituirse como un elemento fundamental del atuendo de los guerreros periféricos que se baten en el cuerpo a cuerpo urbano a fin de rescatar su dignidad pisoteada por un sistema cuyo olor a lavanda se percibe en el traje de mall de los empresarios, dignatarios, parlamentarios, ministros y otros seres hoy escasamente aplaudidos. El enemigo adrenalítico del encapuchado es primeramente el carabinero, un carabinero muy desprestigiado de indumentaria torpe y protocolos brutales sacaojos, aunque hay también kapuchos incendiarios y vandálicos sin límite, pequeños nerones de la salvaje destrucción hotelera o de locales pequeños que dejan en la desesperación y en la incertidumbre a tanta gente. Quiero decir que más allá de estos humos y llamas hay algo rockero punk profundo obscuro penetrante que emana de las kapuchas, y dudo que nuestros nerdísimo presidente y nuestro cautelosos ministro del interior y nuestro pinochetístico ministro de defensa entiendan en toda su magnitud el fenómeno kapucha, una prenda poliédrica y multisémica que proyecta su sombra llameante sobre las manifestaciones, las barricadas, el fuego, el cuerpo, la danza, el revival, las raíces étnicas, el wifi, el erotismo, el heroísmo clásico, la resistencia mapuche, la juventud, la rebeldía, la rabia, la dignidad, el delito, la hazaña, la performance, la vigilancia digital, la discriminación, la dictadura, el poder arbitrario, la injusticia, las bandas rivales, las patotas, la belleza y el horror". 


(Texto de JuanGuillermo Tejeda)











miércoles, 30 de septiembre de 2020

Los ilustradores despiden a Quino




Tras la muerte de Quino lloramos todos, no solo sus lectores, también aquellos artistas que aprendieron todo de él. Miguel Rep, por ejemplo, publicó una viñeta donde se lee: “Lo intuíamos. El verdadero Principito era Quino”. Junto a la imagen, en el tuit, dijo: “Se fue mi segundo Papá. Gracias por todo #Quino”.

Fuente: Infobae

Ricardo Siri, más conocido como Liniers, también realizó su homenaje. Enriqueta, el personaje de este artista argentino de 46 años, le da un reparador abrazo a Mafalda. Por su parte, la artista Coco Glez y el equipo de ilustradores Pictoline dibujaron sus versiones en una muestra de afecto al “padre artístico” de varias generaciones de dibujantes. Y esa paternidad, esa maestría, no ocurre solamente en tierras argentinas. Forges, el humorista gráfico español fallecido en 2018, dijo una vez: “Los dibujantes hemos tenido dos padres y dos madres, uno es Quino y el otro Antonio Mingote”.
“#AdiósMaestro #Quino... gracias, gracias, gracias por haberme enseñado a soñar, contar, a sacar mi voz, a encontrarme a través del dibujo. Dibujo por usted, porque encendió en mí esa llama que no se apaga, gracias. #QuinoEterno”, escribió Ro Ferrer y compartió su ilustración. También lo hizo Daniella Martí, Pablo Lobato, Nagú, y el argentino Pablo Bernasconi que tuiteó: “¡Buen viaje, maestro de maestros! Gente inmensa, más inmensa, imposible. Ya te extrañamos”.
Hace unos años, cuando Quino estuvo de visita en España, El País organizó una entrevista con sus lectores. Cuando le preguntaron sobre la vigencia de su obra, incluso en ese momento, año 2006, dijo: “Bueno no esperaba vivir tanto. Nunca hice otra cosa [que dibujar], ni sé hacerlo, bueno sí: ir al cine, beber buen vino y escuchar música. Pero nunca pensé en otra cosa que en dibujar”. A continuación, las ilustraciones.

NagúNagú

Rep

Rep

Liniers

Liniers

Pablo Lobato

Pablo Lobato

Coco Glez

Coco Glez

Pictoline

Pictoline

Pablo Bernasconi

Pablo Bernasconi

Ro Ferrer

Ro Ferrer

Daniella Martí

Daniella Martí

 





Murió Quino, el creador de Mafalda


El gran ilustrador argentino, creador de Mafalda, falleció esta mañana a los 88 años. Sus obras son fundamentales para la historieta argentina y mundial.

Murió Quino. Lo confirmó Kuki Miller, su editora de Ediciones De la flor, sello donde el ilustrador argentino publicó gran parte de su obra. Fue esta mañana. Tenía 88 años. “Se murió Quino. Toda la gente buena en el país y en el mundo, lo llorará”, escribió Daniel Divinsky, su ex editor en las redes sociales. En seguida la noticia comenzó a viralizarse entre pesares y tristezas.

Nacido como Joaquín Salvador Lavado Tejón en Mendoza, 17 de julio de 1932, fue un humorista gráfico e historietista argentino y su obra consituye una parte fundamental de la historieta argentina. La tira más conocida, emblemática para varias generaciones, es Mafalda.




Ver también:

Lo mejor de Mafalda

¡Felíz cumpleaños maestro!


sábado, 31 de marzo de 2018

Mil historias para ver y leer



No es despedida, pero lo que resta del año lo ocuparé en otros proyectos un poco relegados. Este blog queda abierto con mil historias para ver y leer. Lo retomaré en nueve meses más, al menos que alguien diga lo contrario.

Gracias a todos los amigos y amigas que siempre han acompañado.