Ciudad maya de Palernque
El 7 de abril de 611, el rey maya Uneh Chan de Calakmul saquea la ciudad-estado rival Palenque en el sur de México.
Serpiente Enrollada o Uneh Chan fue un ajaw o gobernante maya del ajawlel o señorío de Kaan. Gobernó del año 579 al 611. Aunque se sabe que la sede principal del señorío de Kaan fue Calakmul, en el actual estado mexicano de Campeche, es muy probable que durante el gobierno de Serpiente Enrollada, la sede de este señorío estuviese ubicada en Dzibanché, en el actual estado mexicano de Quintana Roo.
Los temibles guerreros mayas
Hasta mediados del siglo XX se pensaba que los mayas, antes de la conquista española, fueron un pueblo totalmente pacífico, cuyos gobernantes no tenían más ocupación que estudiar el firmamento y elaborar complejos calendarios. Esta visión cambió radicalmente tras el descubrimiento, en 1946, de las pinturas murales de Bonampak, en Chiapas (México), en las que se representaba una violentísima batalla donde no faltaban torturas y cabezas cercenadas.
Esta escena mostró al mundo que la sociedad maya estaba envuelta en implacables y sangrientas luchas, que se practicaban sacrificios humanos, que se torturaba a los prisioneros y que se exhibían orgullosamente sus cabezas como trofeos de guerra.
En esos mismos años, dos investigadores, Tatiana Proskouriakoff y Heinrich Berlin, descifraron la escritura maya, formada por símbolos o glifos. Así se pudo comprobar que los personajes representados en las estelas y otras obras artísticas no eran dioses envueltos en luchas cósmicas, sino férreos gobernantes que alcanzaron el poder con el uso de la fuerza.
En muchos casos se añadían registros de conflictos bélicos que cada vez eran más intensos y continuos, sobre todo en las principales ciudades: Bonampak, Yaxchilán y Piedras Negras, cuyo arte se volvió eminentemente militar. En estos glifos se registraba la fecha de la guerra y el nombre del vencedor; también se hacía constar el rango y nombre del cautivo y algunas veces se añadía el número total de prisioneros. Todos estos hallazgos no dejaban lugar a la duda: la guerra formaba parte de la realidad cotidiana de los antiguos mayas. (F)
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