Los 10 mejores western publicados en este blog

Quienes mejor han sabido captar en el cómic la esencia del western, un género tan genuinamente norteamericano, han sido los europeos. Los franceses y los belgas, concretamente. Y en menor medida, toda Latinoamérica.

Estos son los diez mejores, pero en este enlace encontrarán que todos son buenos.

Ese entrañable género que no escatimaba en disparos, peleas y que tanto hizo por activar nuestra imaginación cuando éramos niños, aún resiste. Y ahora que ya no lo somos (pero que todavía nos queda mucho de ese espíritu) venimos a descubrir que los mejores relatos y dibujos sobre esta temática no surgieron, precisamente, del lugar en que se desarrollaron.

La Esencia del Western en el Cómic Europeo y Latinoamericano

El western, un género cinematográfico y literario que evoca la historia del Viejo Oeste estadounidense, ha sido fundamental en la construcción de la identidad cultural norteamericana. Desde los imponentes paisajes desérticos hasta las intrincadas tramas de héroes y villanos, el western ha capturado la imaginación de millones. Sin embargo, lo que muchos podrían considerar un dominio exclusivo de la cultura estadounidense ha encontrado una sorprendente y rica reinterpretación en el cómic europeo y en varias obras provenientes de Latinoamérica. A medida que crecemos y reflexionamos sobre nuestras infancias, nos encontramos con relatos y dibujos que, aunque surgen lejos de su origen, logran captar y magnificar la esencia de un género que nunca pierde su atractivo.

Cuando hablamos del western, a menudo evocamos las icónicas películas de Hollywood, con sus pistolas humeantes, duelos al amanecer y caravanas de emigrantes atravesando vastos territorios. Sin embargo, el cómic ha jugado un papel crucial en la perpetuación y evolución de este género. Es en el viñeteado, con sus ilustraciones vibrantes y narrativas visuales, donde el western ha encontrado un nuevo hogar. Aunque tradicionalmente se ha pensado que el western es un fenómeno norteamericano, los cómics, especialmente los provenientes de Europa, han sabido captar su esencia de una manera que a menudo supera las visiones convencionales.

La producción de cómics en Francia y Bélgica, en particular, ha destacado por su capacidad de reinventar y explorar el western desde una nueva perspectiva. Obras como "Blueberry", creada por Jean Giraud (también conocido como Moebius) y el guionista Jean-Michel Charlier, han redefinido el significado de este género. A través de sus narraciones complejas y personajes complejos, "Blueberry" se distancia de la simple dualidad de buenos y malos, sumergiéndose en un mundo donde la moralidad se desdibuja frente a los desafíos del entorno y las relaciones humanas. Giraud, con su estilo gráfico excepcional y su atención al detalle, logra transportar al lector al corazón del western, convirtiendo cada página en una vivencia épica.

El cómic belga no se queda atrás en esta exploración. Con personajes icónicos como Lucky Luke, creado por Morris y René Gijoan, el western se presenta con una mezcla de humor y nostalgia. Lucky Luke se convierte en un vaquero solitario que, a menudo, se enfrenta a la ridiculez de los forajidos, al mismo tiempo que refleja las tensiones y aspiraciones de una América en expansión. Cada viñeta no solo captura la acción y la aventura, sino que también invita a la reflexión sobre la sociedad de su tiempo, recordándonos que el western es más que solo disparos y persecuciones; es un espejo de los anhelos humanos.

Por otro lado, Latinoamérica también ha sido un crisol de interpretaciones del western, aunque a menudo lo ha fusionado con su rica herencia cultural. En países como México o Argentina, el cómic ha servido como una vía para explorar la narrativa del western a través de un prisma local. Historias que reflejan la lucha contra las injusticias sociales, la búsqueda de la identidad y la resistencia cultural se entrelazan con los elementos típicos del género. Autores como José Luis Povo, con su serie "El Coyote", no solo narra las peripecias de un héroe clásico del western, sino que también toca temas de migración, identidad y pertenencia que resuenan profundamente en la realidad latinoamericana.

A medida que el mundo evoluciona y las fronteras culturales se difuminan, el western en el cómic ha sabido adaptarse. Las historias no solo se limitan a los vastos paisajes estadounidenses, sino que atraviesan océanos y continentes, enriqueciendo el género con diversas perspectivas. Los autores europeos y latinoamericanos han desafiado las narrativas tradicionales, ofreciendo relatos que no solo son entretenidos, sino que también invitan a la reflexión sobre cuestiones sociales, políticas y culturales contemporáneas.

En conclusión, el western, a pesar de sus raíces claramente norteamericanas, ha encontrado un terreno fértil en el cómic europeo y latinoamericano. Lo que comenzó como un género caracterizado por aventuras sencillas y paisajes del Oeste ha evolucionado en manos de talentosos artistas y narradores. La esencia de disparos, peleas y la lucha del ‘héroe solitario’ sigue presente, pero ahora se presenta con matices que enriquecen la narrativa. Al regresar a estas obras, los lectores no solo reviven la emoción de su niñez, sino que también descubren una profundidad y complejidad que redefinen el legado del western en la cultura global. Es infinitamente alentador saber que, aunque hemos dejado atrás la inocencia de la infancia, el espíritu del western sigue vivo en estas páginas, desafiando nuestras percepciones y avivando nuestra imaginación.

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“El Lejano Oeste” es una de las mejores aventuras de Mampato y su amigo Ogú. Se publicó durante los meses de enero y junio de 1974 en las revistas Mampato 206 a 228. Mampato, entusiasmado por las historias de vaqueros que ve en la televisión, decide viajar a Kansas en el año 1858.

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Simon Bisley es un dibujante e ilustrador inglés nacido el 4 de marzo de 1962.
"Érase una vez en el Oeste" es una historia con un dibujo arrollador, un argumento feróz y un descenlace que te deja una sonrisa.

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"Ocho y Medio" es una historia incluída en Cuestión de Tiempo, del dibujante argentino Juan Giménez. Desde siempre el hombre ha intentado controlar la 4ª dimensión, el espacio-tiempo, el salto a través del tiempo, en definitiva, lograr el dominio absoluto del tiempo.
Este es un western breve pero también puede ser una obra de ciencia ficción.

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“El hombre de papel” es uno de los títulos más recomendables de Milo Manara, dibujante y guionista italiano. Es un western ambientado en los años previos a la Guerra Civil norteamericana. En él van apareciendo todos los tópicos del Far West: el Gran Cañón, la caballería, los indios de las praderas, el fuerte, la caravana, la pelea en el saloon (donde podemos descubrir, sin saber la intención del autor, el rostro de Ronald Reagan), todo ello visto desde una vertiente humorística.

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Bouncer es el portero, el vigilante del orden de un saloon perdido en la ciudad de Barro City, en el lejano Oeste. Pero no es un portero cualquiera, porque es el manco más rápido que ha existido nunca. Hijo de un indio, acabará siendo no sólo el protector de un bar sino también de la Tierra Sagrada de sus antepasados. Un western a la usanza de John Ford, con el toque especial que solo Alejandro Jodorowsky sabe darle.

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En un museo muy pequeño de Santas Marías del mar se puede ver el recuerdo de un momento que parece imaginario, de tal modo es increíble. 

A principios del siglo XX, la troupe del Wild West Show, con Búfalo Bill a la cabeza, se encontraba varada en el puerto de Marsella. 

Un rico ganadero de La Camarga, Folco de Baroncelli-Javon  ...les propuso entonces instalarse en sus tierras del delta del Ródano. 

Esta es una historia de personajes, lugares y sucesos reales.

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Wayne Redlake, cowboy transformado en gerente de cantina, busca vengar la muerte de su socio. June Mac Allan, reportera del Houston Tribune, está dispuesta a todo para encontrar al jefe de una banda de rebeldes juaristas...
Rochegrosse, coronel del ejército francés, recita a Víctor Hugo mientras pinta la sierra... Y los tres avanzan a todo galope hacia la pista de sangre que lleva a los 500 fusiles.

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Arizona,1875. Una banda de esclavos liberados, dirigidos por un misterioso Milord, aterroriza a todo el estado. River Bass, el primer hombre negro convertido en sheriff de los US Marshals Service, es el único en lograr infiltrarse en esa banda y ponerle fin. Pero cuando es desenmascarado por su peligroso cabecilla, su lucha por la justicia se detiene. Comienza entonces para él, la que es por su vida.

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Hans Kresse fue uno de los grandes maestros del cómic y, lamentablemente, también uno de los más desconocidos. Esta serie fue la última que hizo por Casterman en Francia. Las aventuras se mueven a paso de tortuga, pero los dibujos son simplemente magníficos! Y a diferencia de los demás westerns, este se desarrolla en el siglo XVI a la llegada de los conquistadores españoles en México y el encuentro de los indios con los primeros caballos que traen los hombres blancos. Desafortunadamente, y por falta de suficientes seguidores, la serie se interrumpe con el tomo 9.

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Este es el tercer volumen de la edición integral de Durango, del gran dibujante belga Yves Swolfs. Hay muchos admiradores de la obra de Swolfs, y en especial de este rudo pistolero que busca redimirse poniéndose al servicio de la causa de los más débiles. A los que les gustaban los westerns de Clint Eastwood, les aseguro que disfrutarán estas aventuras de Durango.

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