En esta ocasión compartimos esta historieta especialmente "concebida para los niños y los no tan niños que aún mantienen algo de inocencia en sus corazones", según explica el blog Yo soy de la generación de Mampato.
Se trata del primer volumen de la edición en castellano de la serie Yakari, del dibujante suizo Claude de Ribaupierre (1944), más conocido como Derib.
Yakari es un niño sioux capaz de comprender el idioma de los animales, de modo que se comunica con ellos, y cuyas aventuras le han significado el cariño de millones de niños y adultos en el mundo entero.
Derib es conocido por su pasión por los caballos, los indios y el Viejo Oeste norteamericano con sus enormes praderas. Su serie más conocida tal vez sea Buddy Longway, sobre un trampero que se enamora de una india y que da origen a una hermosa historia de amor.
Yakari es una serie que data de 1970 y cuyo guionista es el suizo André Jobin (1927), más conocido como Job.
Este primer volumen doble incluye los álbumes "Yakari y gran águila" y "Yakari y el bisonte blanco" (veremos mañana), cuyos álbumes fueron publicados originalmente en 1973 y 1976, respectivamente.
Érase una vez... el hombre (en francés: Il était une fois... l'Homme) fue una serie de televisión animada francesa de 26 episodios con una duración de unos 25 minutos. Al mismo tiempo, se publicó una revista llamada TeveFestival donde aparecía el comic de la serie, creado a partir de fotogramas y texto.
Material educativo ilustrado para que los pequeños descubrieran el origen del hombre y los grandes acontecimientos históricos, relata la evolución de la humanidad desde la prehistoria hasta el siglo XX.
Todos somos hijos de una época con sus bondades y miserias. Quino (el gran dibujante argentino y padre de Mafalda) tampoco pudo abstraerse de la década del ´60 del siglo XX y evitar ese choque entre revolución y tradición.
Me encontré con el blog de Valeria, una joven periodista chilena que escribió hace unos años este artículo. Está bueno.
El chiste censurado de Mafalda
(o cómo Quino se volvió políticamente correcto)
Siempre he sido fanática de Mafalda, de hecho una de las primeras cosas que leía cuando niña eran las aventuras, pensamientos y vivencias de esta chica de menos de 10 años y sus amigos. Este fanatismo es compartido con mi papá, con quien -desde siempre- hemos aplicado frases de las tiras en nuestra vida cotidiana: "¡Uhuuuu, pagaron en la oficina!", "No nombres Vietnam delante de Nixon", "¿Nozotroz piolaz?", "¡Burocracia!... Su lechuguita", son ya conceptos por sí mismos.
A raíz de la campaña presidencial pasada (tras la cual salió elegida Michelle Bachelet), con mi papá empezamos a buscar un chiste de Mafalda en el cual se refería a la posibilidad de tener a una mujer presidente, una tira bastante machista, hay que decir. Busqué en mi ejemplar de "Toda Mafalda", donde se supone están todas, todas, TODAS las tiras, incluso las inéditas. No lo encontré. Papá hizo lo mismo en internet y nada. El chiste había desaparecido. Llegamos a la conclusión de que Quino lo había retirado de circulación para ser políticamente correcto. Pero tanto él como yo recordábamos haber leído la tira en alguno de los ejemplares de Mafalda que aún existen -todos desarmados, eso sí- en la casa de mi padre.
Sin embargo, mi papá todo lo puede. Navegando por los rincones más ocultos de la red, encontró el chiste perdido: Mafalda 5, página 23. Cumplo con mi deber de hacer pública esta tira para todos los fanáticos como yo (no crean que comparto la idea del chiste, para nada).
En esta segunda ocasión compartimos esta historieta especialmente "concebida para los niños y los no tan niños que aún mantienen algo de inocencia en sus corazones", según explica nuestro amigo de Yo soy de la generación de Mampato.
Se trata del primer volumen de la edición en castellano de la serie Yakari, del dibujante suizo Claude de Ribaupierre (1944), más conocido como Derib.
Yakari es un niño sioux capaz de comprender el idioma de los animales, de modo que se comunica con ellos, y cuyas aventuras le han significado el cariño de millones de niños y adultos en el mundo entero.
La revista estudiantil que marcó la infancia y la vida de muchos argentinos, llena de data para ayudarte en el “cole”, historietas, juegos y personajes entrañables creado por el maestro García Ferre.
Cuando realidad, sueños y fantasía se mezclan todo es posible.
Es Navidad, y por la especial ocasión, rescato un cuento que ha acompañado a varias generaciones desde su creación en 1968. Por supuesto lo publico con el único fin de que pueda seguir tocando el corazón de los nuevos niños. Todos los derechos pertenecen al maestro Themo Lobos.
Publicado en la revista N°5 de Mampato, este “Cuento de Navidad” nos revela al verdadero Viejo Pascuero (Santa Claus, Papá Noel). Porque nada que ver un anciano super abrigado y con nieve cayendo por doquier en nuestros parajes cubiertos de veraniego sol. La moraleja de este cuento es necesaria, sobre todo en nuestros tiempos consumistas y mucho más egoístas que cuando no teníamos Internet ni celular. Recuerdo haberlo leído por primera vez cuando tenía 13 ó 14 años. La pelota de fútbol o los zapatos (chuteadores) en la mayoría de los hogares eran un bien casi inalcanzable y la única esperanza de obtenerlos era la llegada de la Navidad. Después de tantos años, vuelvo a sentir la misma emoción al leer este cuento escrito y dibujado por el genial Themo Lobos.
Muchos de los que nos admiramos con la saga de “El señor de los Anillos” en el cine a partir de 2001, nos enteramos más tarde de que existían a partir de 1955 -además del libro de John Ronald Reuel Tolkien- diferentes adaptaciones.
Tercera y última parte
La adaptación al cómic -que es la que nos interesa- fue escrita por el italiano Nicola Cuti y dibujada por el español Luis Bermejo. El cómic se quedó a medias. Sus tres volúmenes repasan ‘La comunidad del Anillo’ y buena parte de ‘Las dos torres’, dejando a Aragorn y Gandalf triunfantes tras la batalla del Abismo de Helm y a Frodo, Sam y Gollum a las puertas de Mordor.
No es ésta una adaptación del libro, sino una versión más o menos libre de la película de animación que dirigió Ralph Bakshi en 1978. Sí sigue los diseños gráficos de los personajes, pero Cuti y Bermejo introducen escenas que no aparecen en el filme y cambian incluso el orden de algunas escenas. Por ejemplo, la película acaba en el Abismo de Helm, el cómic a las puertas de Mordor.
El cómic se editó en varios países europeos entre 1979 y 1981, pero nunca llegó a editarse fuera de Europa por problemas con los derechos. Tampoco se reeditó después en un formato más lujoso. En España, la desaparecida editorial Toutain publicó la obra en tres álbumes de 52 páginas (en 1979 y 1980).
El estilo del cómic es muy propio de la época, tanto narrativa como gráficamente. Eran años en los que el género de espada y brujería, así como el cómic para adultos, se estaban abriendo camino en el mercado europeo.
‘El Hobbit’, de Charles Dixon y David Wenzel
El Señor de los Anillos fue iniciado como una secuela de “El hobbit”, una historia de fantasía publicada en 1937 y que en un principio había sido escrita por Tolkien para sus hijos. La popularidad de El hobbit provocó que la editorial pidiera a Tolkien más historias relacionadas con la novela y, de esta forma, el autor comenzó a escribir la que se convertiría en El Señor de los Anillos y que no acabaría hasta once años después, en 1948.
El hobbit en cómic llegó en 1989, cuando la desaparecida Eclipse Comics editó una serie de tres números de 48 páginas, recopilados en 1990 en un volumen. El guion es de Charles Dixon y las ilustraciones de David Wenzel. En 2001, Del Rey Books la reimprimió con una nueva portada y 32 páginas adicionales.
La adaptación es muy fiel a la obra de Tolkien y recorre con minuciosidad todos sus episodios. De hecho, esa minuciosidad puede ser el punto débil de la novela gráfica, pues se compone de viñetas muy recargadas por texto explicativo, que da menos margen del deseado a Wenzel para explotar las posibilidades visuales de la historia.
Wenzel y Tolkien
A pesar de todo, el trabajo de Wenzel es notable. De hecho, ya se había acercado a esta historia en un libro de ilustraciones que editó Centaur Books en 1977, ‘Middle Earth: The World of Tolkien Illustrated’. La faceta gráfica y la fidelidad narrativa al libro hacen de esta adaptación un vehículo ideal para introducir en la obra de Tolkien a nuevos lectores.
No hay a la vista nuevas adaptaciones en cómic del universo de Tolkien, aunque sí es un mundo en expansión en otros terrenos, como el de los videojuegos, donde no cesan de aparecen nuevos títulos, o en el cine, donde en 2012 se vio la primera de las dos partes de ‘El hobbit’, dirigida como la trilogía de ‘El Señor de los Anillos’ por Peter Jackson.
El nombre ya lo dice todo. Es el máximo, el más grande de los chambones. Chambón, según el diccionario significa: "persona de escasa habilidad o poco hábil en cualquier arte o facultad" y esta definición retrata de cuerpo entero a este personaje ingenuo, aunque de buenas intenciones, al cual nada le sale bien.
Máximo Chambónez fue creado por el genial Themistocles Lobos, (Themo Lobos, el padre de Mampato, Ogú, Alaraco y otros personajes inolvidables del cómic chileno). Las aventuras de Máximo han sido publicadas en diversos medios de comunicación tales como la revista Mampato durante la década del 70, el suplemento de historietas del diario La Tercera en el año 1980 y la revista Cucalón del propio Themo Lobos a comienzos de la década del 90.
Los cómics de Máximo Chambónez están ambientados en el ficticio pueblo de Piduquén, un pueblito del sur de Chile, tal vez inspirado en el río Piduco de la séptima región. Acompañan al personaje principal dos personajes secundarios de gran importancia: El abuelo de Máximo, un viejito pelado bueno para meter en líos a su nieto y el alcalde de Piduquén, un gordito chico, calvo y de bigotes, quien a menudo termina sufriendo las consecuencias de los accidentes provocados por Máximo.
La Tribu Terrible fue una tira cómica creada por el dibujante Gordon Bess, sobre una tribu de nativos norteamericanos durante el siglo XIX, pero donde se mezclan con total libertad objetos de uso cotidiano inventados durante el siglo XX.
Gordon Bess escribió y dibujó la tira desde 1967 hasta 1988, cuando se vio obligado por una enfermedad a pasarle el proyecto a Bill Yates (guión) y Mel Casson (dibujo). Casson se hizo cargo de ambas funciones en 1999 cuando Bill Yates se enfermó. Casson continuó la tira solo desde 1999 hasta su propia muerte en mayo de 2008. La tira llegó a su fin el 13 de julio de 2008.
Los personajes más importantes son: Ojos rojos, jefe de la tribu, el eterno sueño es dirigir a sus guerreros a una gran victoria, Tanglefoot, un guerrero cobarde y estúpido que se enamora de la hija de Ojos Rojos. Mawsquaw, una mandona, la mujer que tiene exceso de peso es una cocinera terrible. Tawnee, la hermosa hija de Ojos Rojos y un curandero que sólo está interesado en jugar golf y seducir a la enfermera.
Este es el abuelo de Máximo Chambónez, dos de los personajes más querido de Themo Lobos, el genial dibujante chileno. El abuelo (que es un personaje secundario en las historias de Máximo), esta vez nos cuenta sus propios relatos.