Tarka y ocarina es un clásico del folk-rock progresivo chileno, del álbum El Indio, llamado así por la característica fotografía de la portada (abajo) y para diferenciarlo de los trabajos publicados en 1971 y 1973.
Si ustedes (amantes del arte) tienen auriculares y disponen de 13 minutos con 18 segundos y quieren vivir una experiencia alucinante, suban el volumen y déjense llevar... Los Jaivas es uno de los grupos más talentosos que ha dado Latinoamérica.
La tarka es un instrumento de viento originario de Sudamérica, es una flauta de madera con seis orificios que alcanza hasta dos octavas, usada usualmente en la música popular de la región andina. Mientras que la ocarina también es un instrumento de viento, pero en forma de ovoide, los dos instrumentos son parte de la composición y un símbolo inherente de sus raíces, quizás un tributo a la música originaria sin embargo combinada con los estridentes sonidos del rock, las percusiones sólidas y jazzeras.
Eduardo Parra es imparable, un octopus en un caos ordenado que revienta tus oídos magistralmente, le acompaña en una sección el bajo de Julio Anderson que sigue la subida y bajada de la escala tocando las tónicas dimensionando el sonido, sin duda es un tema con el estilo “jaiva”, es el momento cumbre donde se denota la significación de su sonido, un sello clave que daría paso a su obra cumbre “Alturas de Machu Picchu”.
Es un ejercicio étnico, originario, clásico, climático y soberbio en la ejecución de todos los integrantes, no olvidar que alrededor del minuto 7 tenemos un break de batería maravillosa, tocando la rítmica base aunada a una serie de redobles y remates ensordecedores.
Es un disco declaratorio de su ascendente carrera, son músicos superdotados que además de tener la habilidad pulcra y el virtuosísimo en sus instrumentos, crean atmosferas y sonidos que llegan al alma, no se alejan de la sensibilidad y nos evocan memorias del pasado, por muchos considerado el precedente más notorio antes de “Alturas de Machu Picchu”. (F)