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martes, 20 de diciembre de 2022

Dos cuentos de Navidad, de Emilia Pardo Bazán (Literatura para oír)

Retrato de Emilia Pardo Bazán. AGENCIA PLAYER (El País)

Emilia Pardo-Bazán y de la Rúa-Figueroa, o simplemente Emilia Pardo Bazán (La Coruña, 16 de septiembre de 1851-Madrid, 12 de mayo de 1921), condesa de Pardo Bazán, fue una noble y novelista, periodista, feminista, ensayista, crítica literaria, poetisa, dramaturga, traductora, editora, catedrática y conferenciante española introductora del naturalismo en España. Fue una precursora en sus ideas acerca de los derechos de las mujeres y el feminismo.​ Reivindicó la instrucción de las mujeres como algo fundamental y dedicó una parte importante de su actuación pública a defenderlo.​ Entre su obra literaria una de las más conocidas es la novela Los pazos de Ulloa (1886). (W)


Día 3




La tregua navideña entre alemanes y británicos en medio de la Primera Guerra Mundial

 

Se conmemora el alto al fuego navideño que hace 106 años juntó trincheras alemanas y británicas. Este es uno de los hitos que se enmarcan en los festejos del centenario de la Primera Guerra Mundial.

Día 2




Los soldados comenzaron cantando villancicos desde sus trincheras y acabaron jugando un improvisado partido de fútbol.
En la Nochebuena de 1914, al sur de Bélgica y por orden expresa del Káiser, los soldados alemanes que luchaban en el primer invierno de la Primera Guerra Mundial decoraron sus trincheras con abetos iluminados que habían sido llevados expresamente al frente junto a raciones extras de comida y licores. Los soldados germanos comenzaron a entonar canciones de Navidad... Y la respuesta desde las trincheras enemigas fue la voz de los soldados británicos sumándose a las canciones.
Lo que pasó a la historia como la 'Tregua de Navidad' comenzó así y siguió al día siguiente con un partido informal de fútbol entre alemanes y británicos, que según las crónicas surgidas de las cartas que los propios soldados enviaron desde el frente a sus hogares vencieron los germanos por 3-2. Aquel especial capítulo ocurrió en Flandes pero este encuentro entre los enemigos se multiplicó en todos los frentes de Europa, demostrando la crueldad de los oficiales y el poco interés que tenían los soldados de matarse entre ellos.
Aquella noche, junto a una iglesia, en Ypres, soldados de ambos bandos salieron a tierra de nadie con banderas blancas y el atrevimiento inicial de unos pocos acabó convertido en una verdadera confraternización entre todos ellos, regalándose mutuamente tabaco, comida, alcohol, cambiándo utensilios para sobrevivir en la trinchera y brindando por una paz efímera.
De acuerdo a los testimonios de veteranos de guerra, a algunas cartas y fotografías, en la mañana del día 25 "apareció un balón, nadie sabe de donde, y se improvisaron unas porterías con maderas y piedras". En un abrir y cerrar de ojos ya habían organizados dos equipos, dos 'selecciones', que cambiaron los fusiles por el fútbol. Ganaron los alemanes por 3-2. O eso al menos es lo que cuenta la historia.


El mando lo frenó

La paz se generalizó en todo el frente. Silenciados los cañones a lo largo de Europa, los ejércitos recogieron sus cadáveres para enterrarlos en funerales que hasta se celebraron conjuntamente y según algunas de las cartas que enviaron tanto alemanes como británicos creció la sensación, efímera, de que la guerra acabaría inmediatamente gracias a ese espíritu navideño.
Fue una ilusión que se apagó rápidamente. Cuando el alto mando de ambos ejércitos conoció esa tregua que que se multiplicaba intervino directamente para acabar con ella de inmediato. Se prohibió ningún tipo de acercamiento con el enemigo y se llevaron a cabo ejecuciones de participantes en la tregua como medida de castigo y de ejemplo.
Intentó evitarse que el caso fuera noticia en las capitales de los distintos países y por orden de los oficiales se confiscó durante meses la correspondencia de los soldados, sobre todo en el caso del ejército francés. Se quemaron fotografías y cartas y el gobierno inglés confiscó ediciones enteras de periódicos en que se trató el tema, aunque no pudo evitar la famosa portada del Daily Mirror en que aparecían soldados ingleses y alemanes posando juntos.

El fútbol se unió al espíritu navideño para acallar a los cañones y fusiles. Fue una paz efímera de la que hoy se cumple un siglo.



Una carta inédita narra la tregua de Navidad durante la Primera Guerra

Un soldado describe el "extraordinario espectáculo" que supuso el espontáneo alto el fuego navideño entre soldados alemanes y británicos, en 1914.
El oficial del ejército británico Alfred Dougan Chater escribió la misiva a su madre desde una fría trinchera del frente occidental hace ahora 100 años, en la que describe un acontecimiento recordado como un fugaz momento de humanidad en esta guerra que costó la vida a millones de personas en cuatro años.
"Escribo esto en las trincheras, en mi "refugio", con un fuego de leña y un montón de paja (...), a pesar del duro y verdadero frío de Navidad", escribe Chater en esta carta, que parece escrita en dos partes: la primera en el día de Navidad y la segunda el 27 de diciembre.
"Creo que hoy he presenciado uno de los espectáculos más extraordinarios que nadie ha visto nunca. Hacia las 10 de la mañana, estaba asomado por encima del parapeto, cuando vi a un alemán agitando los brazos e inmediatamente a dos de ellos saliendo de su trinchera y acercándose a la nuestra".
El titular de la UEFA, Michel Platini, inauguró un memorial por la tregua navideña durante la Primera Guerra Mundial.
Según el relato de Chater, los soldados británicos se disponían a disparar a los alemanes, si bien vieron que estos iban desarmados. "Uno de nuestros hombres fue a su encuentro y, en un par de minutos, el terreno entre las dos líneas de trincheras era un hervidero de hombres y oficiales de ambos bandos, dándose la mano y deseándose una feliz Navidad".
"Intercambiamos cigarrillos y autógrafos, y algunos tomaron fotos", dice en la misiva este oficial británico, que recrea además el entierro de los soldados británicos y alemanes, cuyos cuerpos se encontraban en tierra de nadie.
"No sé cuánto tiempo durará... En todo caso, vamos a tener otra tregua en Año Nuevo, ¡ya que los alemanes quieren ver cómo salen las fotos!", añade.







Leer también
1 - 2


Un árbol de Navidad, de Fiódor Dostoievki (Literatura para oír)


 “Los niños eran todos increíblemente simpáticos e ingenuos y verdaderamente infantiles, y en modo alguno pretendían dárselas de mayores, pese a todas las exhortaciones de ayas y madres. Habían literalmente saqueado todo el árbol de Navidad hasta la última rama, y también tuvieron tiempo de romper la mitad de los juguetes, aun antes de haber puesto en claro para quién estaba destinado cada uno.”

Día 2




lunes, 19 de diciembre de 2022

El Anti-Lázaro (Nicanor Parra)

 


El anti-Lázaro es un poema del escritor chileno Nicanor Parra, publicado originalmente en 1981 de manera independiente, en Gráfica Marginal, Valparaíso. Es así considerado el décimo tercer trabajo de poesía publicado del poeta.​ Al igual que otros antipoemas de Parra, como «Descansa en paz», «Murió» o «El poeta y la muerte», aborda el tema de la muerte de una manera al mismo tiempo lúdica y sombría.​ En 1985 fue incluido en su poemario Hojas de Parra, editado por David Turkeltaub, junto al poema «Los profesores», el cual también había sido editado independientemente, en 1971.

Día 1

EL ANTI-LÁZARO

Muerto no te levantes de la tumba
qué ganarías con resucitar
una hazaña
y después
la rutina de siempre
no te conviene viejo no te conviene
el orgullo la sangre la avaricia
la tiranía del deseo venéreo
los dolores que causa la mujer
el enigma del tiempo
las arbitrariedades del espacio
recapacita muerto recapacita
que no recuerdas cómo era la cosa?
a la menor dificultad explotabas
en improperios a diestra y siniestra
todo te molestaba
no resistías ya
ni la presencia de tu propia sombra
mala memoria viejo ¡mala memoria!
tu corazón era un montón de escombros
-estoy citando tus propios escritos-
y de tu alma no quedaba nada
a qué volver entonces al infierno del Dante
¿para que se repita la comedia?
qué divina comedia ni qué 8/4
voladores de luces - espejismos
cebo para cazar lauchas golosas
ese sí que sería disparate
eres feliz cadáver eres feliz
en tu sepulcro no te falta nada
ríete de los peces de colores
aló - aló me estás escuchando?
quién no va a preferir
el amor de la tierra
a las caricias de una lóbrega prostituta
nadie que esté en sus 5 sentidos
salvo que tenga pacto con el diablo
sigue durmiendo hombre sigue durmiendo
sin los aguijonazos de la duda
amo y señor de tu propio ataúd
en la quietud de la noche perfecta
libre de pelo y paja
como si nunca hubieras estado despierto
no resucites por ningún motivo
no tienes para qué ponerte nervioso
como dijo el poeta
tienes toda la muerte por delante.
(de Hojas de Parra (1985)



Los errores del calendario juliano

 

En el año 526, los errores del calendario juliano vigente habían ido acumulando un desfase en la celebración de las fiestas religiosas que obligó al Papa Juan I a encargar al erudito Dionisio El Exiguo un estudio cronológico que sirviera de base para establecer una decisión definitiva sobre la fijación de las fiestas anuales.

Día 1

Dionisio decidió replantearse todo partiendo desde la fecha del nacimiento de Jesús. Hizo los cálculos oportunos y la fijó en el 24 de diciembre del año 753 de la era romana, lo cual significó un error —intencionado o no— de varios años con respecto a lo que ahora calculan los expertos. Sea como fuere, esta forma de computar los años de acuerdo con el presunto nacimiento de Cristo no se impuso de inmediato en el orbe cristiano. Ninguna comunidad nacional lo aceptó hasta que, en el año 644, lo hiciera la Iglesia de Inglaterra en el Sínodo de Whitby, aunque tampoco esta vez se pusieran de acuerdo todos los eruditos. Años después, el espaldarazo definitivo lo dio el muy respetado erudito Beda El Venerable (673-735), que contribuyó a su aceptación general al redactar su obra Historia eclesiástica de los ingleses adecuando las fechas mencionadas en su relato a aquella nueva cronología (por lo que se puede afirmar que, hasta donde se sabe, fue el primero que distinguió entre antes y después de Cristo). La Iglesia de Francia asumió el sistema de la era cristiana en el año 742, en el llamado Concilium Germanicum, y más tarde lo hicieron las Iglesias de Hispania e Italia. En todo caso, lo que parece seguro hoy es que Jesucristo nació en una fecha desconocida situada entre los años 7 y 4 antes de Cristo.

La polémica por la fecha del nacimiento de Jesús


El día 25 de diciembre pasó a ser la fecha oficial del nacimiento de Cristo (y, por tanto, la fecha en que se celebra la Natividad o Navidad) en el año 440 aunque se trata de una festividad instituida, según la tradición, por el Papa Telésforo, en el siglo II. La elección de tal día se debió, al parecer, a que el 25 de diciembre los romanos celebraban el Natalis Solis Invicti, la festividad del Sol Naciente Invencible.

Día 1


Al elegir esta fecha, la celebración del nacimiento de Jesús por los primeros cristianos quedaba disimulada entre los festejos paganos generales. En todo caso, la elección de esa fecha no fue unánimemente aceptada, como demuestra, por ejemplo, que, en el siglo III, Clemente de Alejandría propusiera el 20 de mayo como día del nacimiento de Cristo y que la Iglesia de Armenia aún sostenga que la fecha correcta es el 6 de enero.

La polémica por la fecha del nacimiento de Jesús y la fiesta del Sol Invicto, que celebraba Roma el 25 diciembre desde 200 años antes.