Dirigida por Juan Sasturain, reunía la mejor producción nacional e internacional, así como también, a los autores noveles.
El primero de los autores abordados fue Esteban Echeverría con su cuento “El Matadero” del cual, el maestro Enrique Breccia realiza una versión técnicamente impecable, que emociona por su tratamiento visual, donde el lector transita por diversos planos, no tan solo desde lo gráfico, sino también desde ideológico, en un contrapunto discursivo propio de una época de marcado antagonismo entre federales y unitarios.
El mismo Sasturain muchos años más tarde, al prologar la edición de “El Matadero y otras historias (cortas)” de Doedytores, nos dice: “Una obra maestra absoluta, su versión de El Matadero de Echeverría, es el ejemplo mayor del uso expresivo, ideológico -me animo a decir-, de sus diversas "manos". (Fuente)