Dibujo de Milo Manara.
La incursión en archivos digitales me ha permitido el hallazgo del ejemplar N°6 de la revista argentina "Puertitas (Super Sexy)" de la década de 1990, revelando una sección de seis páginas dedicada a explorar las aspiraciones femeninas. Transcurridas más de tres décadas, resulta evidente un cambio significativo en la línea editorial de publicaciones similares al abordar temáticas de género. Si bien la revista en cuestión empleaba un tono humorístico al tratar asuntos sexuales, el análisis retrospectivo permite identificar la persistencia de ciertos prejuicios patriarcales inherentes a la época, lo que invita a una reflexión sobre la evolución del discurso mediático en relación a la mujer.
Hoy, preguntar "¿Qué quieren las mujeres" tiene mucho más que ver con una simple relación de tipo física o sentimental.
Esta pregunta ha resonado a lo largo de la historia, a menudo planteada con un dejo de frustración e incomprensión. Sin embargo, la respuesta, lejos de ser un misterio indescifrable, reside en la pluralidad inherente a la experiencia femenina. No existe una respuesta singular, monolítica, sino un mosaico complejo de deseos y aspiraciones, tan diverso como las propias mujeres.
En esencia, las mujeres, al igual que cualquier otro grupo demográfico, aspiran a la autodeterminación. Quieren la libertad de trazar sus propios caminos, de perseguir sus ambiciones profesionales y personales sin restricciones impuestas por el género. Buscan igualdad de oportunidades en todos los ámbitos, desde la educación y el empleo hasta la representación política y la participación social.
Además, anhelan ser valoradas y respetadas por su intelecto, su contribución a la sociedad y su individualidad. Buscan relaciones equitativas, basadas en el respeto mutuo y la comunicación abierta. Desean un mundo donde su seguridad y bienestar sean prioritarios, donde sus voces sean escuchadas y sus derechos protegidos.
En definitiva, lo que "quieren las mujeres" es simplemente lo que cualquier ser humano anhela: la posibilidad de vivir una vida plena, auténtica y significativa, libre de prejuicios y limitaciones artificiales. La clave para comprender sus deseos no reside en buscar una respuesta única, sino en escuchar activamente, observar con empatía y reconocer la riqueza y complejidad de la experiencia femenina.
N. de la R.:
Las imágenes de las páginas reproducidas fueron modificadas por unas más recatadas, modernas y a color. Si bien esta revista abordaba el tema del sexo con un dejo de humor, también dejaba ver cierto prejuicio patriarcal.
Karina, 21 años, modelo: "Qué quiero de los hombres? En principio, que no hagan encuestas estúpidas como esta".
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