El joven y talentoso pintor se refirió a sus inicios, influencias, la situación del realismo en su país, Venezuela y además abrió el debate acerca del problema en torno a la estafa en el arte: la dudosa originalidad y autenticidad de ciertas obras que se venden como pintura cuando no lo son.
Por Camila Reveco
Periodista cultural con especialidad en artes plásticas
Carlos Bruscianelli es un pintor realista nacido en Caracas, Venezuela el 10 de marzo de 1980. Su interés por el dibujo aparece de niño mostrando especial predilección por los comics. “Mazinger Z era un tema recurrente cuanto tenía cuatro o cinco años y espero pintarlo de nuevo en algún momento”, comenta el creador que a los 24 años de edad comenzó a estudiar arte de manera formal influenciado por la obra de una gran cantidad de artistas, entre ellos Luis Royo, Boris Vallejo, Giger o Frank Frazetta, entre otros. “Pero ocupa un lugar muy especial la pintora venezolana Patrizia Rizzo, quien me dio clases muchos años y definitivamente logró que me dedicara a esto”, explica Carlos que en el año 2004 ingresa al Museo Tesari-Rizzo para estudiar dibujo y pintura.
La decisión de iniciarse como pintor implicó cambios importantes porque el joven dejó de lado la carrera de ingeniería civil. “Sentí que era mucho más gratificante hacer arte, sentía que tenía condiciones naturales y pensé que era mejor ser un pintor regular o bueno -pero pintor-, que un mal Ingeniero Civil… ¡quizás salve muchas vidas!”, reflexiona con humor el artista plástico influenciado en este momento por la corriente hiperrealista que exige técnica, oficio y minuciosidad al extremo (en definitiva, entrenamiento constante).
En la pintura del venezolano se destaca la incursión en el mundo de los bodegones, que supone infinitas posibilidades creativas en cuanto a la composición, estudio de luz, elección de elementos, colores y texturas.
Hace muy poco, Carlos Bruscianelli a través de su cuenta de Facebook, generó polémica al atreverse a poner en duda las obras del reconocido italiano Luciano Ventrone expuestas en el marco del Art Miami Context y que, desde su punto de vista (y muy decepcionado), concluyó que no se trataban de originales sino de lienzos impresos. Numerosos comentarios encendieron el debate en torno a su apreciación -que acompañó con varias fotografías de detalles-.
No quiero dejar de lado este asunto porque la existencia de falsificaciones y de "pinturas" que no lo son (vendiéndose como tal) no es un tema nuevo. Ha existido siempre en la historia del arte, pero en la actualidad, según la investigación de la Dra. María Ángeles Casabó Ortí, ha alcanzado proporciones epidémicas, representando hasta un 40% de las transacciones del mercado del arte. Lo extraño es que a pesar de tratarse de una estafa y por lo tanto de un delito, el fenómeno no ha recibido la suficiente atención por parte de penalistas pese a su gran incidencia.
Lo fundamental es saber que la estafa en el arte no se limita a la venta de arte falso, es posible gracias a la confianza que existe en el mundo de las transacciones; una seguridad que es muy bien aprovechada por coleccionistas, casas de subasta, galerías y museos que actúan en complicidad.
Ahora sí, la nota con el artista; un fiel exponente del realismo contemporáneo de nuestra región: "Las redes sociales han unido más a los pintores realistas y se ven resultados positivos: exposiciones, ferias, museos dedicados a este tipo de pintura... Esas sí son buenas noticias", dice.
-¿Cuál es la pregunta que más te has hecho como pintor?
- Muchas veces me pregunto si debería seguir viviendo de esto, a veces es muy gratificante, otras veces es profundamente decepcionante. Lo gratificante es cuando ves que tu obra gusta, que la gente la disfruta. Lo decepcionante es darte cuenta cómo se maneja el negocio del arte, como en algunos casos se aprovechan de las necesidades de los artistas... es triste.
-¿Cómo ves que se maneja el negocio del arte?
-Es una pregunta muy compleja, digamos que está estratificado. En las más altas esferas económicas, las grandes casas de subasta y un puñado de galerías hacen realmente lo que quieren. Cada lienzo es un cheque al portador y su valor se incrementa o se mantiene, nunca baja, ellos se pagan y se dan el vuelto. Especulación es su modo más simple. Quizás en la zona media de galerías de cierto poder económico se consiguen los mejores artistas, los coleccionistas que de verdad aman y entienden lo que compran. Son las galerías que compran obras sin improvisar, que buscan talento. Pero en el nivel más bajo están los explotadores de artistas, básicamente pintas para comer. Cuando quieren, te dejan de comprar y debes bajar los precios aún más. A estos miserables se les debe evitar. Actualmente las redes sociales están democratizando la venta de arte, en los próximos años el artista será responsable de su propio éxito, al menos eso creo.
-¿Cómo es el ambiente pictórico de Venezuela? ¿Hay lugar para los pintores realistas?
-La situación económica actual acabó con ferias como la FIA, punto de encuentro de galerías de Europa y América, muchos galeristas coleccionistas y artistas se han ido del país. El panorama es desolador, solo sobrevivimos los que comercializamos nuestra obra en el exterior y los que lamentablemente deben regalar su obra en moneda nacional a precios absurdos.
-¿Tienes merchantes o trabajas de forma independiente?
- Las redes sociales son fundamentales para comercializar mis pinturas en la actualidad, pero aún los marchantes, coleccionistas y galerías son muy importantes para mí. El objetivo siempre es trabajar para clientes más adecuados, que respeten mi obra, que valoren y les guste lo que hago.
-¿Conseguís insumos y materiales para trabajar?
- En Venezuela se debe importar casi todo, los materiales profesionales para artistas no son la excepción. Algunos químicos como trementina de pino o distintos solventes requieren permisos especiales. Otros pigmentos son catalogados como químicos peligrosos, ya que pueden ser usados para fabricar explosivos y es casi imposible poder importarlos. De verdad es muy complejo todo lo que está sucediendo, espero que en algún momento volvamos a retomar la cordura. Lo que sí he podido corroborar en la escasez es que estimula la creatividad. Aprendes a trabajar con lo que tienes, aprendes a fabricar lo que debes usar. Yo pinto lo que me es posible obtener. Afortunadamente las cosas más simples son las que más me han resultado útiles. Se puede iluminar y hacer una mesa para un bodegón sin gastar una fortuna. Para ser creativo no se necesita de un gran presupuesto.
-Imagino que es bastante desolador pintar en un contexto tan hostil como el que vive tu país…
-La situación de mi país influye tanto en mí, que no permito que se refleje en mí obra. Más bien lo que pretendo es aislarme un poco de la desgracia que nos está ocurriendo... Uno se satura de tantas malas noticias.
-¿Cuál será entonces la función social del artista en este tiempo?
-La historia reciente está llena de ejemplos de artistas que cumplen una función social. Músicos, cineastas, actores, pintores o poetas participan o patrocinan distintas actividades, esto es evidente, pero siento que sólo algunos alzan su voz contra la tiranía... Temas como la capa de ozono, el calentamiento global, o el reciclaje, son importantes, pero también lo es la situación de millones de personas que se ven forzados a inmigrar cada año por culpa de algún régimen que les priva derechos fundamentales. La realidad de Cuba o Venezuela parece no importarle a nadie.
-“La pintura es soledad”, se ha dicho ¿Vivís a la pintura como una actividad solitaria?
- Si, la verdad es que pinto en completa soledad. Es un poco irritante para mí compartir ese momento con otra persona. En ocasiones cometo errores, me pongo de mal humor y debo concentrarme muy bien en lo que hago. Rindo mucho más cuando esto completamente enfocado y solo acompañado de un buen café.
-¿De qué forma se elabora a través del tiempo el concepto de la “selección” para un pintor realista?
-Acostumbro recorrer tiendas, prestarle atención a objetos que si me gustan las compro y los acumulo… Puede ser que las use en el momento, o luego de unos años. Las texturas, los colores, las formas, todo influye en mi decisión final. No hay una formula. Pero si cada elemento de mi composición me gusta, lo junto con otro y veo desde que ángulo se ven mejor esos grupos que voy armando; si todo fluye comienzo a pintar. Con los años en el oficio, es mucho más fácil imaginar que puede funcionar y que no, al final hay un poco de instinto en todo esto.
-¿Cuan bien crees que conoces tu trabajo?
- Muy poco. Todos los días descubro cosas que ignoraba, desde técnicas nuevas hasta cosas que no debo hacer o mezclar. La experiencia y la búsqueda de conocimiento son fundamentales si el objetivo es mejorar. Rene Descartes alguna vez dijo: "Daría todo lo que sé por la mitad de lo que ignoro", frase acorde a la pregunta.
-¿Cómo extraes belleza de objetos tan comunes como frascos o lápices?
-Supongo que la mejor manera de representar algo hermoso es hacerlo con exactitud. Necesitas referencias fotográficas que te ayuden a ver con facilidad todos los detalles. Hay belleza en donde menos imaginamos aunque muchas veces no estamos conscientes de ello. Algunas personas me cuentan anécdotas de su niñez cuando ven alguna pintura con canicas. Es muy gratificante que estos elementos tan simples evoquen tantos recuerdos.
-¿Por qué la elección de esos objetos y no otros?
-Es que la belleza esta en todos lados; no sólo en objetos costosos. Un amanecer, el mar, el cielo... son cosas que no puedes comprar y plasmados en una obra pictórica nunca defraudan ¿Has notado que a algunos niños les hacen un regalo en navidad, no les impresiona y terminan jugando con la caja del regalo?... Quizás yo fui uno de esos. Muchas cosas son tan comunes que nunca las observamos con detenimiento, pero hasta con un pequeño caramelo se puede hacer una obra espectacular.
-¿Qué es lo que más te atrae del realismo?
-En el realismo consigues esfuerzo, talento, oficio, disciplina, todo es muy tangible... Sabes quién es bueno, quien es regular, quien es malo. ¡Cuando era un niño quería aprender a dibujar! Y dibujar es representar gráficamente alguna cosa. Todo lo demás, son garabatos o manchas... eso ya lo hacía cuando tenía dos años, no necesitas aprenderlo en ninguna clase.
-Pero ¿no es más sencillo hacer manchas y fondos chorreados al azar?
-Sin duda que sí. Si lo hiciera ganaría mucho más dinero; ¡con algo de publicidad y ropa exuberante quizás llegaría muy lejos! Pero yo decidí ser pintor, quiero que se me reconozca por ello. Hoy en día a cualquiera le llaman artista o celebridad. Pero, así como el ruido no es música, tampoco dos brochazos hacen una obra de arte. Parece que cualquiera puede ser artista y así son las cosas hoy en día pero están cambiando. Las redes sociales han unido más a los pintores realistas y se ven resultados positivos: exposiciones, ferias, museos dedicados a este tipo de pintura... Esas sí son buenas noticias.
Sobre el artista:
Nombre: Carlos Bruscianelli
Fecha de nacimiento: 10/03/80
Lugar de nacimiento: Caracas, Venezuela.
Estudios formales: Ingeniería Civil, Universidad Central de Venezuela (aun no culminados), Dibujo y Pintura, Museo Patrizia Rizzo, Caracas, Venezuela.
Premios/Reconocimientos:
-Finalista en la Categoría Still Life del 12avo Salón Internacional Art Renewal Center(ARC) , año 2016, USA.
-Finalista en el International Artist Grand Prize Competition (IAGPC), organizado por la Asociación Internacional de Arte Contemporáneo de Taiwán (TICAA). representado por Galería X-Power (Taiwán). Año 2015.
-Finalista para el Salón Municipal de Arte Visual "Juan Lovera" edición LXI, Mención de Dibujo "Premio Borges Jacobo", en agosto del 2012.
-Mención Honorifica en el 22º Salón “Museo Tessari Rizzo”, Octubre 2009.
-Premio Popular en el 1º Salón 50º Aniversario del Centro Portugués “Sueño Lusitano” Junio 2008.
-Mención Honorifica en el 21º Salón “Museo Tessari Rizzo”, Abril 2008.
Entre otros.
Los gustos de Carlos:
Un libro: El tratado de la Pintura de Leonardo Da Vinci.
Un grupo de música o solista: Sex Pistols.
Un disco: Nevermind.
Una canción: Anarchy in the UK.
Una película: Rocky (1976).
Una frase: No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista.
Un hobby: Fútbol italiano, seguidor de Juventus de Turín.
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