26 de marzo de 1937, en Mediano (España) se inaugura el primer campo de prisioneros de la República española. Los presos realizarán obras en el pantano, que contribuirá al riego de parte de los Monegros.
Es habitual entre la progresía que se alabe la II República española como un periodo en el que sólo hubo progreso y democracia en contraposición con el oscuro tiempo del franquismo. En un interesante artículo del bloguero Elentir en Contando Estrelas que por su interés reproducimos a continuación se reproduce con pelos y señales la creación por parte del gobierno de izquierdas de los campos de concentración tras la creación, también durante la república, de la Ley de Vagos y Maleantes:
El 5 de agosto de 1933 aparecía publicada en la Gaceta de Madrid la llamada Ley de Vagos y Maleantes, una norma tachada habitualmente de “franquista”.
Hay que recordar que en agosto de 1933 España estaba bajo la Segunda República y con un gobierno presidido por el izquierdista Manuel Azaña. La ley, hecha de común acuerdo entre los distintos grupos políticos en unas Cortes republicanas ampliamente dominadas por la izquierda, sancionaba diversas conductas y a ciertas personas, entre ellas “los vagos habituales”, “los rufianes y proxenetas”, “los ebrios y toxicómanos habituales” y “los mendigos profesionales”, e incluso aquellos que no justificasen la posesión o la procedencia del dinero o efectos en su poder. (F)
No fue el primero. El primer campo de concentración fue creado por los militares fascistas rebeldes el 19 de julio de 1936, horas después de la sublevación, cerca de Melilla; al día siguiente, El Telegrama del Rif informaba de la apertura del campo, situado en la Alcazaba de Zeluán (una vieja fortaleza del siglo XVII).
ResponderEliminarFranco creo cerca de 300 campos de concentración/trabajo.
ResponderEliminarPero el primer campo de concentración de la historia estuvo en la isla de Cabrera (una isla semidesértica de las Islas Baleares) donde, tras la batalla de Bailen (1808) contra las tropas napoleónicas, se "recluyó" a más de 11.000 soldados napoleónicos, hasta 1814.
ResponderEliminarDesde Mallorca se enviaba un barco de comida a la semana, el cual no era suficiente. De aquella historia solo queda el monumento a los franceses y las lagartijas negras que sirvieron de alimento a más de uno.
Si pero lo que no cuentas a lo mejor porque no lo sabes lo que hacían las checas comunistas.
ResponderEliminarAl final de la guerra, Franco indulto a todos los prisioneros de los campos de trabajo que se prestaban en ayudar a reconstruir carreteras calzadas y de mas ya que tenían que levantar el país, con la promesa de que en tres años podrían volver a casa y así fue en el caso de mi abuelo. Mi familia a un guarda documento en el cual se le concedió la libertad.
Mi abuelo fue guardia de asalto de la república en Alicante durante la guerra civil protegiendo lo que quedaba del gobierno republicano.
Contemos la verdad de las cosas como fueron sí, pero no dejando de un lado lo que no nos interesa.