¿Te ha pasado de ir a un museo y de encontrarte con un retrato tuyo y que en esta vida no recuerdas que te hayan realizado?
Es una experiencia singular y, a la vez, inquietante la de confrontarse con una imagen propia en un contexto ajeno a la memoria. La proliferación en redes sociales de comparaciones entre retratos históricos y personas contemporáneas pone de manifiesto la fascinación humana por el parecido y la búsqueda de conexiones a través del tiempo. El encuentro fortuito con un retrato que evoca la propia fisonomía en un museo despierta interrogantes sobre la identidad, la representación y la perdurabilidad de la imagen a lo largo de las generaciones. ¿Es posible que existan arquetipos faciales que se repiten en la historia? ¿O se trata simplemente de una coincidencia fortuita que alimenta nuestra imaginación? Sea cual sea la explicación, la experiencia invita a reflexionar sobre la naturaleza efímera de la vida y la persistencia del arte como testigo de la condición humana.
Además:
La inteligencia artificial y el reconocimiento facial van a cambiar nuestras vidas en un futuro próximo, para bien o para mal.
Sus aplicaciones son infinitas, pero también pueden servir para hacernos pasar un rato divertido. ¿Quieres saber si tu retrato está colgado en un museo? ¿Es posible que un pintor famoso como Velázquez o Miguel Ángel pintase un clon tuyo hace 500 años, y no te habías enterado?
La app Google Arts & Culture ha puesto en marcha un curioso experimiento. Tan solo tienes que hacerte un selfie con la app, y un software de inteligencia artificial buscará tu rostro en docenas de miles de cuadros que almacena en su base de datos. El resultado puede ser impactante.
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