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lunes, 26 de diciembre de 2022

Siete consejos para pintores, dibujantes e ilustradores (6) Expresión, mensaje y otros asuntos...

Muchas cosas no han cambiado en el arte de la pintura en 30 mil años. Sigue cautivando el poner en juego las capacidades individuales ante el desafío de la representación.
Este es un tema que me resulta complicado. No lo he madurado del todo porque tiene muchas aristas que no permiten exponerlo de un modo ordenado. Aún así, he realizado un gran esfuerzo que espero cumpla su pretencioso objetivo: Hacer simple lo que es complejo.

Por Rubén Reveco - Licenciado en Artes Plásticas

Expresión, mensaje y otros asuntos que no entiendo

Además de “belleza”, “expresión” es la palabra que más se usa. Sin embargo no es un término que sea empleado sólo en el arte. De hecho, al hablar nos estamos expresando. Un buen orador (político, profesor, filósofo o intelectual) no es un artista, pero tiene un gran poder de exponer ideas y de hacerlo bien. 
¿Realismo, realismo mágico o magia?

Hay dos tipos de expresiones                      

1) La expresión por la expresión que está más relacionada con el proceso de realización. En su taller el pintor se está expresando. En este caso es importantísimo que el trabajo este controlado por la disciplina. Se sabe que es muy difícil mantener un orden, pero el artista debe esforzarse para lograrlo hasta convertirlo en hábito. Esto le ayudará mucho a organizarse y no perder el tiempo. Tienes que tener toda a mano, sentarte bien y cómodo. Una buena iluminación. Yo prefiero la artificial a la natural. Y de la artificial prefiero los focos transparentes tradicionales (ésos que ya no venden) a los blancos con esa luz tan cruda y azulada que desvirtúan. El pintor realista no necesita un gran taller, basta con un pequeño rincón, pero que sea acogedor.
2) El otro modo de expresión es de tipo comunicacional. Y se hace -por ejemplo- a través de un mural, de una canción, de un poema, de una obra de teatro, de una película o de una novela. Es cuando se intenta exponer al mundo una serie de conceptos para reflexionar. Este es un artista que está involucrado con el mundo de las ideas y quiere exponer o protestar por ciertas realidades. Quizá el mejor ejemplo sea “Guernica”, de Pablo Picasso.
Queremos comunicar porque consideramos que tenemos condiciones para hacerlo, hemos estudiado para ello y reaccionamos ante lo que sucede en el mundo. Un artista también es un comunicador que toma un momento de la historia y lo convierte en “noticia”, para siempre.

Arte egipcio: la expresión en movimiento.
Hay expresión en el movimiento cautivante de una bailarina o en el simple acorde de una guitarra o en una mancha o línea del arte abstracto. 

Realista o abstracto         

Debes elegir qué artistas quieres ser. Ser un pintor abstracto no quiere decir que viva de espaldas a la realidad y que no le interese el mundo que lo rodea. Pero sus obras no reflejaran los conflictos siempre latentes de la humanidad: la guerra, la pobreza, la libertad, la represión, la esclavitud.
Por otra parte está el pintor realista (con todas sus variantes) y, por lo general, con muchas ganas de poner énfasis en las injusticias. Pero existe una delgada línea entre la denuncia y el panfleto político. Los pintores realistas también caen con mucha facilidad en lo literario. Una pintura no es un cómic y no tiene porque relatar una historia cuadro por cuadro.

Pintura de Sergey Rybakov

¿Qué quiso expresar?                                        

Esta quizá sea la pregunta más recurrente en la historia del arte en los últimos 100 años. Y es porque a la pintura siempre se la consideró como un medio de expresión. Es por eso que el artista que elige ser un pintor abstracto siempre tendrá un conflicto comunicación con el espectador. No sirve eso de que “es el espectador el que debe interpretar lo que quiso decir el artista”. Si al espectador le ofrecen manchas, rayas, líneas, cuadrados o triángulos como formas sobre la tela no tiene porqué desentrañar o adivinar lo “que quiso decir el artista”, más cuando no quiso decir nada. El arte por el arte vive su propia lógica y no depende de interpretaciones. Eso sí, siempre puede ser una buena o mala pintura, sea abstracta o sea realista.

A Piet Mondrian nunca nadie le pudo decir que ese cuadrado rojo en realidad podía ser verde.
Ni a Jackson Pollock que se le había pasado la mano en el chorreado sobre la tela. 

El pintor realista -en cambio- está más expuesto porque lo que crea tiene algo que sirve de referencia. Un rostro humano es similar a los 6 mil millones de rostros que existen en la actualidad. Pelo en la parte superior, frente, ojos de modo horizontal y simétrico, nariz vertical, boca con dos labios y por último, un mentón. Ese es el orden y como el artista realista es ordenado, respeta esa distribución. Si no lo hace, estará en problemas. Pero lo que es peor, si dibujo mal un ojo quedará de manifiesto. Es como cuando un músico desafina, un escritor comete un error ortográfico, un actor se le olvida el libreto o un bailarín tropieza.

En definitiva, quién está más expuesto: ¿el pintor realista o el pintor abstracto?

El realista, sin dudas. Por lo tanto, cuando elijas un estilo y decidas ser realista, surrealista, figurativo o hiperrealista deberás fortalecer tu espíritu porque una mano mal dibujada (que ocupa el 4% del cuadro) puede arruinar el 96% restante. Es como un tumor maligno que se termina devorando la parte sana.
Que sepa el artista realista que desde un comienzo debe aprender a observar, saber de anatomía, estar atento a los cambios de la luz y cómo afecta a los objetos. Porque -eventualmente- pueden haber millones de ojos para criticar. Se critica mejor lo que se reconoce como tal. Vuelvo a lo que ya he dicho en otra oportunidad: “una manzana pintada es eso, una manzana”.
El mensaje debe ser sin eufemismo. El pintor realista debe desarrollar su discurso pictórico de un modo simple, para llegar a la mayor cantidad de espectadores posible. Darse a entender para buscar adherentes, simpatizantes y admiradores.


El acto de querer capturar una imagen de la naturaleza implica un desafío que muchos "artistas modernos" eluden. El pintor realista no es un pretencioso, se deja cautivar por la belleza y quiere atrapar ese instante. Podrá triunfar o fracasar, pero nunca deja de intentarlo.

En resumen: sé un pintor realista para que tu mensaje lo entiendan. Incluso el surrealista, simbolista o fantástico pueden ser claro. No te enmarañes con un discurso de palabras complejas. No te olvides que pretendes rescatar ese espectador que hace años ha salido huyendo, cansado de decir “no entiendo”.

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