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jueves, 2 de mayo de 2024

"La Anunciación", de Dante Gabriel Rossetti




Ecce ancilla Domini (La Anunciación), 1849-1850, Dante Gabriel Rossetti.

Si bien Dante Gabriel Rossetti es un buen artista y el fundador de los Prerrafaelistas, su obra no tiene el vuelo de la pintura de Edward Burne Jones ni de la variedad productiva de John Evertt Millais. Aun así, nos ha dejado hermosas y sugerentes pinturas. Su obra más conocida es "La Anunciación".


(Londres, 1828 - Birchington-on-Sea, Reino Unido, 1882) Fue hijo de un patriota y poeta italiano exiliado en Londres, creció en un ambiente modesto pero de gran nivel cultural. Dudó entre dedicarse a la poesía o a la pintura, optando por esta última, aconsejado por un crítico que le aseguró que llegaría a enriquecerse. En 1848 fundó la Hermandad Prerrafaelista. Murió a los 53 años.

Dante Gabriel Rossetti fue el prototipo de artista romántico y contemporáneo, sus hermanos fueron también personalidades destacadas: William Michael era crítico y cronista de la hermandad prerrafaelita y Christina, célebre poetisa y escritora.
La vida de Rossetti fue agitada, con intensos romances que bordearon lo trágico. El principal fue el que mantuvo con su mujer y musa Elizabeth Siddal, también poeta, a la que retrató como prototipo de mujer fatal. Ella murió debido al consumo excesivo de láudano (opio y alcohol mezclados, usados como tranquilizante) tras dar a luz a un hijo muerto. El fallecimiento de Elizabeth supuso para el artista una catástrofe; llegó a enterrar sus poemas en la tumba. Pero al cabo de unos años regresó y “profanó” el enterramiento para recuperarlos. También vivió un romance bastante convulso con Jean Morris, la esposa del crítico William Morris.
Ecce ancilla Domini (detalle de la Virgen)

El nuevo arte religioso
Rossetti creó una nueva dimensión sentimental en la iconografía religiosa. Ofrece una visión intimista de la Virgen en una escena familiar, una aproximación de la religión a la vida cotidiana. Las figuras se disponen en primer plano y la perspectiva se aplana, pero introduce una apertura al paisaje, como los primitivos flamencos.
He aquí la esclava del Señor (Anunciación), 1849-1850. Remite a los frescos de los primitivos italianos. El enlucido blanco en bóveda y paredes crea una luminosidad extraña. Plantea un tema común de forma exótica: la Virgen no está en oración o labor, sino que es una adolescente recostada en su cama, intimidada y acongojada por el ángel, y no al revés, como era tradicional. Aquí el clima psicológico es muy distinto al habitual.
La cortina es azul celeste, tono asociado a la Virgen, y esas pocas notas de color aportan a la obra un aire exótico y misterioso. (Fuente)



Otra lectura

"Los colores predominantes de la obra son el blanco, el rojo y el azul. Si os fijáis en cualquier cuadro antiguo, comprobaréis que son los colores con los que siempre va vestida la Virgen María. Rossetti mantiene estos tres colores, repartiéndolos por todo el lienzo, pero viste a la joven con un liviano camisón blanco (lo de pintar a la Virgen en paños menores se consideró casi un sacrilegio). En las anunciaciones tradicionales, cuando el arcángel Gabriel sorprende a la Virgen, ésta suele estar rezando o leyendo (un libro sagrado, no una novela), dos labores que ennoblecen su alma y la preparan para el embarazo místico. Sin embargo, la Virgen de Rossetti no estaba haciendo ninguna de estas dos cosas, sino durmiendo, algo más propio de vagos y ociosos que de una santa mujer. Se incorpora en la cama medio aturdida. Está visiblemente confusa y turbada, no se atreve a levantar la mirada y se aparta asustada hacia la pared (nada que ver con el gesto de aceptación de las vírgenes tradicionales).
Tampoco procede que el ángel esté tan estupendo. Es demasiado masculino, enseña demasiada pierna y ni siquiera tiene alas (los únicos elementos sobrenaturales son el halo y las llamas que salen de sus pies desnudos). La vara de lirios es otro de los elementos tradicionales de la anunciación y hace referencia a la pureza de María. En el cuadro de Rossetti, se convierte en un elemento fálico con el que el ángel apunta hacia el vientre de la chica, dando a entender que va a ser fecundada (aprovechando que aún no se ha levantado de la cama). Es una escena demasiado íntima, el ambiente es claustrofóbico y provoca una sensación incómoda en el espectador. Desde luego, no da la impresión de que a esta inocente joven la vayan a embarazar por obra y gracia del Espíritu Santo…
Los modelos que posaron para el cuadro fueron la hermana del pintor, la famosa poetisa Christina Rossetti, y su hermano William Michael Rossetti, también escritor (y al que no me importaría haber conocido)." (Fuente)

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