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lunes, 24 de junio de 2024

El ejecutor

 


"Chicago era una ciudad dura en 1928... y eso nadie lo sabía tan bien como Tony Desoto... Tony era un rufián de poca monta que ansiaba desesperadamente una tajada de pastel..."

Una historia que empieza mal y termina peor.


Chicago en 1928 era una ciudad dura, violenta y sin piedad, donde los hombres de negocios legítimos luchaban por sobrevivir mientras que los gángsters y matones se peleaban por el control del lucrativo mercado negro. En medio de este caos urbano, se encontraba Tony Desoto, un rufián de poca monta que soñaba con tener una tajada del pastel criminal que dominaba las calles de la ciudad.
Tony siempre tuvo una vida llena de dificultades. Desde temprana edad, se vio expuesto a la violencia, la delincuencia y la corrupción que imperaban en aquellos tiempos turbulentos. Luchando por escapar de la pobreza y la falta de oportunidades, Tony pronto se vio tentado por la vida fácil que ofrecían los sindicatos del crimen organizado. Intentó abrirse paso en las filas de los gángsters, ofreciendo sus servicios como matón, sicario y recaudador de deudas.
Mientras tanto, la violencia y la anarquía se apoderaban de las calles de Chicago. Las luchas por el control del contrabando de alcohol, la prostitución y el juego clandestino se recrudecían día a día, provocando una ola de asesinatos, ajustes de cuentas y retaliaciones sin fin. Tony, atrapado en medio de esta vorágine, se vio obligado a tomar decisiones cada vez más desesperadas y peligrosas para sobrevivir.
En un mundo donde la violencia y la codicia eran la moneda corriente, Tony Desoto aprendió de la peor manera que en Chicago, una ciudad dura e implacable, incluso los sueños más modestos podían terminar en la más amarga de las derrotas. Su historia, que comenzó mal, terminaría peor, convirtiéndose en un recordatorio sombrío de los peligros y las consecuencias de intentar prosperar en los márgenes de la sociedad.












Historia publicada en la revista Thriller N° 1


1 comentario:

  1. Recuerdo esta historieta, el haberla leído.
    La buen combinación entre el dibujo y el guión, con un logrado giro argumental.
    Está muy bien la escena en que el protagonista asesina a la asesina.

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