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domingo, 18 de diciembre de 2022

El mestizo Alejo

Estos episodios del Mestizo Alejo fueron publicados en la revista Mampato (178-184) entre junio y julio de 1973. El guión y el dibujo corresponden a Luis Ruiz-Tagle. La digitalización corresponde a los amigos de Yo soy de la generación de Mampato.
Ñamku o Alejandro de Vivar, conocido como mestizo Alejo o champurria Alejo (1635-1660), fue un soldado del ejército español, mestizo renegado y líder mapuche durante la llamada Guerra de Arauco en el entonces llamado Reyno de Chili, entre 1655 y 1660, durante el gobierno español de Porter Casanate.
El mestizo Alejo fue hijo de una española cautiva de un lonco mapuche. Su nombre entre los españoles era Alejandro de Vivar y entre los mapuches, Ñamku ("aguilucho").
Los mapuches en una de las acostumbradas malocas o correrías a territorio enemigo donde los indígenas robaban animales y mujeres sorprendieron a una comitiva española en plena travesía por territorio fronterizo en las cercanías del río Laja. Ésta estaba desguarnecida y en ella iba un rico encomendero llamado Alejandro de Vivar del Risco, quien retornaba a Concepción, después de visitar con su familia, una de sus haciendas.
Vivar de improviso se vio rodeado por un grupo de araucanos, quienes de inmediato le exigieron a cambio de su vida, como parte del botín de guerra todo lo que llevaba incluyendo a las mujeres. Los indígenas al mando de Curivilú procedieron a repartirse los cautivos, entre ellos a la hermosa joven de 18 años, Isabel de Vivar y Castro quien pasó a poder del cacique Curivilú en las profundidades selváticas cercanas a Villucura, con quien más tarde tuvo un hijo mestizo, al que su madre llamó Alejandro, como su padre, pero se le conoció mejor por su diminutivo de Alejo o Ñamku. Alejo se crio junto a los mapuches y adquirió las raíces araucanas.
En una maloca española a la zona de la antigua Angol, Alejo y su madre fueron rescatados por las tropas españolas en un intento de lo que ellos creían era salvarle a él y su madre, cuando tenía tan solo 5 años. Los españoles tomaron venganza al sorprender al cacique Curivilú, dándole muerte y llevando a la cautiva Isabel de Vivar y Castro a Concepción, en donde en vez de ser bien recibida, solo recibió repulsas y desdén a causa de su forzado concubinato y el producto del mismo, Alejo. Isabel percibiendo el rechazo de sus pares optó por entrar en un convento para ocultar su vergüenza. Su hijo pasó a ser cargo de los parientes de Vivar del Risco recibiendo una educación modesta y, por supuesto, debido a su origen sufrió humillaciones, muy poca consideración y muy pocos privilegios de parte de los criollos. (Wikipedia)

































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