Al Saralis es un pintor británico y profesor. Se graduó en 1977 con una licenciatura en Bellas Artes. En su web se pueden encontrar obras como las publicadas aquí y retratos más tradicionales. Me gustan estos, particularmente, entre lo pictórico y lo gráfico. Donde el fondo (nunca oscuro) invade la figura, siempre delicada.
La obra de Al Saralis ha sido moldeada por diversas influencias a lo largo de su carrera, pero uno de los momentos más significativos fue su viaje a Florencia, donde se encontró con las esculturas inacabadas de Michelangelo, conocidas como "Prigioni". Este encuentro no solo le permitió apreciar la belleza clásica del cuerpo humano, sino que también le inspiró a explorar la complejidad de la forma humana a través de la pintura. Las obras de Saralis reflejan un uso dramático de la luz y una inmediatez en las poses que generan imágenes poderosas y, en ocasiones, confrontacionales. Estas obras no solo celebran la belleza clásica, sino que también evocan la fragilidad y vulnerabilidad del hombre contemporáneo.
"Como artista uno está tomando siempre decisiones, re-considerando direcciones y reflexionando sobre su trabajo, como parte del proceso creativo. Siempre he estado interesado en la belleza clásica de la pintura renacentista, junto a mi fascinación por el ser humano", expresa el artista.
Un viaje de belleza clásica a la vulnerabilidad contemporánea
La obra de Al Saralis ha sido moldeada por diversas influencias a lo largo de su carrera, pero uno de los momentos más significativos fue su viaje a Florencia, donde se encontró con las esculturas inacabadas de Michelangelo, conocidas como "Prigioni". Este encuentro no solo le permitió apreciar la belleza clásica del cuerpo humano, sino que también le inspiró a explorar la complejidad de la forma humana a través de la pintura. Las obras de Saralis reflejan un uso dramático de la luz y una inmediatez en las poses que generan imágenes poderosas y, en ocasiones, confrontacionales. Estas obras no solo celebran la belleza clásica, sino que también evocan la fragilidad y vulnerabilidad del hombre contemporáneo.
Durante el periodo de 2008 a 2009, Saralis restringió aún más su temática, centrándose en la representación de la cara y la cabeza. Esta decisión no fue arbitraria, sino una evolución natural de su proceso creativo. Como él mismo afirma: "Como artista, uno está en constante toma de decisiones, reconsiderando direcciones y reflexionando sobre su trabajo como parte del proceso creativo". Esta reflexión constante ha llevado a Saralis a profundizar en su interés por la belleza clásica de la pintura renacentista, al tiempo que explora las sutilezas del color y la textura de la piel.
El artista describe sus recientes pinturas como indulgentes, en el sentido de que le permiten explorar las complejidades de la pintura de la piel, buscando crear obras que existan por derecho propio. Aunque muchas de sus obras recientes presentan cabezas y rostros, Saralis se distancia de la etiqueta de pintor de retratos. Utiliza un número restringido de modelos con el objetivo de alcanzar una creación que sea tanto bella como interesante, contemporánea y clásica, y que esté despojada de cualquier narrativa, logrando así un sentido de atemporalidad.
La obra de Al Saralis es un testimonio de la capacidad del arte para evolucionar y adaptarse a las influencias externas e internas. Su enfoque en la figura humana, combinado con su admiración por la tradición clásica, crea un diálogo entre el pasado y el presente. A través de su trabajo, Saralis invita al espectador a reflexionar sobre la belleza y la vulnerabilidad inherentes a la condición humana, ofreciendo una experiencia visual que es a la vez rica en historia y profundamente contemporánea. En un mundo donde la inmediatez y la superficialidad a menudo dominan, la obra de Saralis se erige como un recordatorio de la profundidad y la complejidad que la pintura puede ofrecer, invitando a una contemplación más profunda de lo que significa ser humano en la actualidad.
El artista.
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