Dioramas, historia de Concepción.
El 14 de febrero de 1655, en Chile, el pueblo mapuche se levanta en armas bajo el mando del toqui Clentaru, incendiando las estancias españolas desde el río Bio-Bio hasta el Maule.
Sublevación general de 1655
El 14 de febrero de 1655 fue el día fijado en el que tanto los indios al sur del Biobío como los esclavos al norte de éste se alzaran simultáneamente. Los cautivos mataron a sus amos, robaron el ganado, las mujeres, objetos de valor y quemaron las propiedades. Al otro lado de la frontera grandes concentraciones de guerreros asesinaron las guarniciones mejores y asediaron a las mejor defendidas y más numerosas. Los fuertes al norte del río fronterizo fueron tomados uno por uno, incluso algunos entre el Perquilauquén y el Maule. Chillán, a pesar de resistir con éxito los asaltos fue abandonada.
El gobernador huyó del fuerte de Buena Esperanza a marchas forzadas a Concepción. Su otro cuñado, José de Salazar, al mando de las tropas de Nacimiento ordenó una evacuación forzada a Buena Esperanza por los ríos pero sus naves encallaron y los indígenas que los siguieron a caballo desde la orilla les atacaron. De los 240 españoles no se salvó ninguno. Por su parte Juan de Salazar no mostró un mejor comportamiento. Tras su derrota en el río Bueno recibió el mando de un nuevo ejército de 700 españoles y 1.700 indios auxiliares llegando con ellos hasta Mariquina pero tras saber de los sucedido abandonó a todos los auxiliares y se refugió en Concepción.
Tras estos hechos, y debido a la presión de la población santiaguina, Figueroa fue desplazado del mando y se nombró en su lugar a Pedro Porter Casanate (1656-1662). El nuevo gobernador reorganizó sus fuerzas y marchó a enfrentar a los alzados, el 20 de enero de 1656 los derrotó en la batalla de Conuco, luego envió al maestre de campo Francisco Núñez de Pineda y Bascuñán a liberar de su asedio al fuerte de Boroa, lo que se consiguió exitosamente.
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