Los tripulantes de la nave desconocida se ponen en contacto con Bárbara y Frodo. Astria, el comandante, les cuenta que pertenecen a la raza brundia, cuyo principal objetivo es la búsqueda de la sabiduría y se ofrece para ayudarlos a reparar la nave. Mientras que los robots realizan los arreglos, Bárbara y Frodo visitan la nave brundia. Allí, Astria les rebela la verdad: todos los tripulantes murieron a causa de un campo radioactivo, pero la computadora central de la nave los reconstruyó artificialmente. Dueños de la eternidad, los brundios se han impuesto la misión de resolver todos los enigmas del universo antes de retornar a su hogar.
La historia transcurre en la Tierra en un futuro post-apocalíptico. El planeta ha quedado en un estado primitivo, con la raza humana reducida a pequeños clanes que viven en reservas. No existen ciudades y se han perdido los avances tecnológicos; además, animales y plantas han sufrido variadas mutaciones. Los clanes humanos rivalizan entre sí pero comparten el mismo temor a "la Bestia", un ser mortífero que los ha aterrorizado con sus feroces ataques. Para mantener satisfecha a la Bestia los humanos le ofrecen sacrificios (por lo general muchachas jóvenes y bellas) y adoptan una serie de preceptos y ordenes que los mantienen en un estado de sumisión. Sacerdotes escogidos por la Bestia se encargan de mantener el statu quo.