jueves, 29 de febrero de 2024

Cuatro obras (mías) sobre Santiago de Chile

 

"La niña que sonríe". Dibujo sobre cartulina.

Representar a la ciudad que se habita es un atractivo muy importante para cualquier artista plástico.

Por Rubén Reveco - Editor


Torres de San Borja

Realicé este dibujo en 1984 cuando intentaba ser un artista hiperrealista. Cometí un gran error al pensar que solo era cuestión de tiempo lograrlo.
En ese momento, descubrí la admiración por el trabajo de estos artistas, que va más allá de la habilidad técnica. Requiere una gran fuerza espiritual y dedicación. Además, es fundamental encontrar un tema que te inspire o darle tu propio estilo al tema. Es importante no dejarse llevar por los elogios del tipo "¡parece una foto!", ya que no siempre son positivos para un hiperrealista, ni tampoco críticas. Por último, es necesario enfrentarse a quienes cuestionan si tu obra refleja el espíritu de la época, si es válido invertir meses en un dibujo, si es anacrónico, entre otros aspectos. Ser un artista hiperrealista no está al alcance de cualquiera, por eso son tan escasos.



Paseo Ahumada (1984) Pintura al óleo sobre tela.


Foto del Paseo Ahumada (2024). 40 años después la palmera ha crecido.




"Iglesia", dibujo a lápiz sobre cartulina (80 cm x 120cm.) 


Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria

En 1983, dibujé la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria en Santiago de Chile. A pesar de no profesar ninguna religión en particular, reconozco el apoyo que la Iglesia Católica ha ofrecido a artistas a lo largo de los siglos, especialmente a pintores, escultores y músicos.

En aquel entonces, estaba finalizando mis estudios en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile y, al igual que ahora, debatía entre lo religioso y lo secular, entre la fe y el ateísmo. Lo que tenía claro era que la creatividad requería esfuerzo y que ese trabajo debía buscar la belleza. En esa época, al igual que ahora, el realismo no era valorado en las escuelas de arte y algunos jóvenes como yo resistíamos a las corrientes modernas con resultados diversos...


Foto de la iglesia en la actualidad.


Pero enfoquémonos en el tema. Para un artista, las iglesias tienen un atractivo especial. Su arquitectura antigua, monumental y espiritual las convierte en un tema atractivo y desafiante para cualquiera. Recuerdo que en aquel entonces el objetivo era la "perfección del centímetro cuadrado", es decir, lograr con un lápiz de 0,5mm superficies tan uniformes en el papel que parecieran no tener errores. En algún momento alguien dijo: "No temas a la perfección porque nunca la alcanzarás". Éramos jóvenes e idealistas, y creíamos que la perfección dependía solo de nuestras manos. Han pasado algunos años, y aunque el objetivo no sea tan ambicioso, el espíritu es el mismo. El pintor o dibujante realista debe creer que puede lograr obras perfectas, aunque falle una y otra vez en el intento. Solo así logrará un trabajo que provoque impacto y emoción, dos de los objetivos fundamentales de la creación artística, hasta que en el siglo XX fueron reemplazados por la incomprensión y la indiferencia. Corresponde al realista rescatar el arte del establishment y del mercado. Para muchos puede parecer imposible, pero estamos acostumbrados a propósitos y obras imposibles.



Balaustrada del cerro Santa Lucia. Pintura insitu. 2024.


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