domingo, 25 de febrero de 2024

Suicidio colectivo antes de rendirse

25 de febrero de 1336, cuatro mil defensores de Pilėnai cometen suicidio en masa en lugar de ser capturados por los Orden Teutónica.





Pilėnai (Pillenen en alemán) fue una fortaleza de la colina en el Gran Ducado de Lituania, cuya ubicación exacta se desconoce y es objeto de debates académicos: sin embargo, es bien conocida en la historia de Lituania por su heroica defensa contra la Orden Teutónica tuvo lugar en 1336. Atacada por un gran contingente de caballeros alemanes, la fortaleza, bajo el Príncipe Margiris, trató en vano de establecer una defensa adecuada contra los atacantes. Al quedarse sin todas las opciones disponibles, los defensores decidieron quemar sus propiedades y suicidarse en lugar de rendirse a los enemigos o conceder botín. (F)



El castillo de Pilenái es una fortificación sobre la que se han escrito historias y leyendas, y cuya localización siempre había sido un misterio. El castillo es más famoso por el suicidio colectivo de 4.000 personas que no quisieron vivir sometidas. El castillo funcionó como fortaleza lituana ante los intentos de invasión de los cruzados alemanes hace más de seis siglos y medio, hasta que en 1336 los lituanos se encontraron rodeados por los cruzados y decidieron acabar con sus vidas antes que someterse al enemigo y perder su libertad.

Hallan el mítico castillo lituano donde 4.000 personas entregaron la vida

Un castillo (imagen referencial) - Sputnik Mundo

Así lo aseguran arqueólogos lituanos. El castillo funcionó como fortaleza lituana ante los intentos de invasión de los cruzados alemanes hace más de seis siglos y medio, hasta que en 1336 los lituanos se encontraron rodeados por los cruzados y decidieron acabar con sus vidas antes que someterse al enemigo y perder su libertad.

¡Que vienen los alemanes!

Los primeros cruzados alemanes entraron en el territorio de los actuales países bálticos a finales del siglo XII y principios de XIII y no en son de paz, sino con la Palabra de Dios. Pero las tribus locales se negaron a abandonar sus creencias y a abrazar el catolicismo de los germanos, ante lo que los invasores se sentían legitimados para hacerse con los territorios y las riquezas de los paganos.

Pero muy pronto quedó claro que la reducción de los pueblos bálticos requería de una fuerza militar poderosa y organizada. De ahí que en 1202 los alemanes fundasen la Milicia de Cristo de Livonia, también conocida como Caballeros de Cristo. La orden no funcionó, y en 1236 los samogitios y los semigalianos —los actuales letones y lituanos— la derrotaron en el río Saule.

Tuvo que llegar la Orden de los Caballeros Teutónicos para, finalmente, acabar sometiendo a los letones y a los estonios, tras lo que, aun así, se negaron a abandonar las tradiciones de sus padres y abuelos.

Pero a diferencia de otras tribus bálticas, los antepasados de los actuales lituanos no se sometieron inmediatamente a los caballeros teutones. De modo que la guerra entre estos y aquellos duró siglos y no terminó hasta el siglo XVI, cuando la Orden de los Caballeros Teutónicos abandonó el Bálticos bajo la resistencia y la presión de los actuales polacos y lituanos.

De las historias de las guerras, las derrotas y las hazañas de los lituanos se conservan pocos documentos, sobre todo porque este pueblo no acostumbraba a documentarlas. De ahí que sean muchas las leyendas que se conservan, muchas de ellas, probablemente embellecidas.

Antes muertos que sometidos

El asedio al castillo lituano de Pilenái a manos de los prusianos es una de esas leyendas. Según se cuenta, un día los prusianos consiguieron derrotar al ejército del rey lituano de Pilenái, matar a este y capturar a su hijo pequeño, Marguiris. Los cruzados se lo llevaron a Prusia y trataron de educarlo a su manera lejos de su tierra. Marguiris creció sin recordar a sus padres ni su idioma.

Sin embargo, cuando el pequeño cumplió 20 años, se encontró con un prisionero lituano en la capital de Marienburgo que consiguió despertar en el corazón de Marguiris los sentimientos olvidados por su patria. Marguiris huyó y regresó al castillo de Pilenái, donde pudo volver a reunirse con su madre.

Los alemanes, sin poder perdonar la fuga del joven lituano, enviaron al ejército comandado por el caballero Dietrich von Altenburg contra el castillo. Llegaron el 25 de febrero de 1336. Según las crónicas alemanas, en el interior del castillo había 4.000 semigalianos y todos, desde el primero al último, defendieron el castillo, construido en un lugar elevado y rodeado de un foso y altos muros con gruesos troncos de roble.

Pero los enemigos les superaban en número. Las mujeres hicieron un fuego en medio del patio del castillo y allí, los lituanos, sabiendo lo que estaba por venir, quemaron todas sus pertenencias. Convencidos de que preferían morir siendo libres antes que vivir siendo esclavos, mataron a los niños, a los enfermos, a los heridos y, finalmente, se suicidaron. El fuego acabó engullendo todo el castillo.

¿Pero dónde está el castillo?

Los arqueólogos han informado de que el castillo de Pilenái está en el distrito de Silale, en la provincia de Taurage —una región al oeste de Lituania conocida como Samogitia—. Según científicos estadounidenses, en Silale existe una zona elevada que presenta señales que bien podrían pertenecer a las de un castillo.

Gintautas Zabela, investigador de la Universidad de Klaipela y director de la investigación, reconoce a Lenta que por ahora el objetivo del equipo de arqueólogos es modesto: averiguar a qué época corresponde el montículo y buscar cualquier tipo de información que pueda confirmar o desmentir la hipótesis sobre la ubicación del 'castillo de los suicidios'. (F)



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