jueves, 19 de septiembre de 2024

El Guerrero del Antifaz


La acción tiene lugar en la España de los últimos años de la Reconquista, bajo el reinado de los Reyes Católicos, a finales del siglo XV. La condesa de Roca, embarazada de dos meses, es raptada en una incursión del reyezuelo musulmán Alí Kan, quien la convierte en su mujer. Al nacer el hijo de la condesa, su raptor cree ser el padre, y el futuro Guerrero del Antifaz es educado como su hijo y heredero, significándose por su ferocidad en los combates contra los cristianos. Cuando tiene veinte años, su madre le revela la verdad, a consecuencia de lo cual es asesinada por el reyezuelo. Intentando vengar a su madre, el protagonista hiere a Alí Kan, pero se ve obligado a huir dejándole con vida.


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Agobiado por la culpa y el remordimiento, el falso hijo de Alí Kan se disfraza con un antifaz para ocultar su identidad y decide dedicar su vida a combatir a sus antiguos correligionarios. A partir de ahí se suceden las peripecias, primero en España, en los dominios de Alí Kan y de otros reyezuelos ficticios, Harum y Motamid; luego en Túnez, Argelia, Turquía e Italia, y otros muchos lugares. Varias mujeres (Zoraida, Aixa, la Mujer Pirata) se sienten irresistiblemente atraídas por el Guerrero, pero él permanece fiel a su amada Ana María, hija del conde de Torres, con la que por fin contrae matrimonio en el número 362 de la serie. Más tarde tendrán un hijo, el pequeño Adolfito.
La reanudación de las aventuras del Guerrero en 1978 introduce una trama aún más truculenta que la de su origen: su esposa Ana María queda embarazada de un impostor con la apariencia física y la indumentaria del Guerrero. Este hijo no querido provoca tensiones con la Iglesia, personificada en un esperpéntico monje, pero Ana María termina sufriendo un aborto espontáneo. El argumento adquiere un sesgo orientalista con la aparición de samuráis y de la joven china Li Chin, coprotagonista con el Guerrero de la única escena de cama -o casi- en la historia de la serie, a despecho de la por entonces remota Ana María.



Perseo y Andrómeda: El mito griego en las artes plásticas

 


Perseo y Andrómeda de Charles Napier Kennedy

El mito de Perseo y Andrómeda es, sin lugar a dudas, uno de los relatos más cautivadores de la mitología griega, un drama de heroísmo, amor y salvación que ha perdurado a lo largo de los siglos. La riqueza de su narrativa ha inspirado a numerosos artistas a través de la historia, quienes han buscado transmitir no solo la estética del mito, sino también sus profundos significados simbólicos. En este ensayo, exploraremos cómo el mito de Perseo y Andrómeda se ha manifestado en las artes plásticas, analizando su representación en la escultura, la pintura y otros medios, y reflexionando sobre el impacto que estas obras han tenido en la percepción cultural del mito.

El relato mitológico gira en torno a la figura de Perseo, el heroico hijo de Zeus y Dánae, quien se embarca en una serie de aventuras para liberar a Andrómeda, una princesa encadenada a una roca como sacrificio para apaciguar a un monstruo marino, Ceto. La historia es rica en simbolismo, destacando temas de valentía, destino y el triunfo del amor sobre la adversidad. La estructura narrativa, junto con sus elementos dramáticos, ha ofrecido a los artistas un vasto campo para la creación, permitiendo la exploración de una gama de emociones y situaciones que trascienden el tiempo.


Perseo y la Medusa, de Benvenutto Cellini.

Viento mágico (1, 2 y 3)


Fue en el verano de 1997 cuando Bonelli lanzó un nuevo personaje, un atípico guerrero del Lejano Oeste, a medias vaquero y a medias sioux. Viento Mágico (Magico Vento) nació gracias a Gianfranco Manfredi, que escribiría sus primeras aventuras (aunque el diseño fue obra de Bruno Ramella, inspirándose en el actor Daniel day Lewis) y pronto logró gran popularidad.

Su mezcla de Western clásico con elementos sobrenaturales le proporcionó la suficiente distancia como para desmarcarse de otras estrellas consagradas de la editorial, como Tex, y compartir género sin convertirse en competencia. De hecho, la serie llegó a los 130 números más algún especial.



Una esquirla de metal en su cerebro le borró la memoria, pero le otorgó el poder de la visión. Los Sioux lo conocen como Viento Mágico lo guio hasta ellos. Pero, en otro tiempo, fue el soldado Ned Ellis, único superviviente de la explosión del convoy militar en el que viajaba. ¿Qué se esconde tras lo que todos consideran un trágico accidente?. Para descubrirlo, Ned debe emprender un tormentoso viaje a su pasado... Ya que solo al final del camino entre los fantasmas de Fort Ghost, hallará la verdad.



¡286 páginas!


Inca: El imperio de los Cuatro Suyos



1509, lago Titicaca, cordillera de los Andes...
Como Moisés, Amaru es descubierto, siendo bebé, flotando en un cesto en el alto lago Titicaca. Tiene tras la oreja un tatuaje que representa una serpiente. En sus ropas lleva escondida una estatuilla. El niño va a crecer y se le confiará una misión: encontrar las otras tres estatuillas del Tahuantinsuyo, y así lograr su destino de Hijo del Sol. Es lo que un chamán le predijo en las montañas...




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Un tributo a la tierra

 


Los denes han vivido en el valle del río Mackenzie desde tiempos inmemoriales. La tierra es el elemento central de su modo de vida y creen, como muchas otras culturas nativas, que son ellos los que pertenecen a la tierra y no al revés.


Pero los territorios del noroeste de Canadá también albergan importantes recursos minerales: petróleo, gas y diamantes. Con la minería llegaron las inversiones y el trabajo, pero también la tala de bosques, el fracking, los vertidos tóxicos y los oleoductos. Todo ello afectó al paisaje, así como también los modos de vida tradicional fueron deformados por un sistema educativo pernicioso, por un gobierno que se arrogó la propiedad de la tierra, por los estragos del alcohol y las deudas bancarias.

Ambientado en un escenario natural tan vasto y sublime que empequeñece la escala humana, Un tributo a la tierra da voz a una galería inédita de personajes: tramperos, jefes indígenas, activistas, sacerdotes... para narrar una historia fascinante sobre el dinero, su dependencia, la extinción de una cultura y la lucha por la supervivencia.


¡264 páginas!


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Rodwin de las Galias (10) Kraken

 

El guion de esta serie fue de Armando Fernández (como Axel Bergier) aunque hay 2 episodios escritos por Ricardo Ferrari. Y los dibujos de Miguel Ángel Castro Rodríguez (Firmando con su apellido invertido), Rubén Meriggi, Fabián Slongo, Walter Alarcón y Víctor Toppi.

"Mujer... sólo la búsqueda de un asesino nos une... acariciaría a una serpiente antes que a ti...". le dice Rodwin, desdeñoso, a Ingrid de Jutlandia. ¿Será para tanto?, pregunto. Ella no es la mujer más buena del mundo, pero...








miércoles, 18 de septiembre de 2024

Joe Kubert (Una odisea prehistórica)



Joseph Kubert (18 de septiembre de 1926 - 12 de agosto de 2012) fue un artista, profesor, y dibujante de cómic estadounidense, nacido en Polonia, fundador de la Escuela Kubert. Se le conoce por su trabajo en DC Comics con personajes como Sgto. Rock y Hawkman.


   Hoy hubiese cumplido 98 años   



El nacimiento de Venus – Willian A. Bouguereau


“El nacimiento de Venus” es una de las mejores obras de William-Adolphe Bouguereau. Al igual que Jean-Leon Gerôme, es un claro exponente del academicismo francés de la segunda mitad del siglo XIX.




Bouguereau sentía auténtica fascinación por la figura femenina, lo que le llevó a hacerla protagonista de la mayor parte de sus obras. Respetuoso con la moralidad de su tiempo, plasmada en las rígidas reglas de la pintura académica , recurrió siempre a escenas de la historia antigua y la mitología clásicas -como es el caso aquí- para poder pintar el cuerpo de la mujer en todo su esplendor sin riesgo de escandalizar a sus coetáneos.
En esta pintura, la diosa romana del amor se nos presenta momentos después de emerger de las aguas sobre una concha -recordemos que, tal y como nos dice el mito de su nacimiento, Venús surgió de la espuma del mar formada por el semen de Urano, cuando su escroto fue cercenado y arrojado a las olas por su hijo Cronos.
Así pues, en esta ocasión Bouguereau se sirve de la génesis venusiana para poner de manifiesto magistralmente los encantos del cuerpo de la mujer.
El mayor atractivo de esta pintura radica, sin duda, en la sensualidad, incluso erotismo, que logra transmitir la joven diosa. La maestría con la que Bouguereau refleja la tersura de la piel, el efecto de la luz sobre ésta, la sinuosidad de la figura, el sugerente contrapunto… todo está dirigido a ensalzar la belleza y el poder de seducción de la anatomía femenina.



Acompañan a venus tres tritones, tres mujeres desnudas que podrían ser ninfas y numerosos “puttis”. Sin embargo, su propósito es meramente instrumental; sirven para resaltar, contextualizar y dar un sentido al desnudo envolviéndolo, eso sí, en un halo de trascendencia, que viene a conceder al cuerpo de la mujer ciertos atributos divinos.
Aunque las comparaciones son odiosas, resulta inevitable hacer el paralelismo con la famosa obra homónima que cuatro siglos antes pintó Botticelli.Y es que ambos pintores recurren a este tema mitológico como vehículo para ofrecer al espectador un arquetipo de belleza. No obstante, se trata de dos concepciones muy diferentes, casi opuestas – a decir verdad, pocas veces en la historia del arte una iconografía tan similar (en las dos pinturas el centro de la escena es una joven desnuda de larga melena, sobre una concha que flota en el mar) puede encerrar una iconología tan dispar.


En su obra, Botticelli busca ensalzar un tipo de belleza que podría calificarse de espiritual. La figura que nos muestra no es la Venus Afrodita de la tradición grecorromana , sino la Venus Humanitas renacentista, una auténtica alegoría del (utópico) equilibrio entre belleza, amor y verdad. La Venus de Bouguereau, en cambio, transmite una beldad eminentemente terrenal y concupisciente -aún sin estar exenta de cierta pretensión de espiritualidad, como se ha apuntado arriba.
De este modo, frente a la belleza serena, equilibrada y contenida que imprime el florentino a su Venus, Bouguereau exhibe una mujer atractiva, sensual y voluptuosa.
La actitud de cada una de las venus no deja de enfatizar esta diferencia. La de Botticelli adopta -aunque de manera graciosa- una pose púdica, tapándose el pecho y los genitales. La que pintó el académico francés, en cambio, se recrea ufana y despreocupada en su desnudez.
En pocas palabras, si el nacimiento de Venus de Botticelli estuvo pensado para alimentar el alma, este otro lo está para deleitar los sentidos.


El artista.