miércoles, 17 de julio de 2024

En primer contacto con extraterrestres según Neil deGrasse Tyson (5)

La posibilidad de entrar en contacto con formas de vida extraterrestre ha sido una cuestión que ha fascinado a la humanidad durante décadas. En este contexto, la perspectiva del destacado astrofísico Neil deGrasse Tyson sobre este tema adquiere una relevancia significativa.


Quinta entrega

Tyson, conocido por su labor divulgativa y su capacidad para hacer accesibles los complejos conceptos científicos, ofrece una visión pragmática y reflexiva sobre cómo podría desarrollarse un primer contacto con civilizaciones ajenas a nuestro planeta. Partiendo de su profundo conocimiento astronómico y su amplia experiencia en el campo de la exploración espacial, el científico plantea una serie de consideraciones que invitan a ponderar los posibles escenarios y las implicaciones de tal encuentro.


Una de las premisas fundamentales de Tyson es la necesidad de adoptar una actitud cautelosa y prudente ante la eventualidad de un primer contacto. Consciente de la magnitud y trascendencia de este hecho, el astrofísico subraya la importancia de no precipitarse en juicios o conclusiones apresuradas. En su perspectiva, la humanidad debe estar preparada para afrontar un encuentro de esta naturaleza con la serenidad y la apertura mental necesarias, evitando caer en especulaciones o temores infundados.

Asimismo, Tyson destaca la relevancia de establecer canales de comunicación eficaces y mutuamente comprensibles entre ambas civilizaciones. Dado que el lenguaje y los códigos simbólicos podrían diferir significativamente, el desafío radicaría en encontrar formas de interacción que permitan el entendimiento y el intercambio de conocimientos. En este sentido, el astrofísico subraya la importancia de desarrollar herramientas y metodologías que faciliten la traducción y la interpretación de los mensajes provenientes de civilizaciones extraterrestres.

Por otra parte, Tyson plantea la necesidad de abordar el primer contacto desde una perspectiva multilateral y global, involucrando a la comunidad científica internacional y a las principales organizaciones mundiales. Según el científico, este enfoque sería fundamental para garantizar una respuesta coordinada y coherente, evitando reacciones parciales o sesgadas que pudieran generar conflictos o malentendidos.

Neil deGrasse Tyson

Lejos de dejarse llevar por la especulación o el sensacionalismo, el astrofísico propone un abordaje racional y meditado, consciente de la trascendencia que tendría un hecho de tal magnitud para la humanidad.

Los astrofísicos llevan décadas escudriñando los límites del universo en busca de señales extraterrestres. 

El universo en permanente expansión esconde unos 100.000 millones de galaxias, cada una de las cuales alberga un número similar de estrellas sobre las que, como mínimo, se sabe que orbita un planeta.

Entonces, ¿por qué todavía no hemos contactado con ninguna civilización extraterrestre? Los astrónomos llevan décadas ideando modos de identificar y comunicarse con vida inteligente más allá de la Tierra, hasta ahora sin éxito.

Algunos expertos habían concluido que es posible que no estemos buscando bien. Recientemente, una nueva investigación arroja otra hipótesis: no han tenido suficiente tiempo. 

Cosmos: una odisea del espacio-tiempo


Cuando ya no esté: Neil deGrasse


"Deberíamos tener cuidado cuando deseamos encontrar a otros seres inteligentes ahí afuera. Porque si hay, podrían ser mucho más inteligentes que nosotros. Quizá ya nos han encontrado y han decidido crear la Tierra como un zoológico para divertirse..."


Radiotelescopio
ISTOCK


¿Dónde está todo el mundo?

A veces las mejores teorías más imaginativas tienen lugar en los momentos más insospechados. Eso mismo le ocurrió a Enrico Fermi en el verano de 1950. El físico estaba pasando el día junto a unos colegas, cuando empezaron a comentar una noticia que hablaba de unos ovnis que superaban la velocidad de la luz. A raíz de ahí, plantearon la cuestión sobre la posibilidad de que existan otras civilizaciones inteligentes en la nuestra galaxia, lo que dio lugar a una paradoja, conocida como ‘la paradoja de Fermi’, basada en las siguientes premisas:

 

  • En la Vía Láctea hay miles de millones de estrellas similares al Sol
  • Existen muchas posibilidades de que alguna de esas estrellas tengan planetas similares a la Tierra en su zona habitable. 
  • Muchas de esas estrellas, y, por tanto, de sus planetas, son mucho más antiguas que el Sol, con lo que es probable que alberguen planetas similares al nuestro que puedan haber desarrollado vida inteligente hace mucho tiempo. 
  • Incluso al ritmo lento de los viajes interestatales, la Vía Láctea podría recorrerse en pocos millones de años.
  • Dado que muchas de las estrellas similares al Sol tienen miles de millones de años más que nuestra estrella, por pura probabilidad la Tierra ya debería haber sido visitada por alguna civilización extraterrestre. 

 

Teniendo en cuenta todas estas variables, ¿dónde está todo el mundo?”, concluyó Fermi. Esta misma paradoja sirvió de punto de partida para toda clase de elucubraciones y estudios sobre la existencia o no de vida inteligente más allá de la Tierra, una hipótesis que, a pesar de no haber sido demostrada, jamás ha sido descartada totalmente por la comunidad científica.

Es posible que los extraterrestres hayan visitado la Tierra en el pasado, mucho antes de que la aparición de los humanos, o sencillamente antes de que hayamos tenido la capacidad de dejar alguna prueba que sirva de testimonio de su paso por nuestro planeta. Otra posibilidad es que estas hipotéticas civilizaciones todavía no hayan desarrollado la tecnología suficiente para contactar con nosotros, o, más probablemente, que seamos nosotros los que todavía no estemos suficientemente desarrollados para contactar con ellos.

 Es posible que nos hayan contactado en el pasado, o que todavía no hayan podido hacerlo con nuestra tecnología.

Esa última hipótesis es la defendida por Amri Wandel, astrofísico de la Universidad Hebrea de Jerusalén, autor de un artículo publicado en diciembre de 2022 por la revista Astrophisical Journal. Según el experto, si es verdad que la vida ha evolucionado en muchos planetas de nuestra galaxia, es probable que las civilizaciones más avanzadas no solo busquen signos de vida, sino también inteligencia. En otras palabras, es posible que no hayamos demostrado, al menos todavía, que somos un planeta lo suficientemente avanzado como para aparecer en sus objetivos de búsqueda. 

Telescopio de Prospección Panorámica y Sistema de Respuesta Rápida o Pan-STARRS
FOTO: INSTITUTO DE ASTRONOMÍA DE LA UNIVERSIDAD DE HAWAI / ROB RATKOWSKI

Los científicos llevan décadas rastreando las señales del universo en busca de vida inteligente. Hasta la fecha, todavía no se ha detectado ninguna señal que merezca consideración, a excepción de la misteriosa Señal Wow, todavía sin descifrar. 

“Los planetas bióticos (aquellos que muestran signos de vida) son muy comunes en el universo, de ahí que las supuestas civilizaciones podrían no estar interesadas en explorar la Tierra. Si están situadas a más de 100 años luz, les parece un planeta más, sin firma tecnológica que demuestre que existen signos de inteligencia”, explica Wandel a National Geographic a través del correo electrónico. 

Nuestra señales todavía no han llegado

A pesar del gran desarrollo tecnológico experimentado en las últimas décadas, la humanidad ha estado emitiendo señales al espacio desde hace relativamente poco tiempo. Hace apenas un siglo que empezamos a transmitir señales de radio, un tiempo demasiado corto para que estas ondas lleguen a ser detectadas por una civilización extraterrestre. Teniendo en cuenta que solo hemos estado emitiendo señales en los últimos 100 años, estas solo podrían haber alcanzado los 200 años luz, una porción insignificante en la Vía Láctea, de más de 100.000 años luz de diámetro.

Y eso sin tener en cuenta el tiempo de respuesta. Según Wandel, solo las estrellas situadas a unos 50 años luz habrían tenido el tiempo suficiente para responder un primer contacto desde que la Tierra empezara a transmitir ondas de radio, lo que reduce todavía más el número, en concreto, a 2.000 estrellas, de la cuales tendríamos que seleccionar únicamente aquellos que podrían albergar vida. Por ejemplo, la primera transmisión intencionada de alta potencia enviada al espacio fue un mensaje de radio enviado al espacio desde el radiotelescopio de Arecibo en 1974 para conmemorar la remodelación del radiotelescopio. Se calcula que apenas ha llegado a unos 48 años luz de la Tierra.Teniendo en cuenta todas esas variables, y aplicando las distintas hipótesis en función del supuesto número de civilizaciones que existen en la Vía Láctea, Wandel deduce que la horquilla del ‘tiempo de respuesta’ sería de entre 400 y 50.000 años, en función del número de posibles civilizaciones que creemos que existen (1 millón o 10 civilizaciones, respectivamente). En otras palabras, este sería el tiempo necesario que deberíamos esperar los terrícolas para contactar y recibir una posible respuesta. 

¿Por qué todavía no hemos contactado con éxito con extraterrestres?

Una investigación sugiere que es probable que no haya pasado el tiempo suficiente para que posibles civilizaciones extraterrestres hayan podido contactar con nuestras señales enviadas al espacio. Tardaríamos entre 400 y 50.000 años en contactar, en función del número de posibles civilizaciones.


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