sábado, 3 de febrero de 2024

El insólito video de ballena que se tragó a 2 mujeres en kayak y las escupió

Pudo haber terminado en tragedia, pero el cetáceo decidió devolverlas-literal- con todo y kayak.

Avila Beach, California es el escenario acuático donde ocurrió la impactante historia de la ballena que se tragó a dos mujeres abordo de un kayak.

Varios medios de comunicación a nivel internacional, como Univisión, difundieron recientemente la situación que aunque ocurrió hace dos años, no deja de impactar a quien la conoce.

Julie McSorley y Liz Cottriel, dos amigas que disfrutaban de un paseo por la costa californiana, vivieron el susto de sus vidas cuando uno de los habitantes más gigantescos del océano (¡una ballena jorobada!), hizo un inesperado acto de presencia, como reclamando su espacio.

Lo ocurrido quedó registrado en escasos pero impactantes segundos de un video, tomado por una tercera persona que tuvo la suerte de hacerlo y, sobre todo, de no formar parte de la sorprendida pareja.

Es oportuno recordar que una ballena jorobada pesa entre 40 y 48 toneladas, máximo (48.000 kilogramos). Además, pueden medir entre 15 y 19 metros de largo.


La ballena que se tragó a dos mujeres: vivir para contarlo

Era una jornada de sol. ¿Qué podía salir mal, si el mar es de los sitios más hermosos para distraerse del día a día?

Para las dos amigas que lo asumieron así, no lo fue, convirtiéndose en uno de los momentos que marcaron sus vidas para siempre.

La ballena que se tragó a dos mujeres y cuya historia se volvió viral por estas fechas, no las escogió como blanco. Su instinto, dada su ventaja de territorialidad, la llevó a abrir sus fauces. En cuestión de segundos, succionó la pequeña embarcación con todo y ocupantes.

“No, no me gusta el océano. Me asustan los tiburones. Me asusta todo lo que no puedo ver en el agua"”, le dijo Liz a su amiga, antes de pasar tremenda experiencia. Parece haber intuido que adentrarse en el mar, es para cetáceos y otros seres superiores.

En efecto, la situación vivida confirmó sus temores. Durante lo que pareció una eternidad, estuvieron en la boca de la ballena. En un episodio a lo bíblico, cuando Jonás fue engullido por una de estas.

No obstante, ni Julie o Liz tuvieron tiempo de orar, tal como lo relata el pasaje de la biblia. Todo ocurrió en un abrir y cerrar de… fauces y fueron devueltas al agua. Un verdadero milagro, eso sí.

La mujer que captó el momento, dejó su cámara boca abajo para percatarse el desenlace. Otro hombre de la tercera edad, sobre una tabla, observó casi paralizado.

“¿Están bien?”, les preguntó la mujer, cuando ya habían sido prácticamente escupidas por la ballena.

“Estoy pensando, ‘Estoy muerta"”

Cuando el episodio, que ya forma parte de la historia reciente, fue dado a conocer, ambas tuvieron la oportunidad de profundizar en este, como no lo hizo el mamífero que decidió escupirlas.

La ballena que se tragó a dos mujeres a bordo de un kayak, les dio una segunda oportunidad o supo que no era el momento de hacerlo. Es una situación a la que no puede dársele una respuesta.

No obstante, una de las sobrevivientes de la situación, cuenta que tras una hora en el mar todo cambió drásticamente. En ese breve instante, supo que es transitar entre la vida y la muerte, además del hocico de uno de los animales más grandes del océano.

“Estoy pensando, ‘Estoy muerta’. Estoy muerta. Pensé que me iba a caer encima. Lo siguiente que sé es que estoy bajo el agua”, aseguró Liz Cottriel a la cadena estadounidense Fox News.

Si bien la boca de las ballenas jorobadas es enorme, no tiene la capacidad de tragar completamente a dos seres humanos, más un kayak. Por eso es que las amigas, protagonistas de la situación, pueden contar la historia las veces que lo consideren conveniente.

“Terminamos apareciendo justo al lado del kayak y una al lado de la otra. Fue una locura”, aseguró Julie McSorley.

Fue, además, un buen momento para recordar quién manda en el océano.

“Definitivamente navegaré en kayak en el océano junto a delfines, nutrias, focas y todos los demás, pero creo que las ballenas necesitan su espacio“, reconoció McSorley.

Por una parte, estremece la de una ballena que se tragó a dos mujeres en un kayak, para luego escupirlas, y por el otro, la de otra que enternece, al acercarse a un grupo de humanos por un par de caricias.

Se trata de toda una dicotomía de los mares, cuyos habitantes son celosos de su espacio por razones que no somos audaces de discutir.

En el caso de la ballena que buscó afecto humano, el suceso fue difundido por el medio argentino Clarín.

En el video se escucha la emoción, a grito agudo, de estadounidenses que tocaron a la ballena que se quedó, por un buen rato, siendo mimada por los presentes.

Ballenas que escupen a los humanos y son noticia

La historia de la ballena que se tragó a dos mujeres y luego las escupió, no es única. Un suceso similar tuvo lugar un año después de lo ocurrido a las amigas Liz y Julie en las costas de California.

“Buceaba para buscar langostas cuando una ballena jorobada intentó comerme. Estuve dentro de su boca cerrada durante 30 a 40 segundos, antes de que emergiera a la superficie y me escupiera”, aseguró el pescador Michael Packard, de Boston.

El hombre pescaba con otros dos más cuando el cetáceo lo sorprendió para tragarlo y posteriormente escupirlo. Uno de sus acompañantes llamó a emergencias y Packard fue atendido. Pudo contar su historia y los expertos la consideraron creíble.

“Tengo moretones por todos lados pero ningún hueso roto. Agradezco a los salvavidas de Provincetown por sus cuidados y ayuda”, aseguró.

En tanto, Jooke Robbins, directora de estudios de las ballenas jorobadas, declaró: “Conozco a las personas implicadas (…) por lo cual tengo todas las razones para creer que lo que dicen es cierto. Nunca había escuchado hablar de un ‘accidente’ similar. Es posible que (el pescador) haya estado en el mal lugar, a la mala hora”.

La particularidad de caza de las ballenas jorobadas es la que hace posible que estos incidentes en alta mar ocurran.

“Se lanzan con la boca abierta, tragan peces y agua muy rápidamente, y luego rechazan el agua a través de sus barbas”. Son “como un filtro”, sentenció la experta.

Liz, Julie y, meses antes, el pescador Michael Packard, lo creen en lo más profundo… de su ser.


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