lunes, 26 de junio de 2023

26 de junio de 1783: Nube ácida sobre Europa

El 26 de junio de 1783, en San Petersburgo (Rusia), el matemático y físico Leonhard Euler (1707-1783) describe la llegada de la nube ácida proveniente del volcán Laki (de Islandia), que explotó el 8 de junio y erupcionará los próximos 8 meses. En los dos años siguientes esta niebla causará una gran hambruna, que dejará un saldo de 6 millones de muertes en todo el mundo. Se ha descrito como "una de las mayores catástrofes medioambientales en la historia europea".



El 26 de junio de 1783 los cielos de Berlín se oscurecían a plena luz del día. Dos días después alcanzaba París y progresaba hacia Gran Bretaña, el norte de Italia y España. Se trataba de una inmensa nube tóxica producida por el volcán Laki, en Islandia. Alteró el equilibrio climático en todo el continente durante largos meses y se calcula que produjo unos 6 millones de muertos.

Solo en Islandia provocó la muerte de 10.000 personas, entre una cuarta y una quinta parte de la población, y de la práctica totalidad de las cabezas de ganado.

Está considerada una erupción IEV 6 –Índice de Explosividad Volcánica, en una escala de ocho grados-. Se calcula que en total llegaría a expulsar unos 14 millones de km3 de lava basáltica y nubes tóxicas de ácido fluorhídrico y dióxido de azufre, y un volumen total de piroclasto de 0,91km3, en peso, unos 120 millones de toneladas de SO2 unos 8 millones de HF. Todo esto dio como resultado una de las catástrofes climáticas más importantes y con mayores repercusiones del último milenio.  Se calcula que las fuentes de lava alcanzaron alturas de entre 800 y 1.400m. En Gran Bretaña al verano de 1783 se lo llamó the sand summer –el verano de arena- por la caída de cenizas. Se considera uno de las mayores catástrofes medioambientales de la historia europea, pero sus efectos llegaron hasta mucho más allá.

El cielo se impregnó de polvo sulfuroso y un calor sofocante se adueñó de la atmósfera. El otoño fue muy frío; el invierno, gélido

Desde Islandia, la nube tóxica se desplazó en dirección sureste empujada por los vientos provocados por las altas presiones, cayendo desde Noruega sobre Alemania, Francia, Bohemia, Gran Bretaña… El cielo se impregnó de polvo sulfuroso y un calor sofocante se adueñó de la atmósfera. Primero, produjo un verano anormal y extremadamente caluroso, luego irrumpieron violentos aguaceros y granizadas que hicieron descender bruscamente la temperatura y provocaron gravísimas inundaciones. El otoño fue muy frío; el invierno, gélido. La pérdida de las cosechas dio lugar al hambre y a las epidemias. En latitudes más alejadas, se considera que provocó el bajo nivel de crecida del Nilo, provocando la correspondiente sequía y hambruna, reduciendo en un sexto la población del Valle del Nilo.


Leonhard Euler


Ver también:

La erupción que cambió Islandia para siempre



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