martes, 30 de mayo de 2023

30 de mayo de 1981: Crimen de los Shoklender

El 30 de mayo de 1981, en Buenos Aires (Argentina) son encontrados los cadáveres de Mauricio Shoklender y su esposa. Los hijos varones de la pareja ―Pablo y Sergio― son acusados del crimen.


Se denomina como Caso Schoklender al parricidio ocurrido en la madrugada del 30 de mayo de 1981, cuando Sergio y Pablo Schoklender fueron acusados del asesinato de sus padres en su piso del barrio de Belgrano en la ciudad de Buenos Aires. Este caso muy conocido conmocionó a la opinión pública de Argentina.

El doble asesinato

En la noche del 29 de mayo de 1981, mientras el resto de la familia cenaba en la Costanera, Pablo, en ese entonces ya tenía 20 años, volvió al departamento de la calle 3 de Febrero y al oír que regresaban se escondió en el placar del dormitorio de su hermano. Aproximadamente a las 3 de la madrugada de ese sábado 30 de mayo, Pablo Schoklender despertó a su hermano Sergio (quien estaba cumpliendo 23 años esa madrugada), yéndose ambos a cavilar al living. A esas cavilaciones les puso fin Pablo cuando al notar que su madre se había levantado y se dirigía hacia donde ellos estaban, se escondió y aprovechando que estaba de espaldas, le destroza la cabeza con una barra de acero de 30 cm. de largo y 3 cm. de diámetro, de las utilizadas para hacer pesas. El primer golpe se lo asesta en el lado derecho de la cabeza, haciéndola caer de bruces (en la posterior autopsia hallarían una concentración de 1,66 de alcohol en sangre en el cuerpo de Cristina). Habría sido Sergio quien luego le descargó dos golpes más, en la parte posterior del cuello, cerca de la nuca. Luego buscó una camisa azul suya que estaba para lavar con la que le apretó el cuello, para estrangularla. Aún estaba viva. Pablo buscó una sábana con la que la envolvieron como si fuera una mortaja y le puso una bolsa plástica para residuos en la cabeza. Con trapos limpiaron la sangre que manchaba el piso de parquet. Durante las siguientes dos horas los hermanos deliberaron que hacer con su padre, decidiendo matarlo también. Los dos fueron hasta la habitación donde dormía, Sergio llevaba la barra de acero y Pablo tenía una cuerda náutica. Mauricio estaba sobre el costado derecho de la cama. Con fuertes golpes le destrozan casi todos los huesos del cráneo. Sergio le pidió la cuerda a Pablo y la pasó por el cuello de su papá. Hizo un torniquete con la barra y la iba retorciendo. Al rato lo envolvieron con la sábana de abajo, la que cubría el colchón y hasta le dejaron la almohada. Le pusieron la bolsa plástica en la cabeza. Eran las 5 de la mañana. (W)









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