lunes, 25 de diciembre de 2023

A dos años del lanzamiento del James Webb


                                                                                        

Después de unos cuantos retrasos, su lanzamiento en un cohete Ariane 5 se produjo el 25 de diciembre de 2021. Viajó hasta situarse a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, aproximadamente cuatro veces más lejos que la Luna. ¿En estos dos años cuál ha sido su aporte?

                                                                                        

El telescopio James Webb cumple hoy dos años en el espacio. En este tiempo ha observado galaxias lejanas, agujeros negros, exoplanetas e, incluso, algunas lunas de nuestro sistema solar.

La gran complejidad de su mecanismo hizo que su lanzamiento se retrasara en varias ocasiones. Se lanzó plegado al espacio debido a su gran tamaño.

Ha estudiado desde galaxias muy lejanas que se formaron cuando el universo era joven hasta atmósferas de exoplanetas. También ha observado planetas del Sistema Solar, incluso, algunas lunas que albergan océanos subterráneos.

Dos años después de su lanzamiento, sigue mostrándonos el Universo como nunca lo habíamos visto.

La imagen de Los Pilares de la Creación es una de las más espectaculares que ha captado.

“Una máquina del tiempo”, “una notable hazaña de ingeniería” o “el lanzamiento de la década” son algunos de los comentarios que se han oído sobre el James Webb, el mayor telescopio jamás enviado al espacio.

El James Webb, una colaboración entre las agencias espaciales de Estados Unidos (NASA), de Europa (ESA) y de Canadá (CSA), viajó hasta situarse a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, aproximadamente cuatro veces más lejos que la Luna.


El James Webb es tan grande que se ha doblado al estilo origami para caber en el cohete de Arianespace y una vez en el espacio se desplegó  como un juguete transformer. 

Fue diseñado para expandir los éxitos científicos del Hubble. Entre ambos telescopios han pasado más de 30 años y tecnológicamente son muy diversos: el tamaño del espejo primario (6,5 metros frente a los 2,4 del Hubble) y su capacidad de ver la luz infrarroja (invisible al ojo humano) son las principales diferencias.

Gracias a esto, el James Webb puede mirar atrás en el tiempo y observar las primeras estrellas que existían en el universo temprano y cómo se formaron las primeras galaxias tras el Big Bang y su evolución, además de los planetas de nuestro sistema solar y los que orbitan otras estrellas (composición química de los exoplanetas).

Para ello lleva incorporados cuatro instrumentos científicos de última generación que proporcionan los datos necesarios para analizar los materiales que componen las estrellas, las nebulosas, las galaxias y las atmósferas planetarias, explica la ESA.

El telescopio ha dotado a astrónomos y astrofísicos de todo el mundo, por vías hasta ahora imposibles, de las capacidades necesarias para ampliar las fronteras del conocimiento sobre nuestro sistema solar, la formación de estrellas y los planetas, y sobre cómo se crean y evolucionan las galaxias. Nunca se ha mirado al universo con estos ojos, así que esta mirada puede suponer un hito y una sorpresa. 


¿Por qué hubo tantas expectativas con este proyecto?

Es el mayor telescopio jamás enviado al espacio y en su diseño, además de un espejo de 6,5 metros de diámetro, destacan los cuatro instrumentos científicos de última generación diseñados para captar la luz infrarroja del universo, invisible al ojo humano.

Gracias a esta sensibilidad sin precedentes podrá mirar hacia atrás en el tiempo más de 13.500 millones de años para ver las primeras galaxias que nacieron después del Bing Bang -explosión que se cree dio origen al universo- y su evolución.

Además, podrá observar planetas de nuestro sistema solar y los que orbitan otras estrellas (estudiará la composición química de los exoplanetas).

Ofrecerá una vista inédita del universo con unos ojos desconocidos hasta ahora, lo que podría reescribir la astronomía o parte de ella.



¿En qué se diferencia del Hubble?

Entre ambos hay diferencias tecnológicas fundamentales.

Las más importantes son su capacidad de observar el universo en el espectro infrarrojo, mientras que el Hubble está centrado en la luz visible, y el gran tamaño de su espejo primario (6,5 metros frente a 2,4), que le permite observar más lejos en distancia, lo que supone más atrás en el tiempo.

Otra gran diferencia es su escudo solar, formado por cinco capas de kapton y del tamaño de una pista de tenis, para evitar que el sol incida en él y poder así operar a -230 grados.

Hubble lleva 31 años operando, pero James Webb tendrá una vida aproximada de una década, marcada por el uso del combustible para corregir y mantener su órbita. Además al estar a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, no son posibles misiones tripuladas para repararlo o actualizarlo. (Seguir leyendo)


Diez preguntas sobre el telescopio espacial James Webb o por qué es el observatorio espacial más complejo y caro de la historia


Imágenes de julio de 2022

Plagada de puntos de luz de varios tamaños, la toma muestra las primeras galaxias formadas poco después del Big Bang y presenta objetos de luz tenue que nunca habían sido observados.

El telescopio espacial James Webb (en inglés, James Webb Space Telescope (JWST)) es un observatorio espacial desarrollado a través de la colaboración de veinte países,​ construido y operado conjuntamente por la NASA, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Canadiense, para sustituir los telescopios Hubble y Spitzer. 

A la izquierda, la imagen tomada por Webb. A la derecha, la de Hubble.

James Webb: quién fue y por qué la NASA le puso su nombre al mayor telescopio espacial de la historia



Imágenes de julio de 2022


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