La construcción del antiguamente conocido como Anfiteatro de los Flavios y hoy en día como Coliseo de Roma (nombre, por cierto, que proviene no de su gran tamaño, como parecería natural, sino de la colosal estatua de Nerón que se alzaba en sus cercanías) fue encargada por el emperador Vespasiano, fundador de la dinastía Flavia, con la intención de que fuera el edificio más grandioso que jamás hubiese sido visto.
Su construcción comenzó dos años después de la conquista de Jerusalén, ocurrida en el año 70, y fue inaugurado tan sólo ocho años después, en tiempos ya del emperador Tito. Lo que pretendía Vespasiano, además de inmortalizar su nombre, era algo mucho más práctico: encontrar una diversión que alejara a los casi 300.000 parados de la ciudad, que a la sazón tenía aproximadamente 1 millón de habitantes, de cualquier veleidad rebelde.
En su diseño original, el edificio se ajustaba a unas dimensiones perfectamente calculadas para conseguir que los 50.000 espectadores que podían albergar sus gradas (45.000 de ellos sentados) tuvieran la suficiente sensación de intimidad, pero pudiesen sentir a la vez la grandiosidad del recinto. Para acometer su construcción fue necesario, en primer lugar, trazar una calzada hasta las canteras de Travertino, situadas a 30 kilómetros de Roma, por la que viajaron incansablemente 200 carros tirados por bueyes, acarreando la piedra necesaria para levantar el edificio. Sólo para completar la pared inferior fueron necesarios un total de 292.000 viajes entre la cantera y la obra. Los arquitectos e ingenieros que dirigieron su construcción inventaron el hormigón, material que no sería redescubierto prácticamente hasta nuestros días. Al unir los bloques de piedra, se agregaron grapas de metal para que los pilares de hormigón se compactaran perfectamente.
Finalizada la obra, la arena del Coliseo de Roma podía convertirse en pocos segundos en una gran piscina en donde era posible representar batallas navales, ballets acuáticos interpretados por bellas jóvenes desnudas o encarnizadas luchas entre cocodrilos (sin demasiada amplitud, eso sí). Para que fuera posible este tipo de espectáculos (que, en realidad, no tuvieron un gran éxito de público), se decidió su emplazamiento en la gran depresión entre las colinas Esquilina, Palatina y Celio, en un lugar cercano al acueducto de Claudio colindante con un lago construido por encargo de Nerón, que estaba conectado con la red de cloacas de Roma. Además, fue necesario impermeabilizar el hormigón empleado, al igual que el fondo del piso sobre el que descansaba la arena y la pintura de las paredes. Cuando tiempo después se decidió suspender los juegos acuáticos, se construyeron en el piso inferior de la arena almacenes y celdas donde encerrar a las víctimas de los espectáculos. Desde allí, víctimas y animales salvajes accedían a la arena mediante un complicado sistema de rampas, pasadizos y ascensores.
Las cáveas o gradas del Coliseo de Roma disponían de 252 vomitorios por los que entraba y salía el público con total comodidad. Las mujeres disponían de un espacio reservado separado del resto del aforo masculino. En los espectáculos que se celebraban en plena canícula estival, miles de marineros de la guardia imperial extendían un gran toldo sobre el Coliseo. Para ello, la cornisa interior del suelo era elevada a 50 metros de altura para soportar los cables sobre los que se sustentaban las gigantescas velas de vivos colores.
El acto inaugural del Coliseo de Roma duró cien días y supuso la muerte de 2.000 gladiadores y 9.000 animales.
10 CURIOSIDADES
El Coliseo es el símbolo indiscutible de la ciudad de Roma, así como un monumento conocido en todo el mundo. Su historia está llena de datos curiosos, pero su situación actual no se queda atrás y también está salpicada de sorpresas.
Descubre a continuación 10 curiosidades sobre el Coliseo romano:
1) En realidad, no se llama Coliseo
Su auténtico nombre es Anfiteatro Flavio, en honor a la dinastía de emperadores que gobernaban en la época de su construcción. Comenzó a conocerse como Coliseo en la Edad Media, probablemente porque se construyó cerca de la estatua del “coloso” Nerón.
2) Restaurado por una empresa de zapatos
La más reciente y polémica restauración del Coliseo ha sido financiada completamente por el grupo Tod’s, dueños de la famosa marca de zapatos del mismo nombre. A cambio, la empresa podrá usar los derechos de imagen del Coliseo durante 15 años.
3) Su inauguración duró 100 días
Los festejos por la inauguración del Coliseo duraron nada más y nada menos que 100 días e incluyeron combates de gladiadores, luchas entre animales, ejecuciones y representaciones mitológicas.
4) El monumento más visitado
El Coliseo es el monumento más visitado de Italia. Cada año unos 6 millones de personas vienen a conocerlo.
5) Se usó como piscina
El Coliseo romano se usó también como piscina en las naumaquias, recreaciones de grandes batallas navales de la historia.
6) Escenario de muchas muertes
En los combates y luchas celebradas en el Coliseo se calcula que han perecido unas 500 mil personas y más de un millón de animales.
7) Estuvo a punto de convertirse en un hotel
Durante la dictadura fascista se propuso transformar el Coliseo en un hotel de lujo para turistas y peregrinos. Por suerte, la idea cayó en saco roto.
8) Se puede visitar de noche
A partir de la primavera y hasta bien entrado el otoño, es posible visitar el Coliseo de noche algunos días a la semana, ya que éste permanece abierto hasta las 24h.
9) Sus fragmentos se han usado en otros edificios
Algunas piezas del Coliseo se usaron en otras construcciones romanas, como la Basílica de San Pedro o el Palazzo Barberini.
10) Símbolo contra la pena de muerte
Desde el año 2000 el Coliseo se ha convertido en un símbolo contra la pena de muerte, iluminándose cada vez que en algún lugar del mundo se le conmuta o aplaza una sentencia de muerte a un condenado.
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