lunes, 24 de junio de 2024

Auto Stop


"Hacer dedo" siempre ha tenido sus riesgos. A pesar de eso, sigue siendo el modo más económico para viajar. Aunque este viaje sea el último.


La práctica del "hacer dedo", es decir, viajar de un lugar a otro solicitando el transporte de conductores desconocidos, ha sido una opción de transporte utilizada por siglos. Si bien esta modalidad de viaje presenta innegables riesgos, sigue siendo uno de los métodos más económicos y accesibles para aquellos que buscan desplazarse de forma económica. No obstante, este método de viaje no está exento de peligros, y en algunos casos, puede llegar a convertirse en el último trayecto de quienes lo emprenden.
Desde tiempos inmemoriales, el "hacer dedo" ha sido una práctica común entre viajeros de diversos perfiles. Individuos en busca de aventura, estudiantes con recursos limitados, e incluso personas en situación de vulnerabilidad, han recurrido a esta forma de movilización para poder llegar a su destino. La facilidad de acceso y el bajo costo que presenta el autostop lo han consolidado como una alternativa atractiva para aquellos que buscan viajar de manera económica.
Sin embargo, la práctica del "hacer dedo" conlleva importantes riesgos que no pueden ser ignorados. El hecho de subirse a un vehículo conducido por un desconocido implica exponer la propia seguridad a diversos peligros, como agresiones físicas, abusos o incluso secuestros. Lamentablemente, se han documentado numerosos casos en los que viajeros que optaron por el autostop han sufrido consecuencias fatales.
Aun así, para muchos, los beneficios de esta modalidad de viaje superan a los riesgos. El ahorro económico y la posibilidad de vivir experiencias únicas y enriquecedoras durante el trayecto son alicientes poderosos que impulsan a individuos a continuar recurriendo al "hacer dedo" como su principal medio de transporte. Estos viajeros suelen destacar la oportunidad de entablar conversaciones y establecer vínculos con conductores desconocidos, lo cual les permite ampliar su perspectiva del mundo y adquirir una mayor comprensión de la diversidad humana.
No obstante, es imperativo reconocer que en determinadas circunstancias, el "hacer dedo" puede convertirse en el último trayecto de quienes lo emprenden. Lamentablemente, la vulnerabilidad inherente a esta práctica ha derivado en trágicos desenlaces, donde viajeros han sido víctimas de actos violentos o incluso han perdido la vida. Estas situaciones dramáticas sirven como un recordatorio de que, si bien el autostop puede ser una opción accesible y emocionante, también conlleva riesgos que no deben ser subestimados.
Esta es una de esas historia...





Historia publicada en la revista Totem N° 7

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