miércoles, 17 de enero de 2024

CHILE: 10 pintores figurativos


En Chile, todos los pintores figurativos de la segunda mitad del siglo XX son herederos de Claudio Bravo, ese artista que hacía hiperrealismo cuando aun no se inventaba.
Estos artistas no son muchos ya que no es fácil ser un buen realista. La mayoría ha vivido el "exilio artístico" buscando la oportunidad que en su propia tierra se le ha negado.


Por Rubén Reveco. Editor

Autorretrato de Claudio Bravo (1954)

Chile es un país contradictorio. Por un lado es una sociedad relativamente tradicional y por otro, una élite cultural presume de vanguardista y está siempre atenta a imitar lo que sucede en Europa o Estados Unidos. En este contradictorio ámbito se mueven los pintores realistas tratando de hacer comprender a directores de museos, galerías, facultades de arte, críticos que -mientras al arte se lo relacione con el talento- el realismo sigue siendo tendencia. Esto que es básico, a muchos les cuesta comprender...
Después de pedir mucha ayuda y consultar mis apuntes, he logrado seleccionar a estos diez, lo que de ninguna manera son los únicos y definitivos mejores pintores figurativos, surrealistas o hiperrealistas de Chile. Todos de la gran familia realista.



1) Guillermo Muñoz Vera


Guillermo Muñoz Vera, pintor, nació en Concepción en 1956. En 1973 ingresó a la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, convirtiéndose en profesor adjunto en 1977 de la Cátedra de Dibujo; se licenció en 1978 con mención en Pintura. Al año siguiente viajó a Madrid para estudiar anatomía y dibujo en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid.


Fue su padre, médico, quien le regaló en 1979, como premio Fin de Carrera, un billete de avión para España, tal vez con el deseo secreto de que se desencantara rápido de la vida bohemia.
Lo que seguro no intuía era que su hijo llegaría muy pocos años después a ser uno de los máximos exponentes del Nuevo Realismo Español y fundador de la Escuela de Chinchón.
Aunque sus pinturas transmitan quietud y sosiego, Guillermo Muñoz Vera (Concepción, Chile, 1956) es un torbellino, a veces deslenguado, de reflejos rápidos y perspicaces observaciones.
La charla se desarrolla a borbotones, en un sinfín de ramificaciones donde el pintor argumenta con pasión sus ideas, a veces, tan prolijamente que perdemos el hilo. Desde hace décadas es un nombre habitual en los catálogos de Sotheby’s y Christie’s en Nueva York, Londres y Madrid (Ansorena) y cuenta con una fiel clientela consolidada en los Estados Unidos. A él, lo que realmente le desvela es su proyecto educativo, su academia de pintura que tiene su sede en la localidad madrileña de Chinchón. (Fuente)

2) Ricardo Maffei


Ricardo Maffei nace en Santiago, en 1953. Estudia en la Academia de pintura de Miguel Venegas Cifuentes.
En 1978 deja Chile y se traslada a Madrid donde reside hasta 1988. Viaja frecuentemente a Tánger, Marruecos, donde trabaja y estudia con Claudio Bravo. En 1987 hace su primera exposición individual en la Galería Egam, Madrid.
En 1988 regresa A Chile. En el 2000 hace su primera exposición en la Marlborough Gallery de Nueva York, donde ahora expone regularmente. 



Ser aburrido es algo que preocupa al pintor Ricardo Maffei y lo repite varias veces en esta entrevista. El peligro de serlo, sin embargo, es inminente cuando se está acostumbrado a pintar, como si fueran fotos, bodegones con elementos tan insulsos como un trozo de cemento o un vaso de agua. Maffei combate el aburrimiento con esmero, por eso puede demorar hasta dos días en armar una escena antes de pintarla. “Ocupo sólo dos o tres elementos para no saturar el cuadro, pero si estos no los colocas bien pueden resultar muy aburrido”, dice.
Aunque, tal dificultad es más bien una opción: hace varios años que el artista desterró la belleza tradicional de sus pinturas. “Podría pintar un florero o unas telas finas, pero me parece fácil y aburrido. Son los elementos simples que pasan inadvertidos a las personas los que me interesan. Lograr extraer belleza de eso, a través del soporte, es mi desafío”, dice Maffei. (Fuente)


3) Andrés Baldwin

Andrés Baldwin Lund, pintor. Nació en Santiago en 1955. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile a la que ingresó en 1973, en la Academia de Miguel Venegas y en la Camden School of Art de Londres. A fines de la década del ochenta viajó a España donde realizó estudios de perfeccionamiento en las técnicas del realismo. Trabajó en Madrid bajo la asesoría del pintor relista español Antonio López García y en el taller de José Luis Azparrén. En Santiago se ha desempeñado como profesor de la Universidad Finis Terrae.



Se trata de 20 cuadros de Baldwin quien se "reinventa" al aproximar su estilo realista a una visión cercana al surrealismo y a las formas geométricas, poco usuales en sus anteriores obras.
Poseedor de una depurada técnica, el artista presenta una serie de trabajos donde la tridimensionalidad lograda con esta nueva unión de formas y estilos, crea composiciones que parecen fotografías. Centrada en las distintas visiones del agua, la exhibición de Baldwin juega con esta ilusión elaborando piezas que remiten a una cierta concepción de esculturas pictóricas que interpelan con su sensación de realidad al espectador.
Así, la exposición presenta al agua en distintos estados, formas y colores, pasando desde referencias literales como la imagen del mar con olas a punto de romper en la orilla hasta otras más analíticas, como una composición donde el agua contenida en un envase es uno de los objetos dispuestos sobre una mesa, hasta aquellas con toques surrealistas donde el agua se encuentra graficada en cuanto concepto en elementos etéreos como una nube, un arcoiris o un rayo. (Fuente)


4) Carlos Concha Vial


Carlos Concha Vial estuvo varios años radicado en España, donde realizó estudios de perfeccionamiento en la Academia de Arte y Autores Contemporáneos de Guillermo Muñoz Vera. Expuso sus obras en galerías de Madrid y Santiago de Chile.



De la experiencia en Europa concluye que "el realismo pictórico sigue presente y muy profusamente en muchas partes del mundo: Estados Unidos, Europa y en Latinoamérica; México, Brasil, Argentina por mencionar algunos países y es desarrollado por gente muy joven y muy talentosa".
"Desgraciadamente en Chile tenemos muy poca información y un cierto atraso con respecto a este tema". Respecto de su estadía en Europa, Carlos Concha nos comenta: "No sólo pude acceder a los clásicos, sino que también a los grandes del realismo contemporáneo, como Lucien Freud, López García, Naranjo, Nerdrum, y Bravo, entre otros. En algunos casos bastó con un telefonazo para que me recibieran en su taller. El sólo hecho de conversar con esas grandes figuras de la pintura actual fue para mí una experiencia muy fuerte y tremendamente enriquecedora". En relación a los temas que aborda en sus cuadros, Carlos Concha Vial se confiesa actualmente fascinado por los paisajes urbanos, tan característicos de la pintura realista contemporánea. Es por ello, que el artista los ha convertido en el motivo central de muchas de sus obras, como los cuadros de gran formato del centro de Santiago en los que se encuentra trabajando en este momento y que son encargo de una prestigiosa oficina de abogados. Sin embargo, no por ello ha dejado de lado el paisaje de la naturaleza extrema de Chile, ni las naturalezas muertas, conformados con elementos cotidianos y actuales que dan fiel testimonio de su época.(Fuente)


5) Carlos Vega Faúndez


Carlos Vega nació en Constitución en 1972. Con Guillermo Muñoz Vera completó su formación en España, gracias a una beca de la Universidad de Talca.


Carlos Vega es un pintor joven y valioso, que sigue la tendencia realista de los maestros chilenos y lo proyecta gracias a su propio talento y trabajo. 
Todo este interés por esta temática particular proviene de observar "lo que pasa en el mercado del arte", cuenta el artista a El Confidencial, "ya no se va solo a ver arte a los museos, sino también a comprar catálogos y otras cosas".
"La verdad es que siempre me interesó el bodegón y tratando de actualizarlo y, buscando alguna tendencia que me representase, un día se me ocurrió hacer una composición con bolsas de museos", cuenta el artista. De hecho su primer cuadro Bolsas de museos, tiene en esta muestra una segunda versión en la que los catálogos y los rollos de posters se acumulan en cuatro bolsas sobre una superficie blanca.
Vega Faúndez, que reconoce la influencia de pintores realistas compatriotas suyos, como Claudio Bravo, y otros como Muñoz Vera, ya que "en mi carrera la he hecho al alero de él en la Escuela de Chinchón", afirma que lo más destacable "es que he conseguido una técnica bastante madura, lo que hace que la exposición esté muy lograda" (Fuente)

6) Cristóbal Anwandter


Cristóbal Anwandter nació en Santiago de Chile en 1980. Desde pequeño tuvo afinidad con las artes lo que lo llevó en 1998 a comenzar sus estudios formales, vinculándose con diversos pintores del área figurativa-académica con la intención de alcanzar una formación completa e integradora, complementándola con cursos de figura humana avanzada y filosofía. En el 2001 viaja a Ciudad de México donde intercambia experiencias con pintores mexicanos, compartiendo inquietudes en torno al arte figurativo latinoamericano y exponiendo finalmente en una muestra binacional.
El mismo año gana el primer lugar del concurso “re crea arte” de la fundación Amigos del Arte. El 2002 obtiene la beca de Amigos del Arte, convirtiéndose en el artista más joven en recibirla.



En Sobrecaras, propuesta contemporánea con alta precisión técnica y gran expresividad plástica, el artista ensaya close up a rostros de personas anónimas, donde la mancha, los empastes y veladuras hablan también de la realidad de la pintura misma.
En sus inicios, el pintor estuvo ligado a la academia. Formado con maestros de la pintura en talleres de Chile y México, parte de su aprendizaje, dice, ha estado también en el estudio de los pintores clásicos y modernos: “Los dibujé y copié lo más que pude, hasta entender sus lógicas de construcción”.
Anwandter se fue situando en escena con una factura realista de sello propio que ha ido evolucionando desde la experiencia del gesto pictórico, la forma y el color. Su obsesión ha sido la figura humana. 
El artista exhibe ahora los resultados de una investigación en la que se sumergió durante los cuatro años siguientes: Sobrecaras, una serie de retratos en grandes formatos donde se concentra más en el rostro o en los rasgos que van conformando la mancha, los empastes y las veladuras. El protagonismo de la figura, agrega, “es enriquecido con un lenguaje plástico innovador y abierto a todas las posibilidades de construcción y configuración”.
El proceso de la pintura entra en juego. Intentando conjugar pulcritud y definición con visceralidad y experimentación, el artista dice que ha dado un giro a un “estilo más fresco y espontáneo”. La precisión con que retrata las facciones de personajes anónimos contrasta con la primacía del gesto, la ambigüedad de las situaciones y las atmósferas cargadas psicológicamente. “La figura humana siempre será un laboratorio infinito de exploración, con la capacidad de renovarse y brindar nuevas posibilidades”, opina. (Fuente)


7) Guillermo Lorca García-Huidobro


La obra del pintor chileno Guillermo Lorca García-Huidobro, nacido en Santiago de Chile, es un testimonio más de la permanencia y obstinación de un estilo de hacer arte: el realismo; que ofrece múltiples modos de ser abordado y se abre paso entre las variadas manifestaciones contemporáneas para “clavar su bandera”.


Los pintores jóvenes actuales se nutren del pasado, van a los museos, estudian la obra de clásicos como Francisco Goya, Eugenio Delacroix o Théodore Géricault y la recrean desde una visión más intimista -como en el caso de Lorca-, pero siempre con ese despliegue técnico del que pocos pueden hacer gala.
Muchos de estos artistas buscan afuera lo que no encuentran en los ámbitos universitarios más preocupados por emular la moda “de lo efímero” que viene de Europa o ciudades como Nueva York. “Tenía discrepancias irreconciliables con varios profesores”, confiesa el pintor que a su corta edad tiene una prolífera obra.
“Lo que hace que un artista sea “mejor” -expresa- es el precio de venta que logre su obra en una subasta. Eso lo hace “sagrado” y su popularidad se mide desde ese filtro. Para conseguirlo hay que estar en la colección correcta, ser vendido por la persona correcta y ser un buen pintor, aunque no creo que esto último sea la carta principal en este juego. Si ocurre, se desencadena una tormenta perfecta”.
Guillermo Lorca es uno de esos "buenos" pintores (¡excelente!) que ha sabido posicionarse en el mercado internacional del arte, manteniéndose lejos de las modas estilísticas y lo ha logrado a través del oficio, mostrando un trabajo impecable que reivindica a la pintura realista en el mundo. (Fuente


8) Carmen Aldunate Salas

Carmen Zita Aldunate Salas, pintora y dibujante. Nació en Viña del Mar en 1940. Ingresó a la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Católica de Chile a los diecisiete años. Luego continuó en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile. También realizó estudios en el Departamento de Arte de la Universidad de California en Davis, Estados Unidos.


En su trabajo, la figura humana "tiene un papel protagónico en su trabajo que cobra un carácter narrativo de gran contenido psicológico" usando como elemento iconográfico a las mujeres, y más específicamente a sus rostros; su obra tiene un marcado acento en busca de poner "un mensaje feminista que denuncia con elegante sarcasmo y humor, la opresión y el sufrimiento psicológico del que por siglos, han sido víctimas las mujeres".
Ha participado en varias exposiciones individuales y colectivas durante su carrera.
Su obra surgió a mediados de la década del setenta junto a un grupo de artistas que se inclinaron por el movimiento pictórico neo figurativo, inspirado en la literatura del realismo mágico latinoamericano. La figura humana tiene un papel protagónico en su trabajo que cobra un carácter narrativo de gran contenido psicológico.
La artista hace gala de oficio, al pintar, dibujar y desarrollar técnicas clásicas y modernas que requieren prolijidad y paciencia. Trabaja de preferencia en gran formato el óleo sobre tela, óleo sobre madera, dibujo a lápiz, pastel, técnica mixta, collage madera fija, maderas teñidas, pintadas y cortadas. La preponderancia que otorga al dibujo como base de toda técnica, se manifiesta claramente en sus grabados.
La figuración propia y rostros de mujeres de rasgos idealizados, son una constante en sus cuadros. Las viste con ropajes renacentistas y las inserta en exóticos escenarios en los que tanto el encanto como el misterio, se hacen presentes a la vez que imponen un mensaje feminista que denuncia con elegante sarcasmo y humor, la opresión y el sufrimiento psicológico del que por siglos, han sido víctimas las mujeres. (Fuente)



9) Hernán Valdovinos Prats

El pintor Hernán Valdovinos Prats nació en 1948. Sus primeras lecciones de arte las recibió de su madre Maruja Prats, pintora egresada de Bellas Artes, de la Universidad de Chile. A los nueve años estudió pintura con Kurt Herdan y escultura con Tótila Albert.


El trabajo de periodista de su padre lleva a la familia a vivir a New York, USA, donde ingresa al Arts Students League, escuela que lo acerca a las vanguardias. De vuelta a su país de orgien, entra a la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile, obteniendo el grado de Licenciado en Arte.
A los veintitrés años viaja a España donde realiza múltiples exposiciones colectivas e individuales a lo largo de siete años. En 1981 es becado por el Gobierno Italiano para estudiar "Análisis de las Formas" en la Universidad Internacional del Arte en Florencia. Valdovinos ha incursionado en el cubismo, el arte abstracto y los retratos. Finalmente, guiado por su inquietud espiritual y conocimiento de la meditación, orienta su quehacer pictórico hacia la búsqueda de armonía y belleza y opta por desarrollar en su pintura una conexión entre la mitología y la imaginación creadora a través de la representación de seres arquetípicos y personajes fantásticos tales como ángeles, hadas, duendes, genios y dioses. En su trabajo de gran rigor técnico y dibujo depurado, utiliza el óleo a la veladura, un método usado por los grandes maestros del Renacimiento, técnica que descubrió en Florencia.
Ha incursionado en el cubismo, el arte abstracto y los retratos. Finalmente, guiado por su espiritualidad hinduísta y su conocimiento de la meditación, orientó su quehacer a la búsqueda de la armonía y la belleza del universo. Ha desarrollado una pintura que conecta la mitología y la imaginación creadora a través de la representación de seres de cuento como unicornios y felinos, águilas y personajes fantásticos, entre ellos, magos y dioses, hadas, ángeles y genios.
En su trabajo de gran rigor técnico y un dibujo depurado, utiliza el óleo a la veladura, un método usado por los grandes maestros del Renacimiento, procedimientos que conoció en 1981 en la Universidad Internacional del Arte de Florencia, durante su segunda estadía en Europa. (Fuente)


10) Enrique Campuzano


Enrique Campuzano nació en Iquique, en 1948. Su educación empezó en un colegio salesiano. Le aterrorizaban -expresa- con el cuento del pecado y el infierno. A pesar de eso, su niñez fue feliz gracias al cariño de mis padres.



Artista autodidacta, de padre español y madre chilena. Desde su infancia sintió una natural inclinación por manifestaciones artísticas, entre ellas, la música, el canto, la poesía, el teatro, la danza, el dibujo, la pintura y además la geometría y la matemática. Se radicó en Santiago hacia 1970 en busca de nuevas perspectivas. Entre 1963 y 1969 realizó numerosos diseños para el teatro, una de sus grandes pasiones. Ladislao Cheney, pintor austro-húngaro, me enseñó la técnica del óleo, el respeto por el oficio y a agradecer a Dios, el de cada uno, por el estado de gracia que confiere el pertenecer a esta casta. En 1984 asistió al curso Taller Crítico de la Pintura, dictado por el pintor José Balmes, estudió además croquis de desnudo en el Palacio de la Alhambra en Santiago y anatomía de la figura humana. Por lo general sus obras presentan gamas de grises y beiges evitando los fuertes contrastes. Recurre a los formatos amplios que le permiten representar a las personas y objetos en su tamaño natural. Su técnica preferida es el óleo sobre tela y el pastel.
"Me aferro al libre albedrío, que no me ha resultado barato. Pinto combinaciones de formas, texturas y juegos de la luz y color, donde el ser humano es protagonista, tratando de crear espacios de paz y sosiego posibles al interior del taller."
Inscrito siempre dentro del realismo, ha manejado un lenguaje simple y simbólico de la vida, la muerte, la civilización, el arte, la ironía, la justicia, la Fe, problemas sociales y éticos, mostrando pinturas reflexivas y espirituales. (Fuente)

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