sábado, 16 de diciembre de 2023

Ta, ta, ta, taaaaan


"Así golpea el destino a mi puerta" contentó Beethoven cuando le preguntaron que significaban los primeros compases de su Quinta Sinfonía.





La Sinfonía Nº5 en Do menor, op. 67, de Ludwig van Beethoven fue compuesta entre 1804 y 1808. Consta de cuatro movimientos: empieza con un allegro de sonata, continúa con un andante y termina con un scherzo que enlaza directamente con el finale, un elemento de continuidad musical muy novedoso y original.
El primer movimiento (Allegro vivace) de esta sinfonía constituye además un ejemplo paradigmático de la forma sonata, y enlaza así con nuestra serie de artículos dedicados a esta forma musical.



El estreno de la Quinta de Beethoven



La Quinta de Beethoven fue estrenada en un concierto de más de cuatro horas de duración celebrado en el Teatro An der Wien de Viena. Compartían cartel, entre otros, los estrenos de la Sinfonía nº 6 “Pastoral”, el Concierto para piano nº 4 en Sol mayor y la Fantasía coral, op. 80, del compositor de Bonn.
La escasa preparación del concierto (se efectuó un único ensayo), el frío invernal que reinaba en la sala y el cansancio de público y músicos por la larga duración del programa fueron responsables de una mediocre ejecución y de la distante acogida que el público tributó a la sinfonía, según nos relata Johann Friedrich Reichart, Kapellmeister del príncipe Lobkowitz y compañero de palco de éste durante aquella velada.
A pesar de este poco prometedor debut, sucesivas (y mejor planificadas) presentaciones de la obra cimentaron la fama de la obra en tierras germanas, como paso previo a su difusión internacional, más intensa tras la muerte del compositor. Relegada a un segundo puesto en el favor del público en una primera etapa por la Tercera y la Séptima, pronto se convertiría en la sinfonía beethoveniana más frecuentada en las salas de concierto y una de las más populares de todos los tiempos, circunstancias que se vieron acrecentadas aún más durante la II Guerra Mundial, entre otras razones por el nuevo sentido que le encontró el bando aliado al ritmo del famoso motivo inicial de cuatro notas: los tres valores cortos más el largo significaban en el código Morse la “V” de “victoria” (••• –).


Primer movimiento











Sarah Willis echa un vistazo a una de las piezas musicales más emblemáticas del mundo, la Quinta Sinfonía de Ludwig van Beethoven, con la ayuda del director François-Xavier Roth y su orquesta Les Siècles en el Beethovenfest de Bonn.


LA SINFONÍA N° 5 DE BEETHOVEN

Por Daisy Fancourt

Durante la Segunda Guerra Mundial, el motivo de apertura de la Sinfonía N° 5 de Beethoven se convirtió en un poderoso símbolo para las fuerzas aliadas. El patrón rítmico de ‘corto-corto-corto-largo’ correspondía en el código morse a la letra ‘v’ de ‘victoria’, que era un reconocido símbolo del esfuerzo bélico, mayormente realizado por Winston Churchill cuando formaba una ‘v’ con los dedos índice y medio de su mano derecha levantada. También fue adoptado como símbolo nacional norteamericano después de la guerra junto con el águila calva.

Si bien quizás resulta irónico que una pieza musical alemana se convirtiera en una fuente de consuelo de las tropas británicas en particular durante los bombardeos de Inglaterra, mucha gente disfrutaba de la ironía de que una música alemana proporcionara una fuerza estimulante para el esfuerzo bélico. El mismo Beethoven era un paladín de la libertad personal y un símbolo de resistencia ante la dictadura, y se alejó de Napoleón en 1804 cuando éste se autoproclamó “Emperador de los franceses”.

Los franceses también adoptaron la Sinfonía N° 5 de Beethoven como un ícono de solidaridad y resistencia. Durante el peor bombardeo alemán sobre Londres en la primavera de 1941, Maurice van Moppes escribió la letra para los primeros compases de la sinfonía y la denominó La chanson des V (“La canción de la ‘V’”). La canción fue transmitida por la Radio-Londres el 1 de junio de 1944, cuando las fuerzas aliadas le enviaron los primeros mensajes a Francia para que se preparara para el ataque. También se incluyó un volante intitulado Chansons de la BBC que la Royal Air Force (la fuerza aérea británica) lanzó desde paracaídas en Francia con el fin levantar el ánimo, alentar a la resistencia y demostrar el apoyo a los británicos.


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