martes, 1 de agosto de 2023

Realismo Romanticón

 

No se trata de una denominación totalmente peyorativa ya que todos tenemos algo de "dulzón", pero lo importante es no ser empalagoso. El caso es que existe mucha obra pictórica circulando en la Red que está realizada con una factura impecable pero cuando de concepto se trata reitera hasta el hartazgo una temática "bonitilla". Donde, además de bellas mujeres, abundan niños, flores, aves y hermosos paisajes, vestidos, ensoñación y mucho, pero mucho amor. He aquí algunos  ejemplos.



Por Rubén Reveco - Editor


En el vasto y dinámico mundo del arte contemporáneo, una tendencia que ha captado la atención de críticos y amantes de la pintura es el "Realismo Romanticón". Si bien el término puede sugerir una connotación peyorativa, la realidad es que todos, en cierta medida, poseemos una veta "dulzona" dentro de nosotros. La clave radica en evitar caer en la trampa de la empalagosidad, manteniendo un equilibrio sutil entre la belleza y la profundidad.

Existe una abundante producción pictórica que circula en la red, caracterizada por una factura técnica impecable. Sin embargo, cuando se analiza el concepto que subyace en estas obras, se observa una reiteración hasta el hartazgo de temas "bonitillos". En ellos, además de la presencia de bellas mujeres, abundan los niños, las flores, las aves y los hermosos paisajes, junto con vestidos, ensoñación y un marcado énfasis en el amor.
Estos ejemplos nos invitan a reflexionar sobre el papel del arte en la sociedad contemporánea. ¿Acaso la belleza por sí sola es suficiente para conmover y trascender? ¿O existe la necesidad de una profundidad conceptual que vaya más allá de la mera superficialidad?
El Realismo Romanticón, en su vertiente más acertada, logra encontrar un punto de equilibrio entre estos dos elementos. Lejos de ser una mera exaltación de la belleza exterior, estas obras también logran transmitir -aunque superficialmente- emociones y narrativas que invitan al espectador a sumergirse en un universo simbólico y metafórico.
En este contexto, es importante señalar que la noción de "dulzor" no debe ser demonizada por completo. Existe una riqueza y una diversidad en las manifestaciones artísticas que abarcan todo el espectro emocional, desde lo sublime hasta lo tierno. La cuestión radica en evitar caer en la trampa de la superficialidad, en buscar constantemente la manera de trascender lo meramente estético para adentrarse en las complejidades del ser humano.






























1 comentario:

  1. Está muy bien el cuadro de la violinista. Tiene mucha fuerza. Y no está tan acentuado lo romanticón.

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