lunes, 31 de julio de 2023

Los guerreros inmortales

 


El ejército de terracota fue enterrado en formación de batalla en tres fosos, un kilómetro y medio al este de la tumba del Emperador. Enterrando estas estatuas se creía que el emperador seguiría teniendo tropas bajo su mando.


Soldados de barro                  

Así como la religión y el poder político han instigado a la creación artística, la guerra, que es opuesta al arte porque destruye lo que otros crean, también ha motivado a los artistas.
Los guerreros de terracota son, quizá, uno de los mejores ejemplos. Este es un monumental conjunto de soldados y caballos. Más de 7000 figuras de terracota a tamaño real, que fueron enterradas cerca del autoproclamado primer emperador de China de la Dinastía Qin, Qin Shi Huang, en 210-209 a. de C.


El primer foso fue descubierto en 1974 de forma casual. En esa zona se había encontrado ya algunos restos a los que no se les había dado demasiada importancia hasta que la noticia del hallazgo de un nuevo foso llegó a oídos de un arqueólogo que inició la excavación.

Actualmente se encuentran dentro del Mausoleo de Qin Shi Huang, también conocido como Mausoleo del Primer Emperador Qin, y fueron descubiertas durante unas obras para el abastecimiento de aguas de regadío cerca de Xi'an, provincia de Shaanxi. Desde el año 1987 están considerados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Las figuras son de tamaño natural: miden 1,80 m. de altura y están equipados con armaduras fabricadas también con terracota. La fosa se abrió al público en 1979.

Cada una de estas figuras tiene rasgos y características diferentes: bigotes, peinados, jóvenes, viejos, rasgos de etnias diferentes. Las cabezas y las manos se moldeaban aparte y luego se añadían a los cuerpos. Los uniformes reflejan también los rangos militares a los que pertenecen. Cada soldado llevaba un arma: arcos, lanzas, espadas, etc. Tras la caída de la dinastía Qin, los campesinos saquearon la tumba y robaron estas armas. Las figuras son de colores vivos y brillantes, pero este color se pierde apenas a las cinco horas de exposición al aire, debido a la oxidación. Se está buscando una técnica que permita mantener los colores originales; por el momento, se ha pospuesto la excavación de nuevos guerreros.


En 1980 se descubrieron dos carros de bronce pintados. Cada uno de estos carros está formado por más de 3.000 piezas. Los cuatro caballos de cada carro están guiados por un conductor imperial. Según algunos estudios, el primero de estos carros serviría para allanar el camino del séquito del emperador mientras que el segundo sería el carro en el que el monarca dormiría. Los carros, a la mitad aproximada del tamaño real, tenían incrustaciones de plata y oro.
Ha sido tan grande el impacto provocado que se ha convertido es un hito incuestionable del patrimonio cultural chino y universal. Tanto que los guerreros de terracota en pocos años han pasado a competir con la Gran Muralla China en atracción turística. 


Pinturas de Sun Yongyin
 

Por otra parte, este descubrimiento ha inspirado a artistas como el pintor Sun Yongyin que ha dedicado parte importante de su obra a su representación.

Masters de tenis de Shanghai                      

Los competidores a la Copa Masters que se disputó en noviembre  de 2007 en Shanghai fueron inmortalizados como guerreros de terracota, un símbolo de la historia china.
 
 
Rafael Nadal y su escultura.

De barro a chocolate
                                    
La última novedad para el turismo: guerreros de chocolate.

Una exhibición con réplicas en chocolate de los guerreros de terracota de la antigua China se inaugura esta semana en Taipei.
La exhibición llamada "World Chocolate Wonderland" llega luego de una exhibición anterior de ´arte en chocolate´ presentada en Beijing y que atrajo a más de 400 mil visitantes, según Artsource Corp, compañía organizadora de la exposición.
La atracción principal de la muestra, que abre el sábado próximo y va hasta fines de septiembre, será los más de 400 mini guerreros de terracota hechos en chocolate, cada uno de 35 centímetros de altura.
"La gente que visita la exposición sabrá que el chocolate no sólo es comestible sino que también puede ser utilizado como material en el arte", dijo el portavoz de la compañía Sherry Wung.
En la muestra también se podrán apreciar réplicas de los edificios más emblemáticos de Taipei como es el Taipei 101, uno de los rascacielos más altos del mundo. Además los visitantes también podrán apreciar una maqueta de chocolate de la Gran Muralla China, la que fue mostrada por primera vez en enero en Beijing.
La muestra se exhibe en una sala con temperatura controlada para evitar que el chocolate se derrita.

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