jueves, 1 de junio de 2023

Historia de la piratería (4)

                                                                                        
"La historia de la piratería" fue una publicación de la revista Mampato en 1969. Ilustrada magistralmente por Themo Lobos.
                                                                                        



Los bucaneros

Para España, el Nuevo Mundo era una propiedad privada, e impedía a sus colonias comercial con extranjeros. Pero en las islas del Caribe se instaló una extraña mezcla de aventureros desocupados, desertores ingleses, católicos y franceses protestantes. Ellos fueron los precursores de los futuros bucaneros. En un principio se dedicaron a una actividad inofensiva: a la caza y crianza de animales. Ahumaban la carne y como este proceso se llama en francés “boucaner”, pasaron a llamarse ellos bucaneros. Luego vendían la carne a las naves de paso. Pero España no quería ningún extranjero en su dominio y comenzó a perseguir a los bucaneros obligándoles a huir.
Dirigidos por el noble francés Lavasseur, los bucaneros se apoderaron de la pequeña isla de La Tortuga y construyeron una inexpugnable fortaleza defendida por 80 cañones.



La Hermandad de la Costa

La Tortuga pasó a ser el refugio de todos los aventureros del mar y de los buscadores de fortuna fácil. Los bucaneros con el tiempo, en vez de continuar dedicándose a la ahumar la carne, comenzaron a asesinar y a saquear.
El odio a España unió bucaneros y filibusteros, palabra derivada del inglés “free-booters” y qué significa ladrón, en la famosa Hermandad de la Costa, la cual pasó a tener una fuerte flota de barcos y duras leyes en las cuales se regulaba desde la repartición del botín hasta la recompensa que recibía el pirata que sufriese una herida.
Los bucaneros de la Tortuga fueron durante 80 años un temido poder y eran apoyado disimuladamente por Inglaterra y Francia para perjudicar a España. La Hermandad premiaba con 50 monedas de oro al que trajese una bandera arrebata a los españoles.



Morgan, el terrible

Después de muchos años de lucha, los españoles lograron desalojar a los bucaneros de La Tortuga y Jamaica pasó a ser el nuevo centro y refugio para cualquier aventurero con inclinaciones a la piratería. En 1666, el joven Henry Morgan partió con la expedición capitaneada por Edward Mansfield para capturar y saquear a Curazao. Los españoles mataron a Mansfield y Morgan se encontró al mando de 500 sanguinarios filibusteros.
Al decidir atacar la fortificada ciudad de Puerto Bello, muchos bucaneros franceses desertaron para no participar en una empresa que consideraban suicida. Sin embargo, Morgan y el resto sus hombres lograron apoderarse de dos de los fuertes que protegían la ciudad. El último fuerte resistió hasta que el pirata ordenó a los sacerdotes y monjes españoles a colocar las escaleras de salto contra la pared y subir primero para proteger a los piratas que venían detrás.
Así arrasó Morgan, el Terrible, la ciudad. No quedó ningún defensor vivo y toda la riqueza de la ciudad quedó en sus manos. Esta victoria lo convirtió en el pirata más famoso y temido de su época, pero su empresa más notable fue la toma de la ciudad de Panamá después de un agotador trayecto a través de la selva tropical. Habiendo cargado su barco al máximo con todo el botín, abandonó a muchos de sus compañeros y regresó a Jamaica. Pero los ingleses logran tomarlo prisionero y enviarlo a Inglaterra para ser juzgado. Sin embargo, Morgan era un héroe popular y ninguna corte se atrevió a condenarlo. Incluso fue condecorado por el rey Carlos II y regresó a Jamaica como sir Henry Morgan, el gobernador. El reformado villano se convirtió en un temible cazador de piratas y murió como un héroe.


Ver también:
Morgan, el pirata



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