El western es un género curioso. No hay nada más norteamericano que este escenario, pero a la vez ha encontrado un filón narrativo en Europa. El spaguetti western italiano rodado en escenarios españoles y el cómic francobelga han contribuido no poco a la supervivencia de un género que el cine norteamericano ha decidido olvidar, salvo contadísimas excepciones en las últimas décadas que, eso sí y Clint Eastwood mediante, han sido normalmente de un nivel como poco notable. Pero centrémonos en las viñetas y en Durango, la serie con la que Yves Swolfs supo colocarse a medio camino de estas dos maneras de entender el género, la estadounidense y la europea. (Fuente)
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