viernes, 21 de junio de 2024

Las claves del éxito de Milo Manara



En los años ´80 del siglo XX aparecieron los primeros álbumes de unas historias bastante bizarras. No era pornografía explícita pero estaba en el límite. El asunto es que nos encantaba y sin mucho pudor, nos pasábamos de mano en mano esas revistas ("Clic", "El perfume de lo invisible", por ejemplo). Porque según nosotros era arte y al arte se le permiten muchos desvaríos. El autor que vendría a revolucionar al cómic erótico era un italiano llamado Milo Manara.


Por Rubén Reveco, editor




El impacto en el cómic erótico de los años ´80

Durante la década de los 80 del siglo pasado, el mundo del cómic experimentó una transformación significativa con la aparición de un nuevo género: el cómic erótico. En este contexto, un nombre destacó por encima de los demás: Milo Manara, un artista italiano cuya obra revolucionó la forma en que se concebía y representaba la sexualidad en el medio.
Las publicaciones de Manara, como "Clic" y "El perfume de lo invisible", se convirtieron en objeto de fascinación y controversia. Aunque no se trataba de pornografía explícita, su contenido se situaba en los límites de lo aceptable, desafiando los estándares morales de la época. Sin embargo, para muchos, estas historias eran consideradas como una forma de arte, con una visión única y atrevida de la sexualidad humana.

Lo que distinguía a Manara de otros autores de cómics eróticos era su habilidad para combinar el erotismo con una narrativa cautivadora y una estética refinada. Sus personajes femeninos, en particular, se caracterizaban por una sensualidad y una gracia que iban más allá de la mera objetualización. Esto permitía a los lectores sumergirse en un mundo de fantasía y despertar su imaginación, sin caer en la vulgaridad.
El éxito de las obras de Manara radica en su capacidad para explorar la sexualidad de una manera que, si bien pudiera considerarse provocativa, también lograba transmitir una visión artística y una comprensión profunda de la condición humana. Sus personajes, con sus deseos, vulnerabilidades y complejidades, se convirtieron en emblemas de una libertad sexual que, en aquella época, aún se consideraba tabú.
La influencia de Manara en el cómic erótico de los años '80 fue innegable. Sus trabajos abrieron nuevos horizontes, desafiando los límites de lo que se consideraba aceptable y demostrando que el arte y la sexualidad podían coexistir de manera armoniosa. Aunque sus obras suscitaron debates y críticas, también lograron captar la atención de un público ávido de contenidos más arriesgados y transgresores.
En retrospectiva, la obra de Milo Manara se erige como un hito en la evolución del cómic, marcando un momento en el que el género se convirtió en un vehículo para explorar la complejidad de la sexualidad humana. Su legado perdura, recordándonos que el arte tiene la capacidad de cuestionar y ampliar nuestras percepciones, incluso en los temas más íntimos y delicados.



Ahora bien: ¿Cómo entender el éxito y permanencia de Milo Manara en todo el mundo? Hoy convertido en un venerable "adulto mayor" que sigue seducido y seduciendo. “A mis 67 años, sigo mirando chicas”, confiesa.
"El sexo es un componente determinante de la cultura. Cuando vives plenamente tu sexualidad, rompes con el embrutecimiento social. Y cuando dibujo escenas eróticas no es gratuito. Creo que éso expresa una de las dimensiones esenciales en el hombre y que es uno de los objetivos de la aventura", explica el artista.
Veremos si es tan así. Y , sobre todo, trataremos de desentrañar la vigencia intacta de su éxito.



Creo que fueron las primeras historia modernas en donde no echábamos de menos el color. Era una línea limpia configurando un dibujo clásico perfecto. Más tarde fueron coloreadas pero no por eso fueron más bellas.


Clave 1 

Manara las prefiere rubias. En la mayoría de los casos las protagonistas de las historias de Manara son mujeres jóvenes con muy pocos prejuicios y características físicas muy definidas: hermosas, pelos largos y enmarañados. Rubias o trigeñas, pero casi nunca de pelo negro.


 

Clave 2


Milo Manara es italiano. Sandro Botticelli es italiano. Los dos son pintores. Los dos son amantes de la belleza femenina y aman la naturaleza y en especial una estación del año: la primavera.
Manara (como no podía ser de otra manera) ama el arte de Botticelli. Ama esos rostros angelicales y el culto que hizo su colega a las flores y refleja en sus dibujos esa devoción.
Rostros jóvenes, bellos y rodeados de florida naturaleza es una combinación que no falla.




Un día le preguntaron: 

-¿Qué hace de un retrato femenino una mujer Manara? 
En mis historias las mujeres tienen un papel muy activo, tienen conciencia de lo que están haciendo, y, en general, las víctimas son los personajes masculinos, cuya categoría moral es inferior a la de ellas. En lo que respecta a sus rasgos físicos, dependen de una necesidad narrativa. Cuando empiezo una historia hago un casting mental donde escojo unos modelos para que ayuden al desarrollo de la historia.

No lo confiesa; quizá no se da cuenta, pero la luz de Botticelli ilumina todo el arte de Manara.





"El nacimiento de Venus" y "La Primavera" (detalle) de Sandro Botticelli (1445-1510).


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