domingo, 14 de mayo de 2023

¿Qué onda con el pinche cómics mexicano?

Después de publicar por varios años cómics de todo el mundo (traducidos y en castellano), he llegado a la conclusión que las historietas españolas y argentinas llevan una buena delantera a los demás países de habla hispana. Chile alcanzaría a subirse al podío al estar en un honroso tercer lugar.
Pero qué pasa con México, un gigante que con sus casi 130 millones de habitantes es lejos el más poblado. ¿Por qué sabemos tan poco del noveno arte del país azteca?

Parece ser que las grandes productoras de cine y televisión han monopolizado los esfuerzos creativos en las artes visuales. El cine mexicano tuvo una época de oro lo mismo que las producciones para la televisión (preferentemente novelas del corazón y comedias como El Chavo del Ocho).
A pesar del predominio del cine y la televisión, la historieta tuvo una gran importancia en México, estimándose que en su edad dorada (los años 40 y 50), una sola de sus revistas podía alcanzar una tirada diaria de 350.000 ejemplares y dado que un mismo ejemplar era leído de media por cinco individuos,​ permitieron que por primera vez entre cinco y diez millones de mexicanos fueran lectores de cómics. Todavía en 1989, mantenían la capacidad de lectura de un 61% de la población y constituían el 80% de las publicaciones periódicas,​ aunque poco después el propio cómic mexicano (el creado por los autores nacionales) entraría en un período de crisis que dura hasta la actualidad. (Más información).




Testimonios de sobrevivientes 

A pesar de la crísis nacional, el cómic extranjero tiene un buen mercado a través de las producciones hollywoodenses de Marvel y DC. Por extensión, podríamos pensar que el cómic mexicano goza de una popularidad similar, pero la realidad es que la historieta nacional está en una zona poco prometedora, sí es reflejo del gran ímpetu que hay en el país por contar historias que nada tienen que ver con superhéroes.
En México, a pesar de que no hay una industria formal, sí hay autores cuyos trabajos no se ven en los kioscos de revistas. Esta es una situación que al parecer no es necesariamente negativa, pues a los autores nacionales los obliga, si pretenden destacar en la industria, a estar a la altura del contenido estadounidense, por ejemplo.
Valerio Valle

Valerio Vega, creador de los cómics mexicanos de ciencia ficción Apocalyptic Girls y Gynoid, dice que, a pesar de que hay unos 150 autores activos de cómics en el país, la mayoría ve mermados sus alcances por la falta de disciplina o formalidad, de forma que se vuelve imposible verlos sacando revistas mensualmente al amparo de una editorial de peso.
Es por ello que muchos recurren a la autoedición, esquema que trae aparejadas ventajas como la posibilidad de hacer lo que se quiera, y consecuencias como faltas de ortografía, baja calidad en la impresión o un dibujo cuestionable.

Eva Cabrera
Por otro lado, Eva Cabrera, coescritora y codibujante de la novela gráfica de fantasía Mavi -surgida de una idea original de ella-, ve que en este momento hay más apoyo a la industria del cómic nacional.
Becas, apertura de espacios y eventos que apoyan a los autores, son algunos de los ejemplos que cita para decir que la situación ya no está envuelta en la precariedad de antes.
No omite decir que el consumo de cómic goza de una gran popularidad gracias a las películas que llegan a la pantalla grande o a la series que estrenan en las plataformas de streaming, y por ello ve con optimismo el posicionamiento tanto de la historieta mexicana en su generalidad, como el de los artistas que trabajan en historias originales o bajo el esquema editorial mexicano o extranjero.
Eva de hecho tiene un estudio, Boudika Comics, con el que asesora a nuevos talentos, especialmente a mujeres, que quieren incursionar en el cómic.
El cómic mexicano sí existe y tiene historias que se salen de los lugares comunes. Solamente tiene que sacudirse la falta de compromiso para comenzar a tener la proyección que merece. (Fuente)

Qué significa



Ilustrador Rafael Gallur

Este es el primer número de "Chanoc" publicado en 1959. La historia comienza con el protagonista siendo un niño hasta terminar como un joven en condiciones de seducir y enamorarse. Es curiosa la relación muchas veces violenta del protagonista con su entorno y la naturaleza en especial.

Un botón de muestra

Chanoc es una serie de historieta de aventuras y comedia que se desarrolla en el Golfo de México, en el pequeño pueblo de Ixtac. Fue creada en 1959 por el escritor Martín de Lucenay y el dibujante Ángel Mora. Tras la muerte de Lucenay, la historia fue continuada por Pedro Zapiain Fernández y posteriormente por diversos guionistas, como Conrado de la Torre.

Argumento
Chanoc, pescador de oficio y aventurero por vocación, protagoniza las historias más emocionantes siempre acompañado de su padrino Tsekub Baloyán, quien lo llamará afectuosamente “cachorro”, a pesar de ser él quien lo salva de apuros y de hacer el ridículo.
Inicialmente los personajes principales de la revista fueron: Chanoc, Tsekub y Maley. Chanoc es un joven pescador de perlas a quien el sabio Tsekub -su padrino- y buen bebedor de "cañabar" (ron, que realmente existe en la zona Golfo Centro) le pone freno y trata de orientarlo por el buen camino. Maley es la novia de Chanoc, ambos están muy enamorados pero Chanoc rehúye al compromiso. Todo se desarrolla en el mítico puerto de Ixtac. Los nombres de personaje y lugares son de origen maya, Chanoc es el nombre de una deidad cuyo color distintivo es el Rojo, de ahí que Chanoc porte una camiseta del mismo color.​
































1 comentario:

  1. Gracias por compartir eta joya, yo crecí leyendo "cuentos" y este me emociono, gracias...

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