sábado, 2 de marzo de 2024

Atila, mon amour (2) Las puertas de hierro



En el primer episodio, situado en el año 449, en el estuario del Danubio, con un Atila que termina por aceptar los presentes del Imperio en aras de un pacto de no agresión con el emperador Valentiniano III. Entre ellos se incluyen caballos persas, ganado, oro y plata, cerámicas y telas, armas y esclavos. El lote se completa con una extraño ser, Lupa, mitad mujer, mitad animal, junto con su domador, un enorme turco llamado Guddur, que terminará influyendo en el caudillo de los hunos.

En el segundo episodio se nos muestra la relación entre el general romano Aecio y el emperador Valentiniano III. Lupa nos cuenta entre sus delirios que ella es en realidad Gala Placidia, hija del emperador (a la que no hay que confundir con su abuela, cosa que me sucedió a mí y que me volvía loco a la hora de ubicar a los personajes), poco a poco se nos irá desvelando su tragedia y como ha llegado a terminar sus días de esa forma tan siniestra. A partir de aquí, la trama está muy bien construida: gracias a la información confidencial que Lupa posee y a la treta que ésta urde, Atila toma el Campus Severinus, en las Puertas de Hierro, punto estratégico para el control de la zona.
Realmente, el protagonismo de la serie acaba recayendo sobre Gala Placidia. Valentiniano realmente tuvo una hija que se llamaba así, fruto de su unión con su prima Licinia Eudoxia, pero entiendo que no se trata de ésta. Es más, creo que tanto la madre Valeria, como la Gala Placidia que se muestran en la historia son personajes ficticios. Es la única forma de que los sucesos históricos no se vean alterados por el transcurso de la acción.
Y así se van sucediendo los seis episodios de la serie. Les aconsejo una lectura reposada, observando hasta el último detalle... El personaje de Gala Placidia guarda un gran paralelismo con la Malinche de Queztalcoatl: sus motivaciones y forma de actuar son muy parecidas.
El apartado gráfico de Atila lo ha realizado Franck Bonnet, que cumple de sobra, llegando a estar soberbio en determinados momentos. (Fuente) 

































































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