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martes, 4 de octubre de 2022

"Run Run se fue pal norte" (Los 105 años de Violeta Parra)

 


Run Run se fue pa´l norte es una de las canciones más queridas de Violeta Parra Es un tema de amor autobiográfico. Se refiere al que fuera uno de los hombres de su vida, sino el más importante.


No muchos saben que detrás del sobrenombre de ‘Run Run’ se escondía Gilbert Favré, un enigmático antropólogo suizo que en 1960 conoce a Violeta, coincidiendo con su estadía por tierras de Chile para conocer la música andina. En ese momento, ambos inician una intensa y compleja relación sentimental que les llevará a vivir juntos durante varios años, tanto en Europa como de regreso a América.
Sin embargo, en cierto momento, aquel suizo que también sabía tocar la quena y el clarinete decidió dejar todo y marcharse a Bolivia. En la propia letra de la canción, Violeta Parra plasmaría sus sentimientos de nostalgia y dolor por la ausencia del ser querido.


A cien años de su nacimiento Violeta Parra, pareciera que su música está viviendo su mejor momento. Sus canciones aparecen día a día grabadas por diferentes grupos y estilos musicales que reflotan sus temas y refrescan el folklore, acercándolo a las nuevas generaciones.
Las primeras canciones que escuché de Violeta fueron "Qué dirá el Santo Padre", "La carta" y "Porqué los pobres no tienen" grabadas por el Quilapayún, sin tener idea que era ella la autora de aquellas canciones de un fuerte contenido social político.
Cuando después escuché su voz me resultó muy familiar; una voz cruda, campesina; muy parecida a la voz de mi madre que también era cantora de guitarra traspuesta y bailadora de cuecas al estilo sureño. Los caminos siempre llegan a un mismo lugar y nuestra madre, cuando nos hacía dormir sacaba esa voz sureña, que yo cuando escuché a la Violeta la relacioné de inmediato con la voz de mi vieja y dije para mis adentros: esas son las voces de nuestro pueblo.
Violeta Parra sin grandes afanes ni pretensiones de sobresalir como una soprano; ella sólo buscaba entregar todo su bagaje musical; todo lo que ella fue recopilando por campos y desiertos a la gente de la tierra; rescató lo más autóctono, lo más auténtico y lo metió dentro de su guitarra desde donde nacieron las más hermosas canciones y todo el sentimiento de un pueblo.
Fue tanto el "Efecto Violeta Parra" en nuestra generación de poetas y músicos del valle de Elqui que empecé a seguirle la pista a través de su apasionante vida que giraba en torno a sus creaciones. Una de las canciones que más me impactó su historia fue "Run run se fué pal' norte". Se cuenta que Gilbert Favre, un gringo suizo, antropólogo que llegó a Chile para estudiar las momias de San Pedro de Atacama, tocaba clarinete en sus ratos de ocio. De paso por Santiago conoció a Violeta y nació en ellos un romance. Ella con su espíritu dominante y posesivo le cambió el clarinete por una quena y le dijo: la Quena tiene un sonido ancestral y eso es lo que tú buscas como antropólogo y así comenzaron una aventura musical y romántica; pero como la Viola era demasiado dominante el gringo se le aburrió y se fue para Bolivia. 
Ella cuando supo la noticia entró en una depresión profunda y se fue detrás de él a buscarlo. Allá lo encontró tocando con un conjunto boliviano "los Choclos" y se trajo a él y al conjunto para Santiago para que tocaran en su carpa. Al tiempo Gilbert Favre se le fue de nuevo para Bolivia. Allí Violeta con todo el sentimiento y la impotencia escribe "Run run se fué pal' norte". 
Una hermosa canción de amor donde cuenta la historia y las peripecias de ese viaje para el norte. Canción que ha sido grabada por conjuntos de la talla de Intillimani, su hija Isabel Parra; después Los Jaivas graban un Tributo a Violeta Parra donde la incluyen y el virtuoso músico y luthiers Gato Alquinta fabrica una flauta de caña de bambú tacuara que consiguió en Argentina, especialmente para ese tema y con ella introduce con la magia de su sonido la canción que resulta un temazo al estilo de Los Jaivas. 
En la actualidad, la han grabado bandas de rock, bosanova, reggae, etc... las nuevas generaciones que ven en ella a un árbol gigante, hermoso y florido, fecundo y lleno de canciones donde nace y renace su voz infinita. Tal vez encuentren en ella la verdadera identidad de la música chilena y no dejan de tocarla porque Violeta es un fenómeno chileno que no fué reconocida en su momento; siendo ella además de cantora, autora , compositoora una gran instrumentista múltiple, poeta, recopiladora de canciones, ceramista, arpillerista,. dibujante, cocinera, bailadora de cueca; una mujer increíble; una artista en todas sus dimensiones.La única artista chilena que llegó a paris, con sus arpilleras y tuvo el honor y la valentía de exponerlas en el Museo de Lovre. 
Musa del poeta, cineasta y chamán chileno Alejandro Jodoroski, quién en uno de sus libros la destaca y queda a sombrado por las respuestas que Violeta le daba en ciertas conversaciones que tuvieron. Ella nunca se desmerecía porque sabía cuanto valía.
Tenía una fuerza tremenda para ir hacia la aventura; nunca se quedó con las manos cruzadas frente a un desafío y eso la hizo grande frente a los grandes.Violeta es inacabable, una mujer que no termina nunca; una gran mujer, musa de poetas y músicos que se inspiran en ella. Violeta es la fuente del agua del canto y al poesía donde llegan a beber todos los pájaros libres que sentimos en ella una gran admiración y la vemos como la Madre Cósmica y telúrica del folklore.¡Felicidades Violeta, a tus saludables 100 años! (Fuente)


Análisis semántico


Run-Run se fue pa´l Norte

En un carro de olvido, 
antes de aclarar, 
de una estación del tiempo, 
decidido a rodar. 
Run-Run se fue pa´l Norte, 
no sé cuándo vendrá. 
Vendrá para el cumpleaños 
de nuestra soledad. 
A los tres días, carta 
con letra de coral, 
me dice que su viaje 
se alarga más y más, 
se va de Antofagasta 
sin dar una señal, 
y cuenta una aventura 
que paso a deletrear, 
ay ay ay de mí. 

Al medio de un gentío 
que tuvo que afrontar, 
un transbordo por culpa 
del último huracán, 
en un puerto quebrado 
cerca de Vallenar, 
con una cruz al hombro 
Run-Run debió cruzar 
Run-Run siguió su viaje 
llegó al Tamarugal. 
Sentado en una piedra 
se puso a divagar, 
que si esto que lo otro, 
que nunca que además, 
que la vida es mentira 
que la muerte es verdad, 
ay ay ay de mí. 



La cosa es que una alforja 
se puso a trajinar, 
sacó papel y tinta, 
un recuerdo quizás, 
sin pena ni alegría, 
sin gloria ni piedad, 
sin rabia ni amargura, 
sin hiel ni libertad, 
vacía como el hueco 
del mundo terrenal 
Run-Run mandó su carta 
por mandarla no más. 
Run-Run se fue pa´l Norte 
yo me quedé en el Sur, 
al medio hay un abismo 
sin música ni luz, 
ay ay ay de mí. 

El calendario aloja 
por las ruedas del tren 
los números del año 
sobre el filo del riel. 
Más vueltas dan los fierros, 
más nubes en el mes, 
más largos son los rieles, 
más agrio es el después. 
Run-Run se fue pa´l Norte 
qué le vamos a hacer, 
así es la vida entonces, 
espinas de Israel, 
amor crucificado, 
corona del desdén, 
los clavos del martirio, 
el vinagre y la hiel, 
ay ay ay de mí.


Canta Violeta Parra


Francisca Valenzuela

Joe Vasconcellos

Los Jaivas

Karla Grunewaldt

Milena Salamanca y Bruno Arias

Zapallo


Camila Gallardo.




Lunes 4 de agosto de 1961



Gilbertito


Tengo frío; son las nueve de la mañana. Todas las mañanas tiemblo de frío. Cayó nieve y no hay sol, el frío penetra en mis huesos y en mi alma. Me falta mi Gilbertito. La casa está llena de flojos que duermen y comen. Yo soy débil y no resisto el peso de tanta gente. Tú eres mío y me ayudas con tu cariño. Pronto salgo a la calle más sola que nunca y volveré con más frío y más triste. Así he vivido años, fría muy fría y sola. Los meses contigo fueron más buenos que malos. Tú me quieres y me comprendes. Ven. Ya veremos cómo se arreglan las cosas entre los dos. Si tú me olvidas será terrible, si yo te olvido, peor. Si estamos juntos se puede salvar algo del todo. Es una tontería que no estés en casa. Es fea la casa sin ti. Yo no quiero recibir comida nada más que una vez al día. De repente no comeré nada más. Tengo una rabia con todo, trabajo poco. Se fue la alegría, se fue por el desierto. La casa de madera está llorando. No tiene sentimiento la guitarra. Estar separados es como estar muertos. Un día me canso y salgo a vivir. He estado muerta años de años. Esclava de trabajo y del país ¡Ven, te digo! después iremos por el mar y el desierto. La lluvia será dulce. ¿Qué hago sin tus manos feas? No tengo a nadie. Tú tienes a Vitervo. Que venga contigo. Quiero preparar un asado para él. ¡Vengan! les digo. Nunca supe que tenía un amigo en Arica.


Te quiere,Violeta




"La jardinera" (Los 105 años de Violeta Parra)

 

"La jardinera" es una tonada compuesta por Violeta Parra en 1954, sin embargo, adquirió notoriedad en una segunda grabación en 1961. Es uno de los temas más populares y queridos de su repertorio.

Por Rubén Reveco - Editor revista Machete



Recuerdo en especial el inocente juego de niños desojando los pétalos de una margarita: "Me quiere - mucho - poquito - nada" y haciendo estragos en el jardín de mi tía. También fue y es una práctica muy extendida entre los adolescentes enamorados. Cuando se termina de deshojar la margarita, el último pétalo les da la respuesta. Los ecologistas de hoy han salido en defensa de la "pobre margarita", argumentando que no existiría la necesidad de destrozar una flor, sino que sería suficiente con contar los pétalos.
Lo cierto es que este juego (al parecer no tan inocente) se hizo mucho más popular desde 1954 al compás de una tonada entre alegre y triste, a la vez.
De estrada la autora deja claro que va a cultivar la tierra para olvidarse de un amor y encontrar remedio para una pena. A medida que la canción avanza, va destacando las propiedades curativas de las plantas, costumbre tan sabia de todas las zonas rurales del mundo.


Violeta canta desde la sabiduría popular y le da voz a los oprimidos y acongojados. En "La Jardinera" revela algunos secretos populares de sabiduría de la naturaleza, anclados en la íntima conexión con la tierra y sus frutos. 
Como la mayoría de sus canciones, ha sido interpretada por diferentes artistas del mundo.






La jardinera

Para olvidarme de ti,
Voy a cultivar la tierra,
En ella espero encontrar,
Remedio para mi pena.
Aquí plantaré el rosal,
De las espinas más gruesas,
Tendré lista la corona,
Para cuando en mi te mueras.

Para mi tristeza violeta azul,
Clavelina roja pa' mi pasión,
Y para saber si me corresponde,
Deshojo un blanco manzanillón.

Si me quiere mucho, poquito o nada,
Tranquilo queda mi corazón.
Creciendo irá poco a poco,
Los alegres pensamientos,
Cuando ya estén florecidos,
Irán lejos tu recuerdos.

De la flor de la amapola,
Seré su mejor amiga,
La pondré bajo la almohada,
Para dormirme tranquila. 

Para mi tristeza...etc.

Cogollo de toronjil,
Cuando me aumenten las penas,
Las flores de mi jardín,
Han de ser mis enfermeras.
Y si acaso yo me ausento,
Antes que tu arrepientas,
Heredarás estas flores,
Ven a curarte con ellas.

Para mí tristeza...etc.

Canta Violeta Parra

Nadia Szachniuk

Míriam Miràh


Isabel Parra

Grupo musical Zapallo

Tamborelá

Rosa incaica


Ligia Piro y Liliana Herrero

Carlos Sánchez Trío

Sindicato sonoro





Charo Bogarín


Los finellis



“La jardinera” reúne, entonces, varios elementos de Violeta Parra, como por ejemplo, el motivo del jardín, que es una fuente que reaparecerá en su lírica, al igual que la mujer como jardinera, locera, lavandera o hacedora; es decir, profundamente ligada a lo ancestral telúrico.

La tierra se convierte en material para trascender el dolor y el cultivo de la tierra, tan común en Violeta, se convierte en la fuerza transformadora o redentora.

Para olvidarme de ti
voy a cultivar la tierra
en ella espero encontrar
remedio para mis penas.


Y es en la misma estrofa donde nuevamente aparece la ilusión a su propia reelaboración de la religión:

Aquí plantaré el rosal

de las espinas más gruesas
tendré lista la corona
para cuando en mí te mueras.


El crucifijo del amor ya expresado en “Maldigo del alto cielo” también aparece aquí como una manera de intuir, de expresar la naturaleza de este dolor, pero es también junto a lo religioso-personal que aparece lo folklórico-colectivo que vendría a ser el deshojar las flores de su jardín, elaborando así la analogía de lo que ocurre con su propio cuerpo y con su dolor:

… y para saber si me corresponde

deshojo un blanco manzanillón
si me quiere mucho, poquito, nada
tranquilo queda mi corazón.


Así como en las Décimas, Violeta reitera aquí constantemente el hecho de autodenominarse bajo la tercera persona, es decir, con versos y frases como “aquí llegó la Violeta Parra”, las cuales resultan de absoluto interés para este poema donde ella se anuda, metaforizándose en una flor e introduciéndose dentro del poema: “Para mi tristeza violeta azul…”. La última estrofa del poema es reveladora y pertenece a ese núcleo de poemas de Violeta donde existe el poder de que el bienamado regrese a ese mismo jardín y se nutra de la misma substancia que también revitalizará a Violeta:

Y si acaso yo me ausento

antes que tú te arrepientas
heredarás estas flores,
ven a curarte con ellas.


Este final nos recuerda lo expresado por Violeta Parra cuando habla sobre el nudo de las alianzas que se unirán y se integrarán gracias a la capacidad reintegradora del amor. También en “La jardinera”, poema que adquiere una simbología poderosa y típica dentro de la creación poética de Violeta, se anuda la posibilidad de regeneración junto a la tierra, el jardín y el amor.

(FUENTE)



Margot Loyola y Violeta Parra





Museo de Violeta Parra “La Jardinera”

Después de muchos años de construcción, el 4 de octubre de 2015, abrió sus puertas el museo “La Jardinera” que contiene la vida y obra de Violeta Parra. Amplios espacios que exponen los elementos que Violeta Parra utilizó en su brillante carrera artística son acompañados de fotografías y recuerdos dentro de un contexto que abre las posibilidades de conocer profundamente la obra de esta chilena conocida y respetada en el mundo entero.




The gardener

To forget you,
I'm going to cultivate the earth.
I hope I can find in it
some remedy for my sorrow.
Here I'll plant the rose bed
with the thickest spines,
I will have the crown ready
for when you die inside me.

For my sadness, a blue violet,
red carnation for my passion,
and to know if you love me back
I pick the petals off a white chamomille.
If you love me a lot, a bit, or nothing,
my heart will stay calm anyway.

Little by little, the cheerful pansies will grow
When they are finally in bloom,
your memories will go far away.
I will be the best friend
of the poppy flower,
I'll put my pillow over it
so I can sleep calmly.

For my sadness, a blue violet,
red carnation for my passion,
and to know if you love me back
I pick the petals off a white chamomille.
If you love me a lot, a bit, or nothing,
my heart will stay calm anyway.

Sprout of lemon balm,
when my sorrows are growing,
the flowers from my garden
will be my nurses.
And if I'm not here
by the time you repent,
You will inherit these flowers,
come and cure yourself with them.

For my sadness, a blue violet,
red carnation for my passion,
and to know if you love me back
I pick the petals off a white chamomille.
If you love me a lot, a bit, or nothing,
my heart will stay calm anyway.






"Qué he sacado con quererte" (Los 105 años de Violeta Parra)

 

"Qué he sacado con quererte", es una oda al desamor y la pesadumbre embebida de una tormentosa relación sentimental con el suizo Gilbert Favre, una de los grandes amores de Violeta Parra. La canción es un ritmo simple, inspirada en un lamento mapuche.


Por Rubén Reveco - Editor revista Machete


Esta es otra de mis canciones preferidas. Violeta recurre a las cosas más simples para reprocharle a un amante que la ha abandonado. Preguntarse "¿Qué he sacado con el lirio que plantamos en el patio?" es de una inocente candidez y ternura. Es una mujer que ya está derrotada y sólo le queda el dolor traducido en un lamento reiterativo. Quizá sea la permanente reiteración de esa queja la que llama la atención cuando escuchamos esta canción por primera vez. ¿Que doloroso lamento es este que en cada línea es coronado por un "ay ay ay"¿De qué trata? Trata de exaltar esas cosas simples y cotidianas como "la sombra del aromo" y que para Violeta Parra llegaron a ser muy importante mientras fueron compartidas con el ser amado. No sólo se quiere a una persona, sino que también se quiere todo lo que se comparte con el.

Gilbert Favre y Violeta Parra

Conectar con una fuerza mayor

El de Natalia Lafourcade ha sido el último cover de  “Qué he sacado con quererte” grabado sólo hace unos meses. La canción es parte del disco "Musas", que la cantante mexicana describe como un homenaje a los artistas que la inspiran y al folclore latinoamericano.
"Para mi cantar “Qué he sacado con quererte” es conectar con una fuerza mayor. Pareciera que desde el centro de la tierra en mi cuerpo y en mi alma se metiera la energía de Violeta Parra a quien he admirado por años y a quien considero es una de las musas que me inspiran constantemente para ser una mejor ser humano, una fuerte mujer, guerrera, orgullosa de sus raíces y una gran artista”, explica la cantante.
En la voz de Lafourcade, la composición fluye con naturalidad y encaja precisa en un timbre siempre a medio camino entre la serenidad y la penumbra.
“Es un tema que conozco hace mucho y sentía que podía hacer algo bonito e interesante. Es una canción desgarradora, de un desamor terrible, muy poderosa en todas las imágenes que genera. Pero a su vez deja ver toda la ternura y la entereza que a veces uno puede llevar a poner en una relación, en una historia”. 
“Somos gente que tiene más curiosidad por abarcar estos aspectos históricos. Cuando te conectas con la parte más poderosa del folclor, ahí encuentras no sólo tu voz, sino que también la voz de la gente. Eso es lo bonito, por eso me encanta Violeta, porque grabó la voz del pueblo”, finaliza.




Qué he sacado con quererte 

¿Qué he sacado con la luna, ay ay ay, 

que los dos miramos juntos, ay ay ay? 

¿Qué he sacado con los nombres, ay ay ay, 
estampados en el muro, ay ay ay? 
Como cambia el calendario, ay ay ay, 
cambia todo en este mundo, ay ay ay. Ay ay ay… ay ay.

¿Qué he sacado con el lirio, ay ay ay, 
que plantamos en el patio, ay ay ay? 

No era uno el que plantaba, ay ay ay, 
eran dos enamorados, ay ay ay. 

Hortelano, tu plantío, ay ay ay, 
con el tiempo no ha cambiado, ay ay ay. Ay ay ay… ay ay. 

¿Qué he sacado con la sombra, ay ay ay, 
del aromo por testigo, ay ay ay, 

y los cuatro pies marcados, ay ay ay, 

en la orilla del camino, ay ay ay? 


¿Qué he sacado con quererte, ay ay ay, 
clavelito florecido, ay ay ay? Ay ay ay… ay ay. 

Aquí está la misma luna, ay ay ay, 
y en el patio el blanco lirio, ay ay ay, 

los dos nombres en el muro, ay ay ay, 
en el camino, ay ay ay. Pero tú, palomo ingrato, ay ay ay, 
ya no arrullas en mi nido, ay ay ay. Ay ay ay… ay ay… ay.


Canción original de Violeta Parra


Mercedes Sosa, argentina.


Rafael, español

Inti Illimani y Mon Laferte, chilenos


Tonolec y Diego Frenkel, argentinos

Natalia Lafourcade, mexicana

Guadalupe Plata, españoles.

Victoria Mendoza, peruana.

UÑUM

Tehualda


Berklee Valencia Campus Studio Recording


Loli Molina


Manifiesto Skajazz


Grupo Vocal ASHPAMANTA



Coro de Cámara UTAL



Violeta Parra en vivo.