sábado, 29 de abril de 2023

29 de abril de 1945: Hitler se casa con Eva Braun

El  29 de abril de 1945, en su búnker de Berlín, Adolf Hitler se casa con Eva Braun (se suicidarán al día siguiente) y designa como su sucesor al almirante Karl Doenitz.


Desde Benito Mussolini con Clara Petacci, hasta Iósif Stalin con Nadezhda Alilúyeva. Si algo ha demostrado la historia, es que incluso los líderes más crueles tienen derecho a encontrar el amor. Por ello, y como no podía ser de otra forma, Adolf Hitler no iba a ser una excepción a pesar de estar considerado como uno de los asesinos más crueles conocidos hasta el momento. Su «media naranja» no fue otra que Eva Braun, una mujer controvertida con quien decidió casarse en la madrugada del 28 al 29 de abril de 1945 bajo el replicar de las bombas que, de forma metódica, hacían llover los lanzacohetes múltiples «Katyusha» y la artillería de campaña soviética.

El desenlace de los felices esposos, no obstante, fue incluso más trágico que su boda.

Y es que, decidida a compartir el destino del «Führer», Braun se suicidó junto a su esposo en una de las estancias del «Führerbunker» (el refugio ubicado tras la Cancillería). Así pues, Adolf Hitler -con 56 años- y Eva Braun -con 33- se marcharon al otro mundo de la misma forma en la que habían vivido sus últimos días en este: unidos. Su muerte, sin embargo, supuso un respiro para los aliados, pues hizo que las desmoralizadas tropas de la « Wehrmacht» y de las «SS» capitularan dando así por finalizada la batalla de Berlín.

Eva Braun vino al mundo el 6 de febrero de 1912 en Múnich (Alemania). Hija de padres católicos, no pasaron muchos años hasta que fue enviada a un colegio de monjas. «Los Braun habían tomado por costumbre enviar a sus hijas al convento para completar allí su educación. En Baviera, ninguna chica se convierte verdaderamente en una dama si antes no pasa por una de esas instituciones especializadas donde las jóvenes aprenden una profesión, además de ciertos convencionalismos sociales», explica el escritor e investigador Nerin E. Gun en su libro «Hitler y Eva Braun, un amor maldito».



El convento

Tras abandonar el convento, y con apenas 17 años, esta alemana decidió cambiar drásticamente su porvenir y optó por cursar estudios en mecanografía y, posteriormente, por entrar a trabajar por un sueldo ínfimo en el taller del fotógrafo personal de Hitler. Allí fue donde conoció al futuro «Führer» en 1929, un hombrecillo que –por entonces- empezaba a despuntar pero que todavía no había alcanzado el poder que adquiriría en 1933 (cuando fue nombrado jefe del Gobierno alemán tras las reglamentarias elecciones). Días después, Eva envió una carta a un familiar calificando a ese hombre como un «señor de cierta edad con un gracioso bigotillo». Cupido acababa de clavar su flecha.

Hitler, por su parte, correspondió a los deseos de esta joven 20 años menor que él y ambos empezaron a verse. Así, poco a poco la relación fue cuajando hasta que, antes de comenzar la Segunda Guerra Mundial, ambos formalizaron su amor. Los siguientes años fueron perfectos para la pareja, que vio acompañado su romance de las continuas victorias del ejército nazi sobre sus enemigos en media Europa. El dinero, además, entraba a por doquier, por lo que el «Führer» podía dar todos los caprichos a su novia (entre los que se incluían sus largas estancias en los Alpes Bávaros).

Sin embargo, al igual que sucedería con Mussolini y Stalin, su amor estaba destinado a acabar en tragedia, una tragedia que llegó cuando a los alemanes no les quedó más remedio que huir con el rabo entre las piernas de la U.R.S.S. y empezar a replegarse hasta llegar a la capital del Reich. Finalmente, fue en las dos últimas semanas de abril cuando, rodeados por las tropas soviéticas y bajo el fuego de la artillería, esta pareja selló su amor contrayendo matrimonio entre los muros de hormigón del «Führerbunker» un día antes de suicidarse. (Seguir leyendo)





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